Roma y vino a orillas del Ebro

Desde el cerro que domina la vega de la desembocadura del Cidacos en el Ebro, la localidad riojana de Calahorra retoma, desde el pasado 16 de junio, su glorioso pasado como importante ciudad romana en tiempos de Julio César. Gracias al recién inaugurado Museo de la Romanización, que alberga alrededor de un millar de restos arqueológicos de dicha época procedentes de todo el territorio de La Rioja, los caminos de esta villa vuelven a conducir a Roma.

Un proyecto dinámico basado en el color, la luz y la ambientación para intentar mostrar cómo Roma penetró en la culltura de los pueblos conquistados, no sólo mediante medios militares, sino también a través de los cambios de gusto en la decoración de las casas, la importación de bienes y costumbres propios de Roma como la vajilla de cerámica campaniens o la evolución del trueque al uso de moneda.

Vino y prosperidad en Calagurris

Germen de la actual Calahorra, la ciudad romana de Calagurris tuvo peso en tiempos de Julio César. Tanto, que el emperador le otorgó el título de municipium civium Romanorum y con ello la ciudadanía a sus habitantes. Excelente cantera de guerreros - Augusto formó una guardia personal con soldados procedentes de Calagurris- fue una villa próspera, con red de abastecimiento de aguas, baños, foros, templos, etc. Los restos del acueducto de Sorbán o las termas del yacimiento La Clínica así lo prueban.

La agricultura era el motor económico, con tres pilares básicos entre los que ya destacaba el cultivo de la vid (amén del trigo y el olivo). Las prensas de vino, además de recipientes para su almacenaje y transporte -ánforas y grandes tinajas o dolios- que se exponen en el museo ya demuestran que la denominación de origen de estas tierras, viene de lejos.

Legiones, catapultas, vides y 'souvenirs'

La muestra recorre el devenir de esta comarca desde los asentamientos prerromanos de Celtiberia hasta el proceso de cristianización, en plena decadencia del Imperio. Pero tanto la incursión militar de Roma (armas de legionarios o proyectiles de las catapultas de las legiones del general Catón) como el posterior esplendor de la cultura romana en tierra riojana conforman el grueso de la exposición. Destaca la excelente recreación de la vida cotidiana en la domus, así como los ingeniosos sistemas de canalización de aguas y hasta calefacción de las casas romanas. Además se exponen restos de mobiliario, ajuares, objetos de iluminación o útiles de aseo personal.

De floreciente actividad económica, con protagonismo ya mencionado del sector viticultor, Calagurris también era fiel al carácter lúdico de la metrópoli: el ocio tenía mucha presencia. Juegos y espectáculos, así como la escena pública e institucional están reflejados en la muestra mediante epígrafes del antiguo circo -actual Paseo del Mercadal- , y objetos más pequeños como tableros de juego o vasos decorados que, a modo de souvenirs, los calagurritanos vendían a sus visitantes como recuerdo de su asistencia a los eventos de la ciudad.

La Casa del Millonario

Además de la excelente colección de objetos que conforma la muestra, el Museo de la Romanización de La Rioja ha recuperado también un bello edificio para ello, la Casa del Millonario, en pleno casco antiguo de Calahorra.

Adquirida por la Comunidad Autónoma de La Rioja y cedida al Ayuntamiento de Calahorra para albergar un museo municipal, cuenta además con un jardín donde se exponen materiales arquitectónicos de gran volumen, principalmente romanos. Vidrieras de puertas y ventanas, suelos de marquetería, techos de las salas nobles e incluso el ascensor original conservan el lujoso pasado de tan singular sede museística, donde la Roma riojana vuelve a lucir todo su esplendor.

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