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LOS TOP

Chapuzones rurales

Selección de 10 alojamientos rurales que permiten darse un baño en piscinas rodeadas por olivos o árboles frutales. El campo con todas sus comodidades

Casa rural El Pla de Montpol, en Lladurs, Lleida.
Casa rural El Pla de Montpol, en Lladurs, Lleida.

Las casas rurales son uno de los destinos preferidos de muchos viajeros. Unen a su cuidada decoración interior con tintes tradicionales, su ubicación en enclaves privilegiados. Aquí reunimos una selección de alojamientos rurales de alto nivel, que, además, incluyen piscina, algunas hasta cubiertas, con sauna y sala de masaje. Se pueden encontrar en un molino harinero del siglo XIV, en una casa señorial del XIX, en un antiguo cortijo, o en edificaciones de nueva construcción.

Finca Rocabella

(Álora, Málaga)

Un conjunto de ocho villas rurales independientes, cada una con porche, jardín y piscina privada, a un paso del espectacular paraje de El Chorro. Las hay de varios tipos, pero en todas queda la impronta del diseño rural, el respeto al entorno y la privacidad. La hacienda está enclavada en un paraje natural de monte bajo mediterráneo que huele a romero y tomillo. Cerca queda también Antequera

Xaymaca

(Benimeli, Alicante)

“Crear espacios que deleiten los sentidos”. Es la máxima de Jenny Pilliner, la dueña de esta maravillosa casa de alquiler completo en un pueblo de aires moriscos de la vega alicantina. Y lo ha conseguido. Una casa señorial del siglo XIX reacondicionada en colores cálidos y acogedores, con todo tipo de servicios. Capacidad para ocho personas. Y una piscina rodeada de olivos y frutales.

Can Barceló

(Vilobí d’Onyar, Girona)

Un cuidado prado de césped con una piscina a la sombra de saúcos y fresnos da la bienvenida a esta casa de pagès, cuyos primeros datos de existencia aparecen en escritos de 1338. La fachada blanca de tres cuerpos, rematada por un frontis en escalera y adornada por un pozo ya barrunta las sensaciones que esperan al huésped en su interior y que no son otras que las de una verdadera masía catalana en plena explotación, con todos sus elementos e ingredientes en perfecta conjunción. ­ Capacidad para 12 huéspedes.

Cal Llangot

(Capolat, Barcelona)

Los propietarios han sublimado en esta vieja masía centenaria del Berguedà la quintaesencia del turismo rural de calidad. Solo el entorno donde se haya el establecimiento merece la pena el viaje. La masía se ha dividido en varias casas independientes, con capacidad para dos, cuatro y ocho personas. El delirium tremens del descanso rural de alto nivel. Desde la puerta de la casa un caminito enlosado acerca hasta el borde de la ladera, donde la piscina de verano, abocada al valle y rodeada por un piso de madera, termina por enamorar al huésped. Tiene también piscina cubierta para el invierno, con solarium, sauna y sillón de masajes.

Ca’ Mi Pepe

(Priego de Córdoba, Córdoba)

Pese a su apariencia rústica es de nueva construcción. Pero gracias al uso de materiales tradicionales y al buen criterio de los propietarios la apariencia y el resultado es el de una agradable mansión tradicional cordobesa, con mucha madera, ladrillo visto y barro cocido, pero en un ambiente pulcro, funcional y limpio. El patio, la piscina y la finca propia que rodea la casa garantizan espacio suficiente para jugar y correr cuando hace buen tiempo, que en estas latitudes es casi siempre.

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El Molino de Morillas

(Galera, Granada)

Un antiguo molino harinero de 300 años de antigüedad reconvertido en paraíso para el turismo rural en familia. Todo gira en torno al agua, que corre en cascada por mucho lugares de la finca, incluso en el interior del comedor, que por cierto tiene unas excelentes vistas a la vega. El interior se ha fragmentado en seis apartamentos independientes. Pero lo mejor de la casa está sin duda fuera: 12.000 metros cuadrados de frutales y una piscina con cubierta móvil que enamora con solo verla

Finca Buen Vino

(Los Marines, sierra de Aracena, Huelva)

Un complejo rural iniciado por una pareja de británicos enamorados de Andalucía que consta de un hotelito muy british con seis habitaciones más tres casitas andaluzas independientes, rodeadas por lo más frondoso de la sierra de Aracena. Se llaman La Casita de Luis. La Casita de Don Pedro y La Casita de Platero, muy cerca la una de la otra, muy apropiadas para familias o grupos que viajen juntos pero no revueltos. En ambas destaca la delicadeza de la ornamentación rural y el silencio de un entorno privilegiado. Y por supuesto, la piscina.

Cortijo de Ramón

(Cortijos Nuevos, Jaén)

Una estampa serrana casi perfecta envuelve este antiguo cortijo. Y es que los pinares infinitos del parque natural de Cazorla, Segura y las Villas se extienden hasta la misma fachada de esta construcción blanca y luminosa. Por dentro, sus propietarios han recreado el sosiego de la naturaleza circundante con una decoración franca y diáfana, muy lejos de la recargada estética cortijera con paredes llenas de aperos viejos. Espacios amplios y tonos cremas son la nota dominante. En el restaurante se puede pedir desde cous-cous a comida francesa y sobre todo recetas locales jienenses. Se alquila por habitaciones.

El Pla de Montpol

(Lladurs, Lleida)

Una gran casa rural rodeada de un impresionante escenario. Se trata de un conjunto de tres viviendas en medio de una preciosa finca de la Lleida rural. Una de ellas, El Pla, ocupa la antigua casa del masover (casero). Es la mejor de las tres, sin duda, ya que conserva todo el espíritu rural que uno espera encontrarse al llegar a estos parajes hechos con escuadra y cartabón: el foc a ter (chimenea), un comedor clásico, aparadores antiguos, suelos de barro cocido y loseta, etcétera. Aunque la capacidad de la casa se ha aumentado con nuevas habitaciones, más modernas y asépticas, éstas no rompen el encanto. Las tres comparten una gran prado y una enorme piscina.

Molino Albejanar

(Montefrío, Granada)

En este molino del siglo XVII la maquinaria y los utensilios de la molienda no se perdieron; incluso siguen funcionando gracias a los desvelos del actual propietario. El mismo que ha puesto en la restauración de la parte dedicada al alojamiento. Una casa rural íntegra y honesta, muy bien ambientada, y rodeada por una parcela propia con piscina y multitud de sitios donde los niños pueden jugar. Capacidad: 10 personas.

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