Las reinas del Valais
Vistas al Mont Blanc, nieve de primera, combates entre reinas y remontes sin marabuntas. Muchos días de sol en la estación suiza de Crans Montana, que reserva lo mejor para el final
El explosivo carácter de las Herens, raza bovina exclusiva del Valais suizo, parece no encajar demasiado con el relajado ambiente de esta soleada región alpina, en la que se despliega el dominio esquiable de Crans Montana. En estas laderas al norte de la cuenca del Ródano, donde ningún ruido incomoda a esquiadores y senderistas, perviven todavía auténticas vacas de lucha: el choque de sus cornamentas sigue resonando cada año en los conocidos combates de reinas, las reinas del Valais. Sus dominios ofrecen cada invierno nieve de primera calidad y sin marabuntas, en una estación alpina fácilmente accesible y que reserva lo mejor para el final de la jornada...
01 El pequeño Colorado
El escenario que se dibuja a 2.927 metros, punto más alto de la estación, resulta casi perfecto. Hacia un lado, el glaciar Plaine-Morte, cinco kilómetros de longitud y dos de anchura cubiertos por un manto de nieve impoluto solo roto por la huella de dos esquiadores de travesía. Hacia el otro, el accidentado arco alpino compone una sucesión de picos en el horizonte entre los que destacan la achatada (desde aquí) cumbre del Matterhorn y el voluminoso perfil del Mont Blanc.
Calor en el cuerpo y frío en las pistas. Bajo el sol más intenso del Valais, la estación de Crans Montana ofrece 140 kilómetros de excelente nieve polvo; aquí se esquía bajo cero incluso en días sin nubes en el cielo, la fórmula perfecta. El menú de pistas piensa en todos: descensos dignos de la Copa del Mundo como La Nationale; recorridos largos para los más esforzados (hasta ocho kilómetros desde Plaine-Morte a Violette); bajadas entre estéticos cortados en el Colorado, zona así conocida por los desfiladeros que presenta, o auténticas autopistas de dificultad moderada y sin problemas de aglomeraciones en Aminona. Ideales para principiantes o esquiadores expertos de actitud más relajada.
02 Minimalismo y 'abricote'
Solo por su terraza, Chetzeron (www.chetzeron.com) invita a descalzarse las tablas de esquí durante un rato. Esta antigua estación de telesilla mutó hace un año en uno de los 10 mejores restaurantes en pistas, según medios especializados; cuesta conseguir mesa sin reserva. Interiores de decoración minimalista para un recetario que innova sobre la cocina de siempre: recomendable el cordero confitado con salsa de arándanos y su actualizado abricote, postre típico de la zona. El año próximo ofrecerá además habitaciones exclusivas para pasar una noche, o tomar un relajante baño de sales, con las mejores vistas de Crans Montana.
El contraste lo pone el refugio Pépinet y su admirable comedor interior: azulejos blancos y vigas de madera, estufa de hierro y loza en exposición, visillos en las ventanas y una pizarra que anuncia las especialidades de la casa. No hay que volverse loco: cocina contundente de toda la vida, como el Croûte completo, que precisa de verdadero talento para volver a ajustarse botas y esquís al terminar. Fuera, junto a la soleada terraza, se puede visitar un establo que en verano cobija a las guerreras vacas de combate, auténticas reinas del Valais. El apodo no es gratuito, pues como en los vestuarios de primera división, un pequeño cartel con su nombre identifica el lugar de cada una de ellas en el interior: Blondi, Cibelle, Marquise...
03 Niños entretenidos, 'adultos liberados'
Donuts de goma gigantes que se deslizan por una sinuosa y rápida pista de nieve helada con vertiginosos peraltes en cada giro. El snowtubing causa sensación en Crans Montana y conforma la principal atracción de Snow Island, un amplio espacio con multitud de propuestas para la diversión de los más pequeños (y la liberación de los mayores). Alejada de pistas adultas y carreteras, este espacio familiar, que incluye servicio de guardería de 9 a 17 h, cuenta con muchos más atractivos para los futuros esquiadores: jardín infantil con carrusel incluido, una alfombra mecánica para sus facilitar sus primeros descensos (guiados) y hasta una pequeña rampa para coger velocidad con los trineos.
El cercano Fun Forest (www.funforest.ch) propone coger un poco de altura para lanzarse a un aéreo recorrido de árbol en árbol a base de tirolinas, puentes colgantes y otros desafíos al vértigo de cada uno. Existen varios itinerarios en función de la duración, dificultad y altura que se prefiera: desde los cinco (ruta Baby) a los 20 metros de elevación de la ruta Diabolo, para los más osados. Quienes busquen una dosis extra de adrenalina pueden probar con un literal salto al vacío: unos instantes de auténtica caída libre, para un posterior y plácido aterrizaje gracias al cable de acero que asegura en todo momento a los saltadores.
04 'Après ski'
Quien apure la jornada de esquí al máximo en las pistas de Crans Montana, puede quedarse sin silla en la animada terraza del Zérodix (www.zerodix.ch), una grata novedad (abrió sus puertas el pasado diciembre) para una de las mayores tradiciones en estos dominios: el après ski. Un momento esperado para pasar un buen rato y pedir una (o varias) rondas para celebrar y agradecerse mutuamente una buena jornada de esquí.
Para quienes aún tengan fuelle, la cena puede aderezarse con una excursión nocturna de raquetas de nieve a la luz de las antorchas. Una caminata, eso sí, para todos los públicos como mejor entrante para una clásica raclette de queso suizo en La Dent-Blanche (Carretera de Plans-Mayens, 37. Tel. +41 (0)27 481 11 79 - crettaz@romandie.com). Conviene regarla con el delicioso vino blanco de la región, sobre todo porque las excelentes añadas que regalan las cepas del Valais no se exportan fueras de las frontera helvéticas. Aprovechen la ocasión.
GUÍA
Cómo ir
Swiss ofrece vuelos diarios a Zurich desde Barcelona (116 euros), Madrid (141 euros), Málaga, Palma de Mallorca y Valencia. También conecta Ginebra con servicios diarios desde Barcelona y Madrid (desde 59 y 102 euros respectivamente, precio final).
El pasaje incluye la facturación extra y gratuita de un equipo de esquí (botas, bastones, esquís o tabla de snowboard) y la posiblidad de viajar en clase Business por 60 euros más.
Existe conexión ferroviaria entre el aeropuerto de Zurich y la localidad de Serre (con transbordo en Visp), desde donde se toma el funicular a Crans-Montana. Una franja pintada en el pavimento une, literalmente, ambas estaciones, así que no hay pérdida: ¡sigan la línea roja!
Dormir
» Hotel Helvetia Intergolf (Route de la Moubra 8, Crans-Montana). Telf.: +41 (0)27 485 88 88. www.helvetia-intergolf.ch
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