En AVE o en avión
De pronto el tren de alta velocidad acorta distancias con Barcelona, Madrid o París. La ciudad catalana, con su bella catedral y su extenso barrio judío, ofrece además 70 vuelos de bajo coste
Realmente todo empezó con la Vía Augusta, que, camino de Cádiz, discurría por Girona bajo lo que es ahora la calle de la Força (1); pero recientemente fue su aeropuerto low cost, con más de 70 aeropuertos internacionales conectados, el que puso a la ciudad en el mapa-mapa internacional… (en el mapa cultural ya estaba, como poco por su judería (2) —call en catalán—, que está considerada como la segunda más grande de Europa después de la de Praga). Ahora, con la llegada del AVE, Girona cambia de forma radical para el viajero, pues se pone a tan solo 35 minutos de Barcelona, 3 horas y 32 minutos de Madrid, y 5 horas y 9 minutos de París. Que haya por primera vez una línea ininterrumpida Madrid-París significa también que se puede —hay quien diría que se debe— hacer parada —de al menos 24 horas— en una ciudad con una legendaria calidad de vida y que tiene la catedral gótica con la segunda nave más ancha del mundo.
9.00 Tarifas asequibles
Lo que más impresiona de la estación del AVE (3) es la profundidad a la que el tren llega —26 metros—, que se aprecia al salir de las vías y ver —casi boquiabiertos— un inmenso hueco de cuatro pisos de altura diáfanos con una losa de cobertura de 28.720 metros cuadrados. Ojo, hay una tarifa que se llama Avant con la que se pueden comprar billetes Barcelona-Girona desde 5,19 euros —estudiantes por ejemplo— y 7,92 euros para el resto de los afortunados mortales.
10.00 Piedra y cerámica
El año 2011, la Casa Collage (4) (calle de la Força, 19) recibió una mención especial del Premio Mies van der Rohe de arquitectura. La propiedad familiar, que era un sitio más bien caótico según las fotografías, es ahora un espacio de una belleza especial, donde se concentran distintos materiales, formas y tiempos: un mundo cerámico, un paisaje pétreo. “Se trataba de añadir una capa sin borrar las anteriores…”, explican los autores, Ramon y Bet, de Bosch.Capdeferro: Arquitectures. Son ellos realmente —suenan las campanas en algún lugar— los que ayudan a entender la lógica de una ciudad gracias a las referencias de los monasterios y de los niveles paralelos a los que se accede con escaleras continuas a lo largo del trazado.
11.30 Catedral y Sant Feliu
No hay pérdida, la catedral de Santa María (5) es la de la fachada ancha-anchísima, y Sant Feliu (6) (o San Félix) es la torre en punta que se ve y que, si uno se fija bien —ciertas perspectivas pueden inducir a error—, resulta que no está en la catedral, sino al lado. De lejos confunde, de cerca maravilla la armonía de ambas construcciones. De la catedral, lo más llamativo es la anchura de la nave central —solo superada por San Pedro de Roma— y el campanario original —torre de Carlomagno, de estilo lombardo—; de la colegiata de Sant Feliu es interesante descubrir sus orígenes románicos, por ejemplo en los ábsides del lado de la epístola —a la derecha mirando el altar—. Plaza de la Catedral, s/n, y plaza de Sant Feliu, 29, respectivamente.
12.30 Librería Sefarad Certeza
“Única especializada en temática judía que queda en España”, según el librero Pedro Xicoira, de la librería Sefarad Certeza (7) (calle de la Força, 10. 972 48 54 34). “Había otra en Toledo, pero cerró”. Alrededor, libros, discos, reproducciones de torás y de menorás y una atmósfera muy especial que se repite por las diversas librerías de viejo de la zona.
13.00 Casa Masó
Visita guiada por una casa emblemática de la arquitectura catalana novecentista, la Casa Masó (8) (calle de Ballesteries, 29). Distribuida en cuatro plantas, los espacios, más bien pequeños, se llenan de la luz que llega del río. Todo intenta recordar cómo fue la vida en la casa reconstruida por el arquitecto para vivir después de su matrimonio, aunque el padre de la pubilla acabaría forzando que las cosas fueran de otra manera. Una de las partes más espectaculares es la de la escalera, con un juego de micropostes de marquetería vertical que tienen un curioso aire prerracionalista.
14.00 Hamburguesa en el König
Plaza de la Independencia, 2. El König (9) no tiene misterio, es donde van los gerundenses y la gente que se junta con los gerundenses para tomar algo, pero tiene calidad, lo que sirven está fresco y llega a la mesa caliente, el servicio es excelente hasta el punto de que da que pensar cómo son capaces de hacer llegar la comida a las mesas a semejante velocidad. Se inauguró en 1973 y ya tiene siete establecimientos por toda Girona… ¿El nombre?: Rey en alemán. Como opción exquisita, el Celler de Can Roca (10), el mejor restaurante del mundo según Restaurant Magazine. Obviamente, conviene hacer la reserva con bastante antelación.
15.00 Temps de Flors
Una vez al año, en mayo —va por la edición número 58—, Girona se llena de flores en un festival donde bares, portales, tiendas y museos se decoran creando —145 han sido este año— lugares diferentes en los que se puede encontrar una ilimitada creatividad en cuanto a lo que se puede hacer con flores: zapatillas que se convierten en tiestos y cuelgan de la calle, una silla que es de hierba, las escaleras de la catedral —¡que son unas cuantas!— cubiertas en sus dos laterales… Temps de Flors llega a tener una importancia tal en la ciudad que se aumentó el número de trenes AVE circulando desde Barcelona. Las calles son un hervidero de gente y —también— de tropezones; todo el mundo mira a cualquier sitio menos al suelo por el que camina.
16.55 Cruzar el puente
Seguramente una de las imágenes más conocidas de Girona es la que se ve al atravesar el puente de Gómez (11) (1916), donde se pueden ver las casas —pintadas con una paleta de colores característica— y colgadas sobre el río Oñar (Onyar en catalán), que hace una curva y dibuja los dos márgenes de la ciudad: el histórico y el contemporáneo, en el que está la estación.
17.15 El parque de la Devesa
Lectura en el parque de la Devesa (12), por ejemplo El mapa y el territorio, de Michel Houellebecq, que habla sobre las ciudades puestas en el mapa por las nuevas formas de viajar. El lugar, un parque con más de 2.500 plátanos de paseo cuya densidad les ha llevado a desarrollarse a lo alto alcanzando los 60 metros. Algunos de los ejemplares alcanzan los 150 años de antigüedad, coincidiendo con los orígenes del parque.
22.00 Cena en Plaça del Ví, 7
La dirección es el nombre, Plaça del Ví, 7 (13) (972 21 56 04), cocina contemporánea y ambiente con un cierto aire bistró, pero con personalidad. Conviene reservar. Precio moderado. No perderse la estupenda carta de vinos.
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