Hacia un plan migratorio común
En el ajedrez las figuras están subordinadas a la estrategia de uno y otro lado del tablero. Toda la suerte que corran dependerá, a partes iguales, del acierto de la cabeza que las manipula a su antojo, y de las posibilidades de cada pieza para saltar de una casilla a otra en función de unas normas. Hasta aquí todos conocemos y disfrutamos de este juego de estrategia sin ningún sobresalto adicional. Sin embargo, cuando se descubre que un gran número de refugiados se desplaza, por maquinaciones y problemas políticos, hacia una red de alambre de espino en la frontera turco-griega, la reacción más templada es quedarse helado. Urge un plan común de la Unión Europea que ponga las vidas humanas al resguardo de cualquier forma de presión migratoria.
Iker Toja Nebot. Madrid
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