Cómo escolarizar a tus hijos mientras recorres 43 países
Cada vez son más las familias que se lanzan a dar la vuelta al mundo con hijos y sin billete de vuelta. Pero, ¿qué pasa con la escolarización de los peques? Una pareja de Sevilla cuenta cómo educaron a sus hijos en ruta, pero bajo el paraguas del sistema educativo español.
Javier Fernández y Natividad Ramírez siempre soñaron con hacer un gran viaje, pero la vida -como suele pasar- les empujaba en otra dirección. Primero nació Carla. Luego Alejandro. El trabajo de él como constructor; el de ella como auditora en la Junta de Andalucía…. Todo parecía señalar hacia una vida común (por no decir vulgar), lejos de los sueños. “Los niños nacieron y crecieron viajando de muchas formas, pero sobre todo en nuestra autocaravana, que la compramos cuando nuestra primogénita tenía tan solo unos meses. La crisis económica y un accidente de tráfico nos ayudaron a pensar en que no podíamos retrasar nuestros sueños indefinidamente. Así fue como decidimos afrontar la crisis como una oportunidad para hacer lo que siempre habíamos querido hacer”, me cuentan.
El 8 de julio de 2016 dejaron su casa de Sevilla y partieron hacia la aventura los cinco: el papa Javi, la mamá Nati, los peques Carla y Alejandro (que tenían entonces 9 y 7 años) “y por último, pero no menos importante, nuestra autocaravana Maggie”, que llevaba ya nueve años en la familia y era una más.
“Utilizamos nuestra autocaravana en Europa, luego la mandamos en un barco de cargo a Uruguay y recorrimos toda América con ella (desde Ushuaia a Alaska y vuelta a casa). Cuando llevábamos dos años de viaje decidimos dejar a Maggie en México y volar hasta Asia. En esta etapa nos movimos con todos los medios de transporte imaginables. En Oceanía alquilamos una furgoneta camperizada con la que recorrimos toda la costa este de Australia por más de 2 meses y otra camper en Nueva Zelanda con la que visitamos las dos islas”.
En total recorrieron 43 países de cuatro continentes. Pero la gran pregunta que surge ante tamaña aventura con niños (y qué ellos mismos se hicieron antes de partir) es: ¿y qué pasa con sus estudios?
“El viaje empezó cuando los niños acabaron 4 º y 2º curso de primaria. Nos enteramos de que el Ministerio de Educación de España tiene un programa llamado Cidead o Centro Integrado de Enseñanzas Regladas a Distancia que es un sistema de educación homologada por el que los niños disponen de sus propios libros que van estudiando durante todo el curso y periódicamente han de enviar actividades online para su evaluación, además de unas pruebas presenciales en embajadas u organismos oficiales de Exteriores. Fue nuestra salvación”.
Alejandro hizo su primer ejercicio, un examen de pruebas diagnósticas, en el Centro Cultural de España en Santiago de Chile. Luego los dos se presentaron al examen final de 5º y 3º de Primaria, respectivamente, en el colegio de titularidad mixta Parque de España, en Rosario (Argentina). Por el camino los padres ejercían de maestros, les tomaban las lecciones y les ayudaban con las pruebas online. El examen final de 6º y 4º de primaria lo hicieron de forma presencial en la Consejería de Educación de la Embajada de España en Ciudad de México (México). Carla se examinó del primer trimestre de 1º de la ESO en la Asesoría Técnica de Educación del Consulado General de España en Melbourne (Australia). Y ninguno de los dos pudo hacer el examen final de aquel año porque en la fecha requerida estaban en Alaska, sin posibilidad de ir a una embajada, así que se presentaron a la recuperación en septiembre en el Consulado General de España en Toronto (Canadá).
Cómo organizar la educación de tu hijo a distancia
El Centro Integrado de Enseñanzas Regladas a Distancia (CIDEAD) proporciona atención educativa de educación básica y secundaria para adultos a los ciudadanos españoles en el exterior y a aquellas personas que, aun residiendo en territorio nacional, se ven imposibilitadas para recibir enseñanza a través del régimen ordinario. Su lema es "La distancia no puede ser un obstáculo en tu formación".
Se ha de formalizar la matrícula online, pero además se ha de contar con la autorización de la Comunidad Educativa de la Comunidad de residencia del niño/a. Esta autorización sirve para posibilitar que el niño/a puede pasar del centro presencial que le corresponde por residencia, a este sistema gestionado por el Gobierno Central, común, por tanto a todos los ciudadanos españoles
Los libros de texto de educación primaria, ESO y bachillerato se adquieren en librerías de toda España u online en esta web.
“Las facilidades del método”, cuenta Javi y Nati, “son la flexibilidad de horario y espacio para poder estudiar, además de la involucración total de los padres en la educación de sus hijos. Las dificultades en nuestro caso (por estar viajando y no disponer de WiFi o una rutina de estudio) es encontrar la motivación de los niños por estudiar, las dificultades para estar conectados por problemas de mala conexión de internet y sobre todo, el tener que hacer las pruebas presenciales en una ciudad que cuente con embajada o consulado general (ya que en algunas zonas en las que viajamos las distancias son considerables, como por ejemplo, cuando en la fecha del examen estábamos en Alaska, a 5.300 kilómetros de la ciudad con embajada o consulado más cercanos)”.
Pero reconocen que la experiencia fue maravillosa: “durante el viaje, la educación de los niños fue nuestro caballo de batalla por los condicionantes que nos marcaba, además de porque es muy difícil encontrar una rutina de estudio en un viaje como el nuestro". De hecho, así lo detallamos todo en nuestro propio blog.
En cambio, por otro lado, todos aprendimos que la mejor forma de aprender no está en los libros, sino ahí fuera, por lo que durante el viaje aprendimos a enseñar a los niños con los ejemplos que nos encontrábamos cada día cuando visitábamos cualquier lugar o conocíamos a cualquier persona. Después de todo: ¡mientras viajas, todo es un aprendizaje!".
Cuando regresaron, tres años después, Carla tenía 12 y Alejandro 10. En su maleta cargaban tres cursos académicos oficiales y un millón de vivencias que valían más que todas las carreras universitarias juntas. Las vividas junto a sus padres recorriendo el mundo a una edad en que uno es una esponja y está cimentando la estructura de valores humanos con los que tendrá que afrontar otro viaje no menos duro que es el de la vida.
“Nos dimos cuenta de que lo mejor es no planificar tanto el futuro, así que decidimos ir definiéndolo poco a poco. Ahora, además de compartir nuestras vivencias y aprendizajes en nuestro blog de viajes, también asesoramos a otras familias o viajeros que puedan necesitar de cualquier ayuda para realizar un gran viaje".
Puedes seguir a esta familia viajera en su blog y redes sociales: Twitter, Facebook, Instagram, Youtube.
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