_
_
_
_

Las tragedias amorosas de los Niarchos

La boda del heredero de la saga, Stavros III, con Dasha Zhukova, intenta acabar con el infortunio de sus antepasados, entre los que hay divorcios, infidelidades y sobredosis

Stavros Niarchos y su esposa Tina, en una gala en Mónaco en mayo de 1974.
Stavros Niarchos y su esposa Tina, en una gala en Mónaco en mayo de 1974.Gilles Giribaldi (Getty Images)
Más información
Athina Onassis, un divorcio con sorpresa
Los amores de Onassis y la Callas, recreados como una tragedia griega moderna
La ‘jet set’ se va de boda: la gran celebración de Dasha Zhukova y Stavros Niarchos

El pasado fin de semana, el magnate de origen griego Stavros Niarchos III rompió la norma de máxima discreción que se había impuesto en los últimos tiempos y se dejó fotografiar con su esposa, la exmodelo rusa Dasha Zhukova, el día de su boda. Apenas había fotos de su relación hasta ese día. La pareja se dio su segundo "sí, quiero" —el primero fue el pasado octubre en una ceremonia íntima en París— rodeados de nieve y lujo en Saint Moritz, ante más de 300 invitados entre los que había numerosas celebridades, actores, estilistas, supermodelos internacionales y algunos miembros de casas reales europeas como Beatriz de York y Carolina de Mónaco. La fastuosa boda, que según apuntan algunos medios italianos costó en torno a seis millones de euros, se celebró en uno de los establecimientos más lujosos de la zona, propiedad de la familia Niarchos .

Philip, el padre, y Spyros, el tío del novio —que fue el padrino en la boda de Carolina de Mónaco y Ernesto de Hannover en 1999— son los mayores propietarios de terreno en Saint Moritz y muy populares en el lugar. La pareja eligió el hotel Kulm, también de su propiedad y cuyas habitaciones tienen un precio mínimo de 700 euros por noche, para celebrar el enlace por el valor emocional que tiene para ellos.

Este matrimonio cierra una etapa sentimental agitada del heredero de los acaudalados armadores griegos. Entre sus novias más conocidas han estado Paris Hilton, con quien salió a primeros de los 2000; actrices como Lindsay Lohan o Mary Kate Olsen o la modelo Jessica Hart, con quien salió durante siete años.

También disipa la sombra de la fatalidad familiar amorosa. Cuando se habla de bodas y amor en el clan Niarchos, resulta inevitable rememorar la historia de otro Stavros Niarchos, patriarca de la dinastía, el abuelo del que el joven Stavros III heredó su nombre además de una fortuna, y que tuvo una turbulenta vida sentimental, con tintes de tragedia griega. El hombre que convirtió a los Niarchos en multimillonarios y en unos de los grandes armadores del mundo se casó en cuatro ocasiones, dos de ellas con dos hermanas.

Charlotte Santo Domingo, Dasha Zhukova y Stavros Niarchos en una gala en Nueva York en mayo de 2018.
Charlotte Santo Domingo, Dasha Zhukova y Stavros Niarchos en una gala en Nueva York en mayo de 2018.Dimitrios Kambouris (Getty Images for DKMS)

La boda en 1946 de su archienemigo en los negocios, Aristoteles Onassis, con Athina Livanos, hija del tercer gran empresario naval de Grecia, marcó un punto de inflexión en su vida y desató una intrincada historia en la que los celos, el odio, la traición, las sobredosis, el dinero y los divorcios fueron algunos de los ingredientes.

En el festejo de aquel enlace, Niarchos conoció a las que más tarde se convertirían en su tercera y cuarta esposa. Una era Eugenia Livanos, hermana de la novia, y la otra era la propia novia. Su matrimonio con la primera, que tuvo lugar un año después, duró 18 años. En medio hubo una sonada separación. Stavros Niarchos se fue a México y comenzó una relación con Charlotte Ford, hija del magnate de los automóviles Henry Ford, y tuvo una hija con ella. Poco menos de un par de años después, el idilio terminó y Stavros regresó con su exesposa Eugenia, con la que seguía casado, según las leyes griegas. La pareja acordó que ni Ford ni su hija aparecerían en el testamento de Niarchos y continuó su vida en común. Hasta que en 1970 se desató la tragedia.

Eugenia apareció muerta en la isla privada Spetsopoulas, propiedad de Niarchos, en mayo de ese año. La causa del fallecimiento fue una sobredosis de barbitúricos que levantó las sospechas de la policía, que inició una investigación. Poco después Stavros fue exonerado y el caso, calificado como muerte accidental, se consideró cerrado.

Un año después, Athina Livanos se divorció de Onassis y se casó con Stavros Niarchos, viudo de su hermana y padre de sus cuatro sobrinos. Un par de años más tarde, Alexander Onassis, el hijo de Athina y heredero de Aristóteles, murió en un accidente de aviación. Athina no logró superar la pérdida y se entregó a los barbitúricos. Falleció igual que su hermana: a causa de una sobredosis, en París, en 1974. Su hija Cristina Onassis demandó a su padrastro por la herencia de su madre, valorada en unos 250 millones de dólares. Niarchos le entregó todo lo que pidió, el dinero, las joyas y las colecciones de arte.

Niarchos murió en 1996 en Suiza, con una fortuna valorada en cinco mil millones de dólares. Dejó una parte de su patrimonio a un fondo que se dedica a obras de caridad en su nombre y el resto lo repartió entre sus cinco hijos y sus 15 nietos.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_