Un tinto telúrico

Tiene la bodega murciana Casa Castillo poderosas armas para elaborar el mejor vino de la mediterránea Monastrell: un soberbio viñedo de 174 hectáreas situado en las umbrías laderas de la sierra del Molar y, dentro de él, una pequeña parcela, La Solana, plantada en 1941, donde la cepa se aferra directamente a la tierra (pie franco), y regala una producción de uva tan escasa como sublime. Con ella, José María Vicente Sánchez-Cerezo elabora un tinto de raza, ejemplo de lo que puede llegar a ofrecer este varietal, hasta hace poco tenido por mediocre, cuando se funde con su hábitat. Una lección de constancia y desafío al riesgo, porque todos los años el viñedo centenario sufre pérdidas irreparables.

Hay que aprovechar, por tanto, la oportunidad, aunque sea algo cara, de saborear uno de los vinos más expresivos, sensuales y genuinos de nuestro país. Es lo que hace este impresionante Casa Castillo Pie Franco 2008, un tinto telúrico donde la candente carga frutal (pan de higo, moras silvestres, algarroba seca) se refresca con recuerdos a hierbas aromáticas y te atrapa con el sabor del terruño.

La perfecta crianza en roble francés aporta una delicada gama de tonos especiados, humo, cacao y café; y le dota de cuerpo y golosa tanicidad en equilibrio, junto a un sabroso y largo final que se desliza hacia el ocaso con lenta cadencia hedonista.