Manuel Jabois: “Ante el folio en blanco encuentro algo parecido a la felicidad”
El periodista de EL PAÍS analiza sus facetas de redactor y columnista con un grupo de suscriptores del diario
El periodista de EL PAÍS Manuel Jabois se define como un reportero “paracaidista”. No tiene una cartera fija, así que "se deja caer" por diferentes temas según se le requiere en el diario. Esto le ha ayudado a mantener el espíritu de periodista local que forjó durante sus primeros años como profesional en Pontevedra; aunque reconoce que también le genera cierta “ansiedad”, sobre todo cuando pasa días sin publicar. El ansia la calma con una columna de opinión semanal. Sobre estas dos funciones, la de reportero y columnista, charló con los suscriptores de EL PAÍS, en un encuentro exclusivo y virtual, moderado por la periodista Andrea Nogueira, que se integra dentro del programa de actividades de EL PAÍS+.
Jabois llegó en 2015 a EL PAÍS y confiesa que la estructura del periódico le sorprendió por su robustez. Su función como “paracaidista” ocasiona que en lugar de responder ante un redactor jefe, tenga que hacerlo ante muchos. “A veces me preguntan quién es mi jefe o porqué escribo hoy en una sección y mañana en otra; cualquier encargado de una sección puede descolgar el teléfono y pedirme algo”, explicó. El periodista destaca que esto “renueva su entusiasmo” constantemente, pues lo aleja de la repetición temática, permitiéndole conservar “la ingenuidad” que lleva al asombro.
Esta cualidad la explota en sus columnas de la sección de Opinión. Reconoce que esta tarea le persigue a lo largo de la semana: “Estoy todo el día pensado en el tema, pero sin la tensión del cierre no me sale”. Y es que apura hasta el último momento la hora en la que el periódico debe dar por finalizadas sus páginas para enviarlas a imprimir. Lo hace, dice, porque le cuesta tener opinión y necesita consultar, leer y analizar al máximo la cuestión sobre la que va a escribir.
A pesar de esto, admite que es “una responsabilidad” que asume con agrado: “Soy columnista por accidente, pero me daría mucha pena dejar de hacerlo, ante ese folio en blanco, aunque empiezo a sudar, encuentro algo parecido a la felicidad”. A las columnas van a parar todas las lecturas de periódicos y libros, las series y películas que ve, las charlas que mantiene, ... “De repente se producen conexiones de ideas y es bonito par alguien no muy listo como yo”, aseveró en el encuentro.
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