Playas calentitas... y otras no tanto
Recomendaciones para disfrutar de un litoral tranquilo y para todos los gustos
Llega el verano y la costa está que arde. Casi literalmente. Cada año es lo mismo. La sombrilla que no acaba de asentarse en la arena, la nevera portátil, la tortilla de patata... y el tinto de verano, cómo no. Hay hasta quien se lleva el televisor a la playa. Pero más allá existe otra forma de disfrutar de la costa. Se encuentra lejos del trasiego de turistas y ofrece muchas posibilidades.
Entre todas ellas, dos vías que otorga la estratégica situación geográfica española: las playas de agua caliente y las otras que no lo son tanto. Las primeras se encuentran en el este. La más 'fresquitas', en el norte, el sur y el oeste. En conjunto, cerca de 8.000 kilómetros de costa dispuestos para satisfacer hasta a los más remilgados. Porque es verano, y toca mojarse.
De agua caliente
Al lado de la saturada Manga del Mar Menor, en Murcia, el Menor Cabo de Palos esconde la cala Reona. Este lugar es muy recomendable para familias con niños pequeños por la tranquilidad de sus aguas. Muy cerca se encuentra el parque natural de Calblanque, con playas sin masificar y sin urbanizar. Al sur, entre los municipios de Lorca y Águila, las Puntas de Calnegre son otro remanso cálido, sin ruido.
La playa de Corinto Malvarrosa Sagunto, en la provincia de Valencia, es otro ejemplo de aguas de cálidas sin aglomeraciones. Está bordeada por un conjunto de dunas de arena fina, que separan el mar de la abundante vegetación mediterránea de la que disfruta la zona. La localidad más cercana es Sagunto, y esta playa ha recibido en varias ocasiones la bandera azul por la calidad de sus características.
Bastante más al norte, en Gerona, está la playa de la Gola. Cerca de Estartit, se encuentra en la desembocadura del río Ter y sus aguas son profundas. Es un lugar muy frecuentado por pescadores, pero al que no acuden demasiados bañistas. De fondo, se divisan las islas Medas, un archipiélago formado por siete islas al que se puede llegar en barco. En los alrededores está el Parque Natural de Gola.
Al otro lado del Mediterráneo, en Menorca, (concretamente en Mahón), se encuentra la playa S'Enclusa, un terreno casi virgen lleno de calas vacías y aisladas en las que poder disfrutar de un baño. Sus aguas son de un vivo color azul turquesa y está rodeado por varios acantilados que mantienen la intimidad del paraje entre las rocas de pizarra. Su arena es fina y de un tono dorado oscuro.
Las playas de Andalucía también son una buena opción de disfrutar de un baño con temperaturas moderadas aunque la temperatura suele descender algo más. En Almería se encuentra la playa del Sombrerico. Este rincón naturista es un destino de paso obligado para buceadores, pues sus aguas son favorables para la práctica de esta actividad. Se trata de un lugar tranquilo, sin demasiado trasiego y que ofrece una estampa volcánica que recuerda a los rasgos de la isla de Lanzarote.
De agua fría
La playa de Rodas, en las islas Cíes (Galicia), tiene el privilegio de haber sido considerada la mejor playa del mundo por un suplemento del diario británico The Guardian que se publicó en 2007. También el de ser poseedora de una de las aguas más frías de todo el país, con una temperatura que ha llegado a alcanzar los 15 grados en el mes de agosto. Por su posición, el oleaje es débil y suele estar algo aglomerada en periodos vacacionales.
Algo más calmada está la mar de la playa de Luaña, en Ruiloba (Cantabria). No destaca especialmente entre el resto del entorno, sin no es porque es bastante tranquila y está muy bien comunicada y dotada de servicios. Su oleaje es moderado y se encuentra enclavada en una zona rural, rodeada de pequeñas aldeas pesqueras.
En Vizcaya se encuentra la playa de Lapatza, también conocida como cala de Natxitua. Es un paraje calmado, formado de piedra rodada, tan sólo frecuentado por algunos grupos de submarinistas. Quizás no es la más recomendable para familias con hijos, pues tiene un difícil acceso, pero es ideal para aquellos que quieran disfrutar de unas espectaculares vistas en la casi absoluta soledad.
La playa de Barra, situada en el municipio pontevedrés de Cangas do Morrazo, es otra opción para relajarse en aguas frías. Rodeada por un bosque, es perfecta, dada su extensión, para dar largos paseos por su arena fina y clara. Como anécdota, se trata de la primera playa gallega en la que se autorizó el nudismo, que actualmente se sigue practicando sin interferir en el turismo convencional.
En el sur de España también es posible encontrar playas con agua helada. Como muestra, las de Cádiz y Huelva, que no tienen nada que envidiar a las del norte. Muy cerca de Tarifa está la playa de Bolonia. Bordeada por las sierras de La Plata tiene casi cuatro kilómetros de extensión. Su arena es fina y con ella está formada la Duna de Bolonia, declarada monumento natural. Junto a ella también se encuentran las ruinas de Baelo Claudia, una antigua ciudad romana que se desenterró en la década de los 70.
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