India tras el objetivo
Walter Astrada, ganador de tres premios World Press Photo, descubre los rincones más fotogénicos del país
Walter Astrada viaja continuamente para hacer fotos, para impartir un curso o por placer. El fotoperiodista, ganador en tres ocasiones del World Press Photo, y embarcado en el proyecto Experiencing India (www.experiencingindia.com), ha recorrido varias veces el país asiático. Delhi, Benarés, Agra y Jaipur son algunos de los lugares a los que el próximo 4 de noviembre acudirá de nuevo como guía de un viaje fotográfico.
¿Dónde espera realizar los mejores encuadres?
La India es un país donde se puede encontrar una buena foto en cualquier lugar. De alguna manera, parece que exista para ser fotografiada. Pasé allí cuatro meses muy intensos; un tiempo que me permitió conectar con el país y su diversidad de religiones, culturas y castas. Es un país muy dinámico, y al mismo tiempo parece haberse detenido en el tiempo, lo que permite experimentar situaciones muy distintas con solo caminar unos metros.
¿Qué es lo mejor del país?
Su gente, la cual es realmente muy amigable. Además, posee lugares increíbles tanto por su antigüedad como por su riqueza arquitectónica.
Como el Fuerte Rojo, en Delhi…
Es un lugar imprescindible por ser un monumento patrimonio mundial, pero prefiero otro Fuerte Rojo: el de Agra, asomado al río Yamuna y a las cúpulas de mármol blanco del Taj Mahal. Dos lugares imprescindibles por su arquitectura e historia, donde los fotógrafos pueden disfrutar y perderse con una cámara al hombro. Hay que renunciar a verlo todo y establecer prioridades, ya que si no, te puedes perder escenarios únicos.
¿Por ejemplo?
Benarés, un lugar fascinante, la ciudad más sagrada para cualquier hindú. Allí se mezclan lo sublime y lo terrible, la vida y la muerte, la oscuridad y la luz. Y el Taj Mahal, un monumento grandioso que no decepciona, por muchas personas que lo visiten. Siempre se pueden plantear perspectivas del Taj que no sean las habituales.
¿Se adentró en el país?
Conseguí acceder a pequeños pueblos en los que al llegar salía todo el mundo de su casa a mirarme. El interior de la India es donde más se percibe su complejidad y sus contradicciones, el doloroso contraste entre riqueza y pobreza, el caos de religiones, sonidos, olores y colores. Se pueden encontrar localizaciones que se comportan como un caleidoscopio: cada cual las ve de una forma.
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