Ladran, luego cabalgamos
Esta frase no figura en el Quijote, como muchos piensan; fue Goethe quien la utilizó inspirado por un proverbio turco que dice: “Los perros ladran, pero avanza la caravana”. Tras tantos meses de indiferencia, el Parlamento vuelve a reclamar atención. Algo debe andar pasando para que se revuelvan tanto los ánimos de algunos. La buena noticia es que se vuelve a hablar de problemas cotidianos y se afirma que la política sirve para intentar solucionarlos desde muy distintas perspectivas. Para ello cuenta con sus armas genuinas: los argumentos, la deliberación y el pacto. Las mentiras, los insultos y la calumnia solo pueden convencer a los previamente convencidos, pero los ladridos quedan atrás y lo único que cuenta es el avance de la caravana, por tortuoso que pueda resultar su itinerario, porque solo se hace camino al andar.
Roberto Rodríguez Aramayo. Madrid