MTV VMAs 2019: lo mejor y lo peor de la gala
Rosalía y su arranque flamenco, la entrega de Miley Cyrus, los insulsos Jonas Brothers, la pareja empalagosa, el huracán Lizzo... Lo bueno y lo malo de la ceremonia de los premios musicales
Rosalía triunfó en los MTV VMAs 2019: se llevó el premio al Mejor Vídeo Latino por Con altura, reconocimiento que la ha convertido en la primera artista de España en ganar un MTV Music Award. Eso sí, el galardón se lo llevó junto al colombiano J Balvin. Se le escapó otro importante al que optaba, el de Mejor Artista Nueva, que fue a parar a manos de la jovencísima (17 años) californiana Billie Eilish. "Soy de Barcelona y estoy aquí representando a mi cultura. Gracias por dejarme cantar en español", dijo Rosalía cuando subió al escenario con J Balvin.
El duelo entre Taylor Swift y Ariana Grande -ambas con diez nominaciones- acabó sin una rotunda triunfadora en una gala presentada por el humorista estadounidense Sebastian Maniscalco (estuvo discreto) celebrada en el Prudential Center de Nueva Jersey ante 20.000 personas. Tanto Swift como Grande acabaron la noche con tres galardones en su haber. Los mismos que se llevó Eilish.
Esto fue lo más destacado y lo menos de la gala...
Lo peor: dónde está Bruce Springsteen
Los Premios MTV son el colmo de la comercialidad del momento. Es un canto a las hormonas, una oda a la juventud. Casi todos los que aparecen en el escenario son asquerosamente jóvenes. Veamos. Shawn Mendes, 21 años; Camila Cabello, 22; Bad Bunny, 25; Lil Nas X, 20; Rosalía, 25: Normani, 23… Hasta Taylor Swift con sus 29 parece una veterana. Esto, recordemos, lo organiza una cadena otrora musical (ahora la programación está repleta de realities absurdos como Vergüenza ajena) MTV, que vende básicamente estímulos de fácil digestión. Y ahí, claro, a partir de los 30, te quedas fuera de su foco. Es una batalla perdida: o lo asumes, o apagas y te vas a dormir. Por lo menos, ya que se celebró en Nueva Jersey, podían haber invitado al hombre que más ha hecho porque se conozca esa tierra, Bruce Springsteen. Al fin y al cabo, la única vez que le vimos bailar a Bruce en plan discoteca fue con Dancing in the dark, aquella canción y vídeo que hizo el rockero para que le programaran en la MTV.
Lo mejor: Taylor Swift y su fiesta de los colores
Brillante arranque de la gala. No se puede retratar mejor lo que es esta fiesta que como lo hizo Taylor Swift. Montó en el escenario una explosión de colores del que era imposible quitar la vista. Pero no como en Eurovisión, no. Todo aquí careció de cutrez. Tuvo coherencia y glamour, con un jardín lleno de bailarines y unas imágenes sofisticadas. Fundió dos de sus canciones nuevas, You Need to Calm Down y Lover. Está en forma la de Pensilvania.
Lo peor: Bad Bunny, ¿acaso huele mal?
Vale, somos gente abierta y sin prejuicios. Aceptamos de todo, incluso cuando la moda quiere que nos dejemos medio sueldo en unas zapatillas manifiestamente feas. A lo que no nos acostumbramos de momento es a la reciente moda de llevar mascarillas. Sí, mascarillas de cirujano. Ya se la hemos visto a Justin Bieber o a Kendall Jenner. Ayer la lució Bad Bunny. ¿Temía la estrella puertorriqueña que le contagiaran algún virus? No. ¿Olía mal por allí con tanta estrella perfumada? Tampoco. Él está convencido de que le hace bien a su cara. Eso sí, cuando le preguntaron algo en la alfombra roja se la echó para abajo y respondió sin el tapabocas puesto. Un detalle.
Lo mejor: Lenny Kravitz, eterna juventud
Algunos creyeron que la imagen era de mediados de los noventa y aquel rockero que pisaba la alfombra roja tenía 30 años. Pero no, Lenny Kravitz cuenta con 55. Fue de los más veteranos en la gala y el que lució mejor aspecto. Vistió setentero, en tejanos y con un chaleco también vaquero abierto y nada debajo. Su torso se podía intuir esculpido detrás de sus 200 collares. Y estuvo genio y figura cuando habló. Le preguntaron a quién quería ver y soltó: "No sé quién va a actuar". Y sonrió.
