El futuro de nuestros agricultores

Son indignantes las imágenes de unos agricultores de Granada echando a perder la producción de pepinos ante los bajos precios que perciben. El agricultor recibe 10 o 20 céntimos por kilo, cuando los costes de producción se sitúan en torno a los 40 céntimos. En las grandes superficies, el precio por kilo supera los 1,50 euros, siendo por tanto abismal la diferencia entre el precio en origen y el de destino. Pasa con los pepinos, pero también con muchos otros productos agrícolas. Nada dicen nuestros políticos sobre, por ejemplo, poner unos precios mínimos para los productos del campo. Las asociaciones agrarias señalan que es necesario fijarlos para que los agricultores puedan vivir dignamente de su trabajo. Mientras los políticos se ponen de acuerdo para subirse los sueldos, olvidan un sector que ha sido generador de trabajo y de riqueza en nuestro país.

Patricio Simó. Valencia