La última resurrección de María Jiménez
La cantante celebra su 70º cumpleaños triunfando con el dueto junto a Miguel Poveda, que marcó su regreso después de haber estado al borde de la muerte
El 25 de enero, una noticia en forma de regalo servía de celebración adelantada del que será, este lunes 3 de febrero, el cumpleaños número 70 de la cantante María Jiménez (Sevilla, 1950): la plataforma audiovisual YouTube anunciaba que su canción ¡Qué felicidad la mía! superaba el millón de visitas. Con este tema que arrasa en las redes sociales —un dueto con el cantaor Miguel Poveda— la sevillana no solo resucitó artísticamente el pasado mes de diciembre, sino que escenifica esa rabia con la que María Jiménez pelea por la vida desde que, en un nuevo revés, haya superado una enfermedad que la mantuvo, a mediados del año pasado, ingresada tres meses en un hospital. Un tiempo del que ella misma ha dicho: “Estuve tres meses muerta”.
Esta irrevocable decisión por vivir va a marcar el cumpleaños de la cantante sevillana, empeñada en cumplir la profecía que hizo entonces su único hijo, Alejandro, nacido de su matrimonio con el actor José Sancho: “La rubia sale de esta”.
“Todo está bien en mi cuerpo, hasta la celulitis”, bromeaba la artista en su cuenta de Instagram una vez superada una crisis de salud en la que se debatió entre la vida y la muerte: “Soy mejor persona porque me voy dando cuenta de cosas que antes no me daba. No conozco el miedo, tengo muchas ganas de vivir”, aseveraba. Con esta determinación quiere María Jiménez andar el recién nacido 2020, año en el que, además de cumplir siete décadas en el mundo, le esperan planes en lo artístico y lo personal. “Evidentemente no estaba muerta, estaba de cachondeo”, ha bromeado la cantante en varios programas de televisión, en alusión a “todo lo que queda por vivir”.
En este cumpleaños, pues, ha sido fundamental, además de su familia, la aparición en su vida de Miguel Poveda, que ha servido en bandeja a la cantante una canción a su medida, con todo su quejío canalla, que María Jiménez canta con las tripas al tiempo que celebra la vida. “Desde que tengo uso de razón admiro y amo a María con toda la extensión de la palabra, y desde que nos conocimos hemos querido cantar juntos. María Jiménez no es de este planeta. Gracias por abrirnos las puertas de tu casa y de tu corazón”, fueron las palabras con las que el cantante de Badalona anunció la colaboración en su cuenta de Instagram, la misma con la que estos días se pasean por radiofórmulas y televisiones de todo el país.
Atrás han quedado los días de incertidumbre por su gravísimo estado de salud: la cantante, que desde hace unos años vivía retirada en Chiclana de la Frontera (Cádiz), fue intervenida el pasado mes de mayo en el Hospital de San Rafael de la capital gaditana por un problema en el aparato digestivo. Unas complicaciones derivadas de la operación llevaron a temer por su vida. Fue trasladada al Hospital Virgen del Rocío de Sevilla, donde recibió el alta el pasado mes de julio. “Lo he pasado muy mal, pero peor lo ha pasado mi familia porque yo no era consciente”, ha explicado María Jiménez en entrevistas de televisión, en las que siguió tirando de humor para decir: “Me metieron muerta y he resucitado”.
Más allá de un hecho aislado, la vida de María Jiménez parece predestinada a afrontar adversidades, cuando no a una eterna superación de tragedias en lo vital y lo artístico. Con 18 discos publicados, media docena de películas y dos profundas tragedias personales, María Jiménez lleva inoculado el espíritu renacentista del Ave Fénix. Su convulso matrimonio con el actor José Sancho, del que se separó y se volvió a casar hasta en tres ocasiones, y el accidente mortal que le costó la vida a su hija mayor cuando tenía 16 años, la condujeron a numerosos altibajos profesionales.
Después de su época dorada y tras la trágica muerte de la joven, María abandonó los escenarios. En el año 2002, se produjo un primer renacer de la cantante. Su colaboración con el grupo La Cabra Mecánica y un disco firmado por Joaquín Sabina —Donde más duele— hizo estallar por los aires el fallido destino al que parecía abogada: más de 600.000 copias vendidas con un estribillo hecho a su erótica medida: “Quién hará tu trabajo debajo de mi falda...”. Un cáncer de mama en 2013 pareció dar el tiro de gracia a su personalidad rocosa e invulnerable, pero la artista tardó apenas tres años en superar la enfermedad y ahora, con esta nueva batalla ganada a la muerte, María Jiménez regresa a la actualidad musical para gritar: ¡Qué felicidad la mía!
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