Turismo a los pies del volcán
Cientos de turistas están viajando a lugares del mundo donde la naturaleza pueda acabar con sus vidas o ponerlas en peligro. Se ha producido una erupción del volcán Whakaari en la isla deshabitada White Island, en Nueva Zelanda, que tiene una visita anual de más de 10.000 visitantes. Los que sobreviven cuelgan, necios, en las redes sus impactantes vídeos. Han gastado una vida de gato, luego buscarán otra. La isla “está deshabitada, pero llena de vida (¿es eso vida?) gracias a los numerosos cruceros que fondean en su muelle para subir hasta el Whakaari”. Desde 1952 pertenece a una fundación privada, así que hay quien gana buenos dividendos que abonan los cruceros y, por tanto, los mal llamados turistas. Dice la noticia que en 1914 hubo una erupción con 10 mineros muertos, pero esas personas eran trabajadores forzados a estar allí. Hubo otra erupción en 2016, y ahora esta del 9 de diciembre de 2019. Hay al menos cinco muertos, pero es muy probable que los ocho desaparecidos también lo estén. Un vídeo habla de aficionados al turismo de aventura. Eso no es aventura, sino lo que solíamos llamar “jugar con fuego”.
Francisco José Eguía Astibia. Pamplona.
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