De los pasteis de nata portugueses a la tartas Sacher, pasando por los macarons más famosos de París. Un dulce viaje por Europa sólo apto para golosos recalcitrantes
Durante años Demel (en Viena) mantuvo un litigio con Sacher por la venta de la Sacher Torte, pero desde hace tiempo se resolvió que la de Sacher se llamara “Original Sacher Torte” y la Demel se llamara “Eduard Sacher Torte”. La primera lleva dulce de albaricoque en su interior y la segunda en la parte superior. En Demel venden además una exquisita Créme-Schnitte y un magnífico Apfelstrudel.En Chocolate Line (con tiendas en Brujas y Amberes, en la imagen) continúan fabricando artesanalmente el chocolate en el propio establecimiento.Entre los sabores experimentales del maestro chocolatero de Chocolate Line (Brujas), Dominique Persoone, están el bombón de Coca-Cola amarga y el de olivas negras, tomate y albahaca.Stephen JonesPara los golosos que vayan a Londres recomendamos una visita al templo del gourmet: el clasiquísimo Fortnum & Mason (en Piccadilly) con tres siglos de tradición.Peter MacdiarmidEl Café Gilli de Florencia, en pleno centro, sirve deliciosos pasteles, chocolates, tartaletas de frutas y 'millefoglie' (milhojas de hojaldre). Solo por ver su interior estilo 'art nouveau' merece la pena la visita.En la elegante Konditor & Cook de Londres se podrán probar unos maravillosos pasteles de lavanda y naranja, limón y almendras o merengues de frambuesa gigante.En la parisina Pierre Hermé, la cola está asegurada y en ella hay, por igual, parisinos y turistas. En marzo organizan el Día del 'macaron' para los fanáticos de este dulce.Richard BordPara muchos, Ladurée, en los Campos Elíseos, es la mejor pastelería de París desde 1862, famosa por ser la creadora de los ligeros macarons, ahora tan de moda en todo el mundo. Hoy en día tiene sucursales en Londres, Milán, Tokyo y Nueva York y no hace falta explicar qué es un macaron, pero merece la pena ir a su lujosa sede central.Además del 'macaron', en Ladurèe han inventado el Saint Honoré Rose Framboise, un pastel con base de hojaldre y glaseado a la rosa que esconde en su interior confitura, y se corona con crema Chantilly, profiteroles a la fresa y frambuesas naturales. Este pastel ha tenido también su momento de gloria cinematográfica porque aparece en la película sobre María Antonieta de Sofia Coppola.En lo alto de la Colina del Castillo de Buda, el Ruszwurm Cukraszda es un diminuto café de 1827 perfecto parar probar tartas y cafés. Lo complicado es encontrar sitio.En Lisboa se encuentra desde 1829 la Confeitaria Nacional que seduce a sus clientes con 'bicas' (cafés) bien cargados, 'macarons' y 'pastéis' de nata.En la Antiga Confeitaria de Belém llevan desde 1837 sirviendo los famosos 'pasteis'. Su secreto: nidos dorados de hojaldre calentitos, rellenos de crema pastelera y espolvoreados con canela y azúcar glas. Dicen que cada domingo venden más de 50.000 de estos pasteles.Bizcochos de Bakkerij Annee, una pastelería de Ámsterdam famosa por su tarta de manzana.Bea’s of Bloomsbury, en Londres, es en realidad es una casa de té célebre por su 'afternoon tea'. Hasta las lámparas lo recuerdan.Helena Marie FletcherBea’s of Bloomsbury (Londres) está especializada en 'cupcakes', 'brownies', grandes merengues crujientes, dulces típicos de Navidad o panecillos de Pascua. Los fines de semana es imprescindible reservar,Helena Marie FletcherAl Lanksroon (Ámsterdam) los clientes acuden en invierno en busca de las galletas con especias y en verano por su helado con grandes trozos de nueces o volutas de frutas.El 5% de todos los beneficios del Lanksroon de Ámsterdam se donan a una fundación. "Cada tarta que compras, es buena para ti y para alguien más", dice la dueña, Claudia Dunselman.En el local en Bruselas de Pierre Marcolini, el niño prodigo de los chocolateros belgas, las cajas negras de diseño son el complemento perfecto para regalar estos bombones (los más selectos, y también los más caros de Bélgica).María Grammatico es la repostera más famosa de Sicilia, y muchos opinan que también del resto del mundo. Su Caffè María, en Erice, es famoso por sus 'cannoli' o sus 'cuscinetti' de limón. María lo aprendió todo en el orfanato de San Carlo de Erice, donde las niñas trabajaban en condiciones durísimas para ayudar a las monjas en el dulce arte de la repostería.Vittorio Maria Vecchi
