Cencerrada para el oso
En Navarra, animales y seres fabulosos salen a la calle en carnaval
Su presencia es desbordante. Y su variedad, insospechada. En Navarra, desde mañana, con la noche de caldereros en Estella / Lizarra, hasta el 16 de febrero, con el día de la gran piñata en Alsasua, todo el tiempo es carnaval.
Alsasua
Los momotxorros (sardes, u horcas de aventar, en ristre) son los personajes principales de un carnaval en el que también toman parte, el martes 12, brujas (sorginak), mascaritas, macho cabrío y juantramposo (relleno de hierba seca, a semejanza del ziripot de Lantz y los zaku-zaharrak de Lesaka). Llevan pieles curtidas de cabra o de oveja, el cuerpo impregnado de un rojo sanguinolento, la cara tiznada y, a la cabeza, un cesto rematado de enormes cuernos. Ruidosos cencerros anuncian su anárquico desfile, que culmina con la momotxorroen dantza en la plaza de la villa.
Aoiz
Cascabobos y mascaritas, de rostros convenientemente ocultos y trajes de vivísimos colores. En 2010 abrieron en carnaval la calle Maldita, de apenas cien metros, cerrada desde que hace más de 70 años se cometiera en ella un asesinato. Ziriko y Kapusai, los personajes que evocan el trágico suceso, acaban el martes 12 en el fuego, el mismo que purifica la calle. Con los huevos y chistorra recogidos se hace una merienda.
Arizkun
El hartza (oso), recubierto de pieles de carnero superpuestas, sigue cumpliendo su terrorífico papel de asustar a niños (sobre todo) y grandes. Aparece el martes de carnaval y recorre las calles de Arizkun sujeto por una cadena por su cuidador (hartzazain), del que de vez en cuando se escapa para emprender feroces persecuciones. Hay además una comitiva carnavalesca, acompañada de una fanfarre y compuesta por personajes disfrazados, simulando una boda. El delicado contrapunto lo pone, por la tarde, la sagar dantza, o danza de la manzana, excelente fruto en este valle de Baztán.
Bera
Una comparsa, en la que los chicos se visten de nodrizas y las chicas de pastores (Inudeak eta Artzaiak), desfila el domingo de carnaval por Bera, donde se alza Itzea, la casa familiar de los Baroja; junto a ellos van el rey Momo y las fuerzas vivas: médico, cura, alcalde y juez. El lunes, las cuadrillas se acercan a los caseríos cantando: “Zingar arraultze, zingar arraultze, bat ez bada bertze, bertze” (tocino o huevos, tocino o huevos, si no es uno, que sea el otro); con lo aportado, incluido dinero, se prepara una merienda.
Goizueta
La creencia popular dice que un carbonero bajó del monte al pueblo para celebrar el carnaval. Ebrio, le dio por besar a las mujeres que encontraba a su paso, que quedaban tiznadas con su hollín. Ahora el carbonero (puede ser uno o dos), vestido de azulón, la cara embadurnada, el contorno de los ojos pintado de rojo y con un inmenso odre (zaia, que da nombre al personaje) a la espalda, atraviesa Goizueta el martes de carnaval, persiguiendo a las mujeres para tiznarlas. Le acompañan mozos y mozas, que previamente han ido por los caseríos haciendo acopio de comida y dinero. En determinados lugares se interpreta la zahagi-dantza, o danza del pellejo, en la que los dantzaris golpean con sus varas el odre de Zaia.
Ituren y Zubieta
Los joaldunak de Zubieta rinden visita a Ituren el próximo lunes, 28 de enero; el martes, esta fiesta de buena vecindad, como la definiera Caro Baroja, realiza el camino inverso, de tres kilómetros, en dos filas y marchando con acompasados movimientos, en plena naturaleza. Portan dos enormes cencerros a la espalda (cubierta con una piel de oveja) y dos más pequeños a la altura de los hombros: su penetrante sonido les acompaña. Rematan la indumentaria con el ttuntturro (gorro cónico con cintas), enaguas, abarcas y, en la mano, un escobón de crin de caballo llamado hisopua (hisopo). Carrozas, disfraces y un impresionante oso (hartza) y su cuidador completan el cortejo.
Lantz
Miel Otxin (de tres metros, fabricado con heno y con ropa de vivos colores), ziripot (voluminoso personaje de heno, forrado de arpillera), zaldiko (caballo que embiste al ziripot), herreros (que intentan herrar al zaldiko) y txatxos (mozos) son los protagonistas de un carnaval recuperado tras el rodaje, en 1964, de un documental por parte de Julio y Pío Caro Baroja. El día grande es el martes; el domingo anterior se celebra el carnaval txiki, dedicado a los niños. Al final, Miel Otxin, que ha sido paseado ritualmente por los txatxos, es quemado, bailándose un zortziko.
Lesaka
Los zaku-zaharrak son unos voluminosos personajes embutidos en sacos de arpillera llenos de hierba seca. Solo les quedan libres los brazos y la cara, convenientemente tapada con un trapo blanco con orificios para ojos y boca. Salen el domingo 10 de febrero y llevan en la mano una vejiga (pixontzia) para fustigar, desfilando al son de una fanfarria que interpreta una marcha carnavalesca. Los mozos les atan en unas argollas existentes en la plaza y pugnan por despojarles de tan atrabiliario disfraz.
Unanua
La blanca indumentaria de los mamuxarros (calzoncillo largo y camisa, a cuerpo gentil a pesar del frío, que mitigan con sus constantes carreras) se combina con una faja roja y un cinturón de cuero del que cuelgan cascabeles; el rostro está oculto por una máscara metálica. Se reúnen el martes de carnaval en la taberna de Unanua, de donde salen dispuestos a sus correrías con largas varas de avellano en la mano.
Y además
Cintruénigo: los zarramuskeros, sulfatadora en ristre, riegan de azulete (9 y 10 de febrero) a los que no van disfrazados. Estella / Lizarra: noche de caldereros (mañana, 26 de enero), disfraces tradicionales (2 de febrero) y quema del bandolero Aldabika (9 de febrero). Isaba: modélica recuperación a finales de los noventa, con personajes como Amanditxarko (que acaba en la hoguera), Aitanditxarko y zarratrakos (9 de febrero). Lekunberri: Aitterzako, que muere en la hoguera, y otros personajes recuperados, el sábado 2 de febrero. Pamplona: el mismo día, desfile de caldereros; Mari Trapu, la protagonista, será después inevitable pasto de las llamas. Tudela: vistosos zipoteros el domingo de carnaval.
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