Brooke Shields y Pamela Anderson, estrellas en el Baile de la Ópera

Richard Lugner no pierde la costumbre de pagar decenas de miles de euros a celebrities para que lo acompañen en el famoso Baile de la Ópera de Viena. Este año Lunger, de 83 años, ha escogido a la a actriz estadounidense Brooke Shields, de 50 años, quien le cogió el relevo a la modelo Elisabetta Canalis (su acompañante del año pasado). La actriz que salto a la fama por El lago azul (1980)  tiene, además, el visto bueno de la esposa de Lugner, Cathy, de 26 años. "Es una mujer extraordinaria", afirmó el millonario, quien no quiso revelar cuánto cobró la intérprete por su estadía en la capital austríaca.

La gala es uno de los eventos más exclusivos en el calendario social de Viena, en total acudieron más de 5.000 personas al baile celebrado anoche, incluyendo la cúpula del Estado y del Gobierno austríaco, encabezada por el presidente federal, Heinz Fischer, y el canciller federal, Werner Faymann. Además de Shields, asistieron otros personajes del mundo del espectáculo como el director de La Scala de Milán, Alexander Pereira, o el director de cine Stefan Ruzowitzky, ganador de un Oscar. También hizo acto de presencia el actor Anthony Delon, así como la exmodelo canadiense y actriz Pamela Anderson, quien ya disfrutó de esta cita en 2003 cuando fue invitada por Lugner. Este año lució un atrevido vestido strapless con el que atrajo la atención de todos los presentes, como ya lo hiciera el año pasado Elisabetta Canalis dejando al descubierto más de lo que le hubiera gustado durante su baile.

Este año el millonario aseguró que eligió a la actriz por tener “la edad justa. Las invitadas más jóvenes a menudo son caprichosas y las de más edad atraen menos la atención", dijo. Y es que después del mal trago que le hizo pasar en 2014 Kim Kardashian el empresario no ha querido arriesgarse de nuevo. En aquella ocasión Lugner recibió todo tipo de desplantes por parte de la celebrity. La famosa diva no llegó a la hora convenida para desfilar por la alfombra roja y además entró al edificio por una puerta lateral. Pero eso no fue todo. Cuando Lugner la quiso invitar a la pista de baile, Kardashian se negó alegando un repentino cansancio y, después del posado obligatorio ante las cámaras, evitó la compañía de su anfitrión. Al parecer, la estrella había cambiado de humor cuando descubrió, en medio de los invitados, a un personaje que se había teñido la cara de negro para simular un parecido con su esposo, el rapero Kanye West.

A diferencia de Kardashian, la protagonista de cintas como Corazón al descubierto sí que posó junto al empresario y su esposa. Shields se mostró en todo momento feliz y disfrutó de la velada junto a su anfitrión y demás invitados.