Más educación, menos vandalismo
El Ayuntamiento de Altea montó en noviembre una exposición de Antoni Miró, De mar a mar, compuesta por 26 esculturas de grandes dimensiones elaboradas en paneles de hierro. Algunas de ellas, de la colección Suite erótica, ubicadas al aire libre, representaban escenas de carácter erótico, lo que provocó algunas reacciones airadas. Desgraciadamente, hace unos días se detectó que tres de esas esculturas habían sufrido agresiones de origen desconocido, lo que ha obligado a su reparación. Cuando se acaban de publicar nuestros malos resultados en el Informe PISA, es necesario insistir en la inversión en educación y cultura como medio para lograr una sociedad más formada, pero también más justa y tolerante.
Raimundo Pérez Castro. Altea (Alicante)
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