Una pareja de dos mujeres bailará en la Ópera de Viena
Las jóvenes alemanas Sophie Grau e Iris Klopfer serán las pioneras contra los estereotipos en esta cita
Las alemanas Sophie Grau e Iris Klopfer escribirán un pequeño gran capítulo en la historia del baile de debutantes de la Ópera de Viena, que este año se celebrará el 20 de febrero. Por el puro placer de bailar juntas, las dos jóvenes, de 21 y 22 años respectivamente, se convertirán en las primeras debutantes del mismo sexo en la famosa gala y, por ende, en las primeras en dar visibilidad a la lucha contra la discriminación y los estereotipos en la exclusiva cita.
Con su participación en el baile más famoso de Europa, las dos amigas que solo son pareja en la pista y amantes perdidas de esta disciplina, desean promover la igualdad de oportunidades para parejas del mismo sexo en el corazón de una fiesta teñida de conservadurismo y tradiciones casi arcaicas, que tiene sus orígenes en la presentación en sociedad de los jóvenes de las clases altas para su posterior matrimonio.
Las bailarinas, conscientes de la importancia de su presencia en la famosa cita, admitieron en varias entrevistas con la prensa germana que decidieron participar en el baile solo para desafiar sus convicciones. “No se trata de ideología, solo queremos bailar juntas”, confesó Sophie Grau a la revista Der Spiegel. “El género no importa. He bailado con muchos hombres que conducen mal, pero con nosotras el juego de conducir y seguir, encaja perfectamente”, añadió Iris Klopfer.
Sophie Grau, una joven que toca la guitarra, el bajo, el piano y la batería; y su amiga Iris Klopfer, que estudia Medicina en la Universidad de Erlangen-Núremberg, ya arrastran un largo historial de bailes conjuntos. Se les ocurrió la idea de participar en el baile de debutantes el verano pasado, tras ver un vídeo de la famosa fiesta. Apasionadas por la música y la danza, no lo dudaron. “Bailar en ese escenario icónico debe ser simplemente maravilloso”, aseguraron a los medios de comunicación alemanes. Por eso rellenaron el formulario de inscripción en la web del Baile de la Ópera.
Para poder ser seleccionadas en el evento en el que participan 150 parejas, Iris y Sophie tuvieron que enfrentarse a una dura competencia, cumplir los requisitos administrativos (como certificados sobre sus conocimientos y habilidades para el baile) y el único requisito impuesto por la organización: dominar la técnica del vals vienés.
Al anunciar que habían sido aceptadas, la directora del evento, María Großbauer, sostuvo: “Es absolutamente correcto incluir a la pareja de mujeres en el baile. Después de todo cumplen con el criterio más importante, que es dominar el vals vienés”.
Participar en la Ópera de Viena conlleva un estricto código de vestimenta. Algo que, según afirmó Großbauer, la pareja de bailarinas también cumplirá: “El tradicional efecto blanco y negro en el baile seguirá existiendo, ya que una de las dos llevará un frac negro y la otra un vestido blanco hasta el suelo”. Será Iris quien luzca el vestido blanco con guantes del mismo color hasta el codo y tiara en la cabeza; y Sophie quien vestirá de frac, con su correspondiente chaleco negro y blanco, guantes y pajarita. “Hay algo realmente grande en esta uniformidad. Creemos que este estricto código de vestimenta está absolutamente justificado para este baile y estamos concienciadas y muy contentas de poder participar”, aseguró Grau. Como recuerdo, Iris podrá llevarse a casa la tiara y Sophie, los gemelos de la camisa; complementos que proporciona la organización del evento.
Con su participación en Viena, las dos jóvenes quieren promover la igualdad de oportunidades para las parejas del mismo sexo en eventos conservadores. Aunque no tienen una relación amorosa, se denominan una pareja gay. “Yo me siento 100% cómoda como mujer. Pero con nuestra participación me gustaría apoyar a Sophie en la ruptura de las normas de género”, dijo Klopfer sobre su compañera, quien rechaza dividir las identidades de género en solo hombres y mujeres.
La presencia de Klopfer y Grau en el famoso baile no ha sido bien recibida por la alta sociedad vienesa, acostumbrada a revivir una vez al año las viejas tradiciones, como son la presentación de la familia en sociedad y casar a los hijos. Richard Lugner, el empresario austriaco de 87 años que suele contratar mujeres para que lo acompañen a la fiesta, criticó la decisión de la organización y denunció que las parejas en el baile deben estar formadas por un hombre y una mujer. “Si dos mujeres se aman, eso se acepta hoy en día, pero no tienen nada que hacer en la apertura del Baile de la Ópera. Hay que evitar destruir la reputación del baile”, dijo al periódico Kurier. “Estamos en el año 2020. La tradición no excluye ni la diversidad ni la tolerancia”, respondió Großbauer. “Apoyamos la igualdad de oportunidades y nos oponemos a la discriminación y la homofobia”, concluyó.
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