Una trabajadora (derecha) habla con dos clientes (izquierda) en un salón de "sasaje" ‒el nombre coloquial con que se conoce a los salones de masaje que sirven de tapadera a un burdel, en los que los servicios sexuales se prestan en el mismo establecimiento‒ que esperan su turno en la zona turística de Katmandú, capital de Nepal.
Esta es una de las razones de que el peligro también aceche en el propio país. Muchas de las víctimas de la trata no atraviesan la frontera internacional, sino que son atraídas a otros lugares de Nepal, generalmente desde las zonas rurales a las metrópolis, por conocidos que les prometen un trabajo como camarera o trabajadora doméstica en la capital. En realidad, las mujeres acaban obligadas a prostituirse en restaurantes o bares con bailarinas o reservados, o en salones de masaje, entre otros establecimientos que ofrecen servicios sexuales en grandes ciudades como Katmandú, capital de Nepal.
Según el Manual para Responsables Políticos (Handbook for Decision Makers) sobre Tráfico y Explotación en los Sectores del Ocio y el Sexo en Nepal de la organización Terre des Hommes, las niñas y las mujeres han declarado que "no se les permite abandonar su actividad hasta que traigan a una o más niñas para sustituirlas, lo cual las obliga a desempeñar el papel del proxeneta o el traficante".
Algunas mujeres y niñas también están obligadas por la deuda originada por los pagos "adelantados" hechos por los traficantes a su familia o al secuestrador (como ocurre con las niñas llevadas ilegalmente a India). En realidad, los anticipos son los pagos que las familias u otras personas reciben por entregar o vender a la niña y, en muchos casos, su virginidad. Otras víctimas contraen la deuda por los préstamos que toman de los traficantes para pagar el alojamiento, la comida o el teléfono móvil.
Diversos organismos internacionales han clasificado a Nepal como "país de origen" del tráfico de personas. En consecuencia, la investigación y la información sobre la trata en el contexto nepalí ha girado sobre todo en torno al tráfico exterior, es decir, de Nepal a otros países.
Sin embargo, el terremoto de 2015 tuvo como resultado un fuerte aumento del número estimado de personas con las que se comercia dentro de Nepal llevándolas en particular de las zonas urbanas a la capital, Katmandú. Por ello, el país ha pasado a ser clasificado también como lugar de tránsito y destino.