Lo mejor: Rosalía, a favor de la corriente
Todo iba rodado para el triunfo de Rosalía en su actuación. Algo raro tenía que pasar para que la catalana no sumase un nuevo éxito global. Los Obama ya habían hecho pública su tradicional y publicitada lista de canciones del momento, con Rosalía en ella. Y en la alfombra roja cuando se le preguntaba a los invitados qué se morían por ver, casi siempre decían el nombre de oro: "Rosalía" (salvo Lenny Kravitz, claro: leer más arriba). Su actuación fue introducida por las modelos millonarias hermanas Hadid, que la definieron como "superestrella" y dieron un grito a coro: "Ruosalíaaaaa". Estaba previsto que interpretase Yo x ti tu x mi, junto al puertorriqueño Ozuna. Y lo hizo, pero la cantante ejecutó un golpe de efecto al arrancar con un pedacito del arrebatado A ningún hombre. "Voy a tatuarme en la piel tu inicial porque es la mía. / Para acordarme para siempre de lo que me hiciste un día". Un inició de raza, flamenco, de esos que subrayan la personalidad. Probablemente a un flamenco de pura cepa le parezca poca cosa, pero las estrellas americanas presentes en el Prudential Center estaban deseando comentar el momento en su cuenta de Instagram. Rosalía suma y sigue y si miramos hacia arriba no se vislumbra ningún techo.
Lo peor: Jonas Brothers, por qué volvisteis
Toda parecía muy 2019 en la gala... hasta que aparecieron los Jonas Brothers. Siguen ubicados los hermanos en aquellos tiempos en los que los ídolos para adolescentes solo hacían música vulgar e insípida. Montaron un espectáculo forzado, en otra ubicación del recinto (en un club muy popular de Nueva Jersey, The Stone Pony Club) y confirmaron que volver a juntarse no ha sido la mejor idea.
Lo mejor: el huracán Lizzo
Arrolladora la actuación Lizzo. La cantante de Detroit reivindica su voluminosa figura con la mejor arma: la ironía. Coronando su actuación colocó un inmenso dibujo de un trasero femenino vestido con una pequeña braguita. A partir de ahí, a disfrutar. En un momento de su miniconcierto se quitó la ropa y se quedó con un body amarillo que se balanceaba con sus rumbosos caderazos. Y lo mejor de todo: su descomunal voz y su irresistible funky.
Lo mejor: las hermanas Hadid, siempre con un vaso en la mano
En este tipo de acontecimientos el espectáculo está en el escenario y también en el patio de butacas, donde brillan con sus atuendos las estrellas. Los gestos aquí abajo suelen ser contenidos, no vayan a pillarnos con una mala cara y suban el pantallazo a las redes sociales. Por eso es de agradecer la actitud expansiva de las hermanas Hadid, las supermodelos Gigi y Bella. No pararon de bailar, jalear, sonreír y beber de un vaso del que no se separaron. Vamos, como cualquiera un sábado a las dos de la madrugada. Cuando subieron al escenario a presentar Rosalía les costó guardar la compostura. Ya iban bastante alegres...
Lo peor: los empalagosos Shawn Mendes y Camila Cabello
Les pusieron un escenario vacío de trastos, tan solo el suelo iluminado de lucecitas como si fuesen cientos de velas. Mal comienzo. Y no es que desafinaran o se les escapase algún gallo. No. Lo que fue difícil de soportar fue lo empalagoso de la actuación. Tampoco ayuda ese incomprensible éxito que es Señorita. Al menos, tendríamos el apasionado beso final de la pareja, ahora también sentimental. Pero ni eso. Amagaron, pero al final solo se dieron un torpe toque de naricita.
Lo mejor: el desgarro de Miley Cyrus
Su presencia se anunció a última hora. No está pasando un buen momento personal la cantante, con su reciente separación del actor Liam Hemsworth, con fanfarria mediática día y noche. Miley se puso sobria, con una interpretación donde primaba el negro y un haz de luz en la oscuridad. Apenas se movió y se amarró al micrófono como si fuera lo único que tuviese en la vida. Se entregó en una interpretación intensa de Slide Away, donde relata los miserias de su ruptura: "Nos encontramos pero ahora estamos perdidos./ Es hora de dejarlo ir". No se ve todos los días a una estrella desgarrada ante millones de espectadores.
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