_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Gobierno y gobernabilidad

Los partidos insisten más en desbloquear una investidura que en trenzar mayorías parlamentarias estables

Pablo Simón
Pleno del Congreso de los Diputados, el pasado 17 de septiembre.
Pleno del Congreso de los Diputados, el pasado 17 de septiembre.Julián Rojas

El problema de España no es de gobierno, sino de gobernabilidad. Dicho de otro modo, los partidos insisten más en desbloquear una investidura que en trenzar mayorías parlamentarias estables. Quizá el síntoma más evidente de esto sea que los analistas han dado por bueno que no tendremos terceras elecciones (y eso que en 2016 casi se producen). Todos consideran que, si el PSOE queda primero en escaños, habrá una o varias abstenciones que le permitirán gobernar. Si el PP quedara primero, no lo sabemos.

En cualquier caso, aun dando esta suposición por buena ¿Y luego qué? ¿Cómo se llega a la siguiente meta volante? Cualquier Gobierno sin apoyos parlamentarios cercanos a la mayoría absoluta está destinado a arrancar gripado. No puede aprobar leyes orgánicas ni sacar adelante unos presupuestos. El uso del decreto ley está más que forzado por sus costuras constitucionales y no se puede gobernar a Parlamento cerrado. Incluso aunque la aritmética impida hacer una moción de censura al nuevo Ejecutivo (como ocurría el 28-A), ser la minoría mayoritaria no vale para reformar el país.

Por tanto, conviene recordar que el bipartidismo español tenía también la etiqueta de “imperfecto”, algo que venía de los partidos nacionalistas catalanes y vascos, los cuales solían completar las mayorías en el Congreso. La España de hoy es una obra más compartida de lo que se dice. Ahora bien, esa fórmula se agota con la fragmentación política y la polarización territorial y social.

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Para gobernar hoy, el PP necesita meter en su ecuación a VOX y Ciudadanos, lo cual expulsa los apoyos de casi todo el nacionalismo (quizá con la excepción canaria). Si entre los tres partidos no alcanzan los 172-174 escaños, no pueden sumar. El PSOE y Podemos, que discrepan en el tipo de Gobierno a formar, no comparten el poder. Además, el primero se niega a depender activa o pasivamente de ERC o JxC y la llegada de Más País tampoco parece permitirles prescindir de ellos. Finalmente, PSOE y Cs no han cruzado la sima de los bloques, con lo que negociar una “pequeña coalición” tampoco ha sido factible. Los acuerdos mestizos quedan, así, descartados.

Por tanto, hay un axioma nuclear en nuestro sistema político. En ausencia de mayorías absolutas, algo que con tres partidos en cada bloque es más difícil, la alternancia entre izquierda y derecha es condicional a que las formaciones territoriales se impliquen activa o pasivamente. Si no, el primer partido debe buscar abstenciones del otro bloque, lo que puede darle el Gobierno, pero no implica que le vayan a dejar gobernar. Un principio que tiene muchos números de seguir vigente el 11 de noviembre ya que, por más veces que repartamos las cartas, ninguna baraja tiene más de cuatro reyes.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Pablo Simón
(Arnedo, 1985) es profesor de ciencias políticas de la Universidad Carlos III de Madrid. Doctor por la Universitat Pompeu Fabra, ha sido investigador postdoctoral en la Universidad Libre de Bruselas. Está especializado en sistemas de partidos, sistemas electorales, descentralización y participación política de los jóvenes.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_