El ritual del pub irlandés en Galway
Seleccionamos los mejores locales donde tomarse una pinta en esta ciudad
Es como entrar en el salón de casa cuando la lluvia repiquetea en los cristales de la ventana. Un lugar que espera. Pero el pub irlandés (abreviación de ‘public house’) no es solo un espacio, es un concepto: el refugio de la vida, también con sus excesos. En Galway, en la costa oeste, el ritual se repite invariablemente. Un par de asiduos llega al Tigh Neachtain. Se acodan en la esquina de la barra. Piden una pinta y ahí empieza todo.
-"¿Así que de España? Yo iré la semana que viene a Málaga".
Claro, en busca del sol, como tantos irlandeses. Aquí la conversación cálida, abierta a los extraños que al final no lo son tanto, se resguarda bajo techo. El Tigh Neachtain es un laberinto repleto de recovecos. Desde 1894 en funcionamiento, es el pub más antiguo de Galway. Probablemente. Jymmy Maguire, el propietario y nieto del fundador por la vía materna, puede alardear de haber gateado entre las mesas y sillas bajas de este lugar. Se hizo mayor en el piso de arriba.
El Tigh Neachtain (17 Cross Street, (00353) 91 568 820), con su fachada medieval ahora pintada de azul, colorea la calle principal. Todo pasa por esta vía que cambia de nombre hasta cinco veces: William Gate Street, William Street, Shop Street, High Street y Quay Street. Es el termómetro de la ciudad, por eso un puñado del centenar de pubs de Galway abre sus puertas en el centro. Antiguos. Remozados. Para beber cerveza con marca de la casa, como la que fabrican en Oslo Bar (Upper Salthill (00353) 91 448930). También para comer. Para lugareños, como O’Connells Pub (Eyre Square (00353) 91563634). Para turistas. Bares, ¡qué lugares!
The Kings Head (15 High Street, (00353) 91566630) es uno de los más conocidos entre los visitantes. La cabeza del decapitado rey Carlos I de Inglaterra está en el nombre y sobrevuela como un fantasma. En esta casa vivió el que pudiera ser el verdugo del monarca, el coronel Peter Stubbers, leal a las fuerzas de Cromwell. Llegó a ser ‘Mayor’ de Galway. Nunca se pudo comprobar si la de Stubbers fue la mano que sostuvo el hacha, pero alimenta la leyenda.
En las paredes de The Quays (Quay Street (00353) 91568347) se pueden ver detalles de una iglesia medieval escocesa. ¿O será francesa? No se ponen de acuerdo. Vidrieras, arcos, decoración en madera… el mejor atrezo en los días de concierto. Porque los pubs son escenario de la vida pero también de buena música en directo. Al otro lado del río Corrib, The Crane (2 Sea Road, (00353) 91587419) es famoso por sus acordes, pura música tradicional irlandesa. Hay una actuación programada cada noche, aunque a veces se suman también espontáneamente otras voces. Así son ellos: ¡disfruta el momento! Y eso que la crisis ha llegado a The Crane. Un cartel sospechoso cuelga de esta fachada más que centenaria: “Solo se vende el edificio, nosotros tenemos licencia por 15 años más”, dice el camarero.
La música no se apaga. Tampoco en el barrio de Salthill, fuera del bullicio del centro. La tercera generación de los O’Connor sigue con el negocio (Salthill House, (00353) 91523468). “Somos el primer ‘singing pub’ de Irlanda. Mi abuelo era cantante y también fue el primero en instalar un micrófono”, cuenta con orgullo Tom O’Connor. Es, además, un pub-museo. Abigarrado. Intenso. Se necesita más de una vida para descubrir con detenimiento las más de 3.000 piezas, “4.000, quizá”, que lo forran todo, hasta el techo. Lámparas. Sartenes. Una vieja balanza de ultramarinos. La chimenea donde crepita el fuego. La mayoría de estos objetos hicieron un viaje del campo a la ciudad, rescatados del olvido en granjas y ‘cottages’. “La decoración está valorada en más de un millón de euros”, detalla el propietario. Y guarda la historia de esa Irlanda rural, esencia de un país en el que creció Colum, uno de los parroquianos que apura su cerveza en O’Connors. "¿Quieres una pinta?", pregunta. Y ahí empieza todo…
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