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50 aniversario de la primera edición del festival de Woodstock Contra todo pronóstico, Jimi Hendrix, The Who, Janis Joplin, Jefferson Airplane y Carlos Santana crearon una atmósfera irrepetible junto a los asistentes, extasiados por el espíritu del verano del amor Para algunos estadounidenses, el festival fundamental de "paz y música " hace 50 años fue un momento inspirador de comunidad contracultural y de libre pensamiento juvenil. Para otros, fue una muestra escandalosa de decadencia moral e indulgencia en tiempos de guerra. En cualquier caso, el festival de Woodstock, en el que participaron artistas como Jimi Hendrix, Janis Joplin o Neil Young, es considerado como el más importante de la historia de la música y el origen de una profunda transformación en la cultura y sociedad de la época. En la imagen, asistentes saltan sobre un montón de heno durante el festival celebrado en Bethel, Nueva York (EE UU). AP Woodstock fue el primer macrofestival de nuestra memoria, un símbolo de la contracultura y un legado para quienes aman la música por encima de todas las cosas. 450.000 jóvenes norteamericanos acudieron a tres días consecutivos de rock en una granja de 240 hectáreas en una localidad del Estado de Nueva York. PAUL GERRY / THE MUSEUM AT BETHEL WOODS (Reuters) Una joven toma una siesta en la parte superior de su automóvil, el 16 de agosto, en la vía hacia el festival Woodstock. El festival se hizo leyenda también por su memorable caos: aforo desbordadísimo, coches abandonados en el atasco, artistas llegando en helicóptero, baños en el barro y Jimi Hendrix distorsionando el himno de EE UU ya amanecido el lunes. AP La improvisación reinaba en casi todo, de hecho, Woodstock no se celebró en Woodstock, sino en otro pueblo ubicado a unos kilómetros, en el condado de Sullivan. Tras el festival, la granja en Bethel fue declarada zona catastrófica por el gobernador de Nueva York y el New York Times lanzaba un editorial crítico cuestionando qué tipo de cultura era capaz de producir "un desastre tan colosal". JOHN "JACK" NIFLOT / THE MUSEUM AT BETHEL WOODS (REUTERS) Asistentes del festival abandonan sus camiones, automóviles y autobuses mientras intentan llegar a White Lake en Bethel (Nueva York), el 15 de agosto de 1969. El New York Daily News informó el 16 de agosto que los automóviles se retrasaron hasta ocho horas entre la ciudad de Nueva York y el lugar del concierto, una distancia de menos de 160 kilómetros. AP Chozas de hierba y hojas se utilizaron como viviendas provisionales por algunos de los asistentes al Festival de Música y Artes. En la imagen, uno de los alojamientos improvisados, el 16 de agosto de 1969. AP "Sabíamos que sería imposible albergar a tantos jóvenes en este pueblo (Woodstock), por lo que decidimos buscar un lugar adecuado, y lo encontramos 50 millas más abajo, en la granja de un individuo que se había entusiasmado con la idea, Max Yasgur", comenta William Lubinsky, un constructor que nació en Manhattan, pero que vive en Woodstock desde hace 23 años y que colaboró con la organización del festival y en la construcción del escenario. En la imagen, parte del público del festival en agosto de 1969. RICHARD GORDON / THE MUSEUM AT BETHEL WOODS (REUTERS) John Sebastian durante su actuación en el festival Woodstock en agosto de 1969 en Bethel, Nueva York (EE UU). BARON WOLMAN / THE MUSEUM AT BETHEL WOODS La lluvia, las drogas y el caos alimentaron una incertidumbre que salió más cara de lo previsto, pero que sigue siendo inmortal. En todo momento, los organizadores hablaban de 50.000 entradas vendidas, cuando calculaban que aquella cifra se multiplicaría al hacerse evidente que aquella iba a ser la gran reunión rock del verano de 1969. AMES SHELLEY / THE MUSEUM AT BETHEL WOODS (Reuters) El gobernador de Nueva York, el republicano Nelson Rockefeller, desoyó las voces que sugerían cancelar el evento y aportó los recursos del Estado; incluso, helicópteros del US Army trasladaron material médico. En la imagen, asistentes al festival junto a agentes de la policía local. BARRY SERBEN / THE MUSEUM AT BETHEL WOODS (Reuters) La luz de la mañana enmarcando la silueta de Jimi Hendrix, su guitarra Fender Stratocaster blanca, su distorsionada —y por momentos cacofónica— versión del himno de los Estados Unidos, marcaron el cierre del festival. Exhaustos después de “tres días de paz y música”, muchos espectadores habían abandonado el recinto; algunas fuentes señalan que solo una décima parte de las 400.000 almas allí congregadas se quedaron a ver al guitarrista. IAN R. SLATER / THE MUSEUM AT BETHEL WOODS En 1969, ninguno de los grandes proveedores de comida para eventos quiso participar en el festival que inventó los festivales. Los pocos puestos que vendían perritos calientes, al ver subir la demanda, doblaron los precios. Aún así, se acabaron los perritos. Entonces, algunos se acercaron a saquear las granjas vecinas. Otros, desesperados por hacer colas eternas para conseguir una hamburguesa, quemaron el foodtruck que las vendía. ILENE LEVINE / THE MUSEUM AT BETHEL WOODS (REUTERS) Los residentes, una vez comprobado que aquello no era una orgía pagana, se esforzaron en ayudar a los visitantes. Se pudo ver a grupos de monjas repartiendo gratuitamente miles de bocadillos, elaborados en su convento. En la imagen, parte de los asistentes al festival Woodstock, el 16 de agosto de 1969. AP En la fotografía, se muestra a Richie Havens durante su presentación en Woodstock, en agosto de 1969. La música se convirtió en la excusa para un experimento de vida en libertad. Aparentemente, la motivación económica del megaconcierto había saltado por los aires, al permitirse la entrada libre. Una ciudad de casi medio millón de habitantes había surgido de la nada y se había estructurado sin gran planificación. Mark Goff (AP) Al terminar el festival, los organizadores no sabían cómo compensar a las personas que habían comprado entradas por anticipado, pero no pudieron llegar a la granja de Max Yagur por culpa de los embotellamientos. Aún así, Woodstock ha pasado a la historia como uno de los momentos álgidos de los años sesenta, el gran subidón de los baby boomers. En la imagen, cientos de asistentes caminan en la carretera desde Bethel, mientras abandonan las instalaciones del festival Woodstock, el 16 de agosto de 1969. AP