El fin del comercio de proximidad
Me duele recorrer los barrios de Zaragoza y observar la cantidad de comercios pequeños que han echado la persiana definitivamente. Supongo que también pasará en otras muchas ciudades. ¿Qué queda de esas tiendas de confección, de las mercerías, despachos de pan y leche, papelerías de toda la vida y un largo etcétera que daban color y lustre a esos barrios que yo denominaba pequeños pueblos, donde todo el mundo se conocía y convivía? Es una pena y alzo la voz para instar a las instituciones a ayudar de la manera que consideren más efectiva a revitalizar o al menos a evitar que sigan muriendo más pequeños comercios.
Luis Solanas Cebolla. Zaragoza
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