Mónica Naranjo: “Soy un partidazo, pero no ligo nada”
La diva celebra sus 25 años en la música y dice estar soltándose la melena tras décadas de férreo autocontrol personal y profesional. "Si no te mueves tú, ya te zarandea la vida".
Es la última entrevista de la ronda y la artista sabe que, con esta, acaba su jornada de promoción y puede salir a comer y quitarse la careta, si es que la lleva puesta. Sorprendentemente, no parece llevar más máscara que la de sus kilométricas pestañas perfiladas una a una sobre el —este sí, genuino— brillo de sus ojazos. La procesión, de haberla, irá por dentro, pero Naranjo, separada no hace tanto de su pareja de varios años, parece exultante. Desde luego, no parece tener prisa por acabar la charla. Hambre, es otra cosa.
Su disco aniversario se llama 'Renacimiento'. ¿Estaba muerta?
No, estaba en la zona de confort, y ahí no es bueno estar. Nos acomodamos, nos quedamos calentitos, como cuando estás en la cama y no quieres salir. Entonces, como no te mueves, la vida te pega un mazazo y te dice: 'Ahora te vas a joder, tienes que seguir evolucionando, chavala'.
La famosa 'ley de vida'. ¿La vida a veces se hace cuesta arriba?
Bueno, yo es que tengo un entendimiento bastante personal de lo que es la vida. Creo que hemos venido para cumplir un propósito. Cuando vienes al mundo, ya has firmado un contrato, pero luego te olvidas. Entonces, la vida te viene a decir: 'Acuérdate de a lo que has venido, y si no te acuerdas, ya te lo recuerdo yo'.
¿Y con quién se firma el contrato? ¿Con Dios?
Es un acuerdo entre tú, como alma, y el universo. Es una creencia. Llámalo metafísica, da igual. Pero creo en ello ciegamente.
¿Lo tiene claro desde niña? Sí, si no, no estaría aquí. Yo tenía visualizado lo que quería hacer en la vida y vivía el momento como si ya lo hubiera obtenido. Experiencias como llenar el Wizink Center, ya lo he vivido, ya lo había imaginado de pequeña.
¿Visualizaba solo lo bueno, o también lo malo?
Lo bueno. Pero para alcanzarlo, hay que pasar el purgatorio, eh. Y tienes que estar preparada.
Palabra de mujer
Mónica Naranjo (Barcelona, 45 años) está como nunca. Saluda 2020 con un desnudo en Instagram. Anuncia la gira 'Mónica al desnudo'. Presentará 'La isla de los supervivientes' en Telecinco. El disco de sus 25 años en la música se llama 'Renaissance'. Si eso no es una reinvención, que venga ella misma y lo diga.
Me está dejando loca.
Jaja. Lo entiendo. Les pasa a mis amigas. Se me quedan mirando así, en silencio, y muchas de ellas piensan: 'Cómo la quiero pero qué colgada está la pobre'.
¿Y usted les da la razón?
No, pero las quiero, y sé que ellas me quieren igual
¿Siempre fue la rara de clase?
Sí. Soy una oveja negra, pero me acostumbré a vivir así. Tiene su encanto, somos diferentes.
¿Ya tenía entonces su carrera diseñada en la cabeza?
Completamente. Ahora, me he tenido que acostumbrar a que me dijeran que me iba a estrellar. La frase favorita de todo el mundo es: 'Te vas a dar una hostia'. Y yo, las veces que me la he dado, profesionalmente, ha sido cuando no he hecho lo que quería. Si no quiero estar, no debo estar. He aprendido que no hay que ceder.
¿Controla igual su corazón?
Más. Siempre he controlado mucho mis emociones y mis amores. Yo puedo ver a una persona, gustarme muchísimo y quedarme paradísima. Soy así de gilipollas. Ahora estoy haciendo el ejercicio contrario, estoy bastante suelta. Este renacer está siendo muy guay, porque estoy aprendiendo, y lo que descubro me gusta, pero cuando toda la vida te has atado, soltar la correa cuesta.
¿Pero no era usted la mujer empoderadísima de 'Desátame'?
Claro, dime de lo que presumes y te diré de lo que careces. En mi programa de sexo, entrevisté a una mujer que es un icono sexual, y resulta que es la más recatada del mundo. Esto es así.
Prendas no le faltan.
Pues mira, no. Soy una persona autosuficiente, que no dependo ni de nada ni de nadie, yo me lo guiso y yo me lo como, y en la intimidad ni te cuento cómo estoy, así que sí, soy un partidazo.
¿Y eso intimida a los señores?
¿Me estás preguntando si ligo? Porque no ligo un cojón. Nada de nada.
Pues se dice que está con un autor de libros de autoayuda.
Jajaja. Es mi mentor. 'Vane [se dirige a su asistente], ¿qué somos tú y yo? Novias, ¿verdad?'. Ahora está el rollo de que te ven con alguien y ya es tu pareja. Mi amiga Vanesa y yo estamos reconocidas como novias en todo el mundo. Y, aquí, la que liga es ella. Yo le digo que me quedo con sus migajas.
Y eso que dice que se enamora de la persona, no de un solo sexo.
Mira, te explico. En casa había mucha libertad. No me han educado para amar a un hombre, sino para amar. A lo largo de la vida conoces a muchas personas. ¿Vas a dejar escapar a alguien maravilloso solo por una connotación sexual? ¿Te lo vas a perder? Al final es una connotación química. Una cuestión de piel.
Entonces yo, hetero, ¿me estoy perdiendo medio mundo?
No. Yo, por ejemplo, y eso que vengo de hacer un programa sobre sexo, me identifico como monógama. Y sería como decir que, por serlo, me estoy perdiendo cosas. La sexualidad del ser humano es escucharse y, con eso, proceder. Y nada es criticable.
¿Hay flechazos 'amistosos'?
Absolutamente. Cuando conocí a [la actriz] Ana Milán, fue amor a primera vista, por ejemplo. Mis mejores amigos son grandes amores en mi vida. Me ha pasado conocer a alguien y decir: 'Me he enamorado'. Y los miras y los abrazas y los hueles y sientes que estás en casa.
Al oír su nombre, recuerdo su pelo bicolor. ¿Qué parte de su éxito reside en la imagen?
Igual debería callármelo. Pero ese Desátame que llegó a España, nunca habría sido lo mismo sin ese pelo blanco y negro. Olvídate. Nadie recuerda una canción a la primera. La imagen ancla.
¿Se siente aludida cuando la llaman diva a la cara?
Bueno, intento ser buena en lo mío. Hago todo lo posible por ser cada día mejor. Me cuesta mucho sacrificio y muchas horas. Digamos que no me molesta oírlo.
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