Audiolibros para fomentar la imaginación y la creatividad de los niños
Escuchar historias en familia fortalece los lazos entre padres e hijos y les ayuda a desarrollar otras habilidades, como la comprensión lectora y la expresión oral y escrita
Las historias, los cuentos y las novelas se leen, pero también se escuchan, y la experiencia no tiene por qué ser en absoluto desmerecedora. Y no solo para los adultos, ya que su uso puede fomentar el hábito de la lectura entre los más jóvenes y fortalecer otras habilidades como su capacidad de concentración y de escucha. Ya sea para amenizar los desplazamientos o mientras se ordena la habitación o se prepara la cena, por ejemplo, un audiolibro “puede reforzar la relación entre padres e hijos, ya que muchas veces se escuchan en familia, sobre todo en los viajes”, cuenta Alex Gibelalde, director de la plataforma de audiolibros Storytel en España. “En vez de estar cada uno viendo su propio contenido, o con cascos de música, se comparten historias y aventuras, todos juntos”.
Entre los beneficios que señalan los expertos, están los de fomentar la imaginación, potenciar la capacidad de atención y escucha (fundamentales para un buen rendimiento académico), aumentar la comprensión lectora de los niños (que pueden incluso llegar a leer por encima de su nivel) e incluso ser útiles para aquellos niños con dificultades para dormir, ya que les ayuda a relajarse. Como los narradores, además, suelen ser locutores profesionales, su entonación y énfasis “contribuye a desarrollar la lectura en un futuro, y les enseña a leer haciendo las pausas adecuadas; aprenden escuchando mientras realizan otras actividades”, cuenta Gibelalde. Esto, a su vez, puede llevarlos a mejorar sus habilidades orales y de expresión escrita. Escuchar y leer la historia simultáneamente facilita el reconocimiento de las palabras; escucharla por sí sola aumenta su vocabulario.
Para Mar Romera, maestra, escritora y licenciada en Psicología y Psicopedagogía, se trata de una herramienta que contribuye “a enganchar a los niños al mundo letrado, a las ganas por conocer historias. La lectura es siempre interesante, porque ralentiza el mundo de los acontecimientos y te permite imaginar y vincularlo con el mundo de la emoción y la creatividad”. Aunque, recuerda, la mejor opción es que al niño o niña “le lea una persona de referencia, alguien que los quiere y a la que él o ella quieren, y que hace que se vinculen emocionalmente al mundo de la lectura”. Como esto no siempre es posible, recurrir a los audiolibros es una actividad más que se puede compartir con los demás miembros de la familia, siempre con mesura.
De El Principito a Don Quijote, pasando por Manolito Gafotas, Corazones de gofre, el Diario de Greg o El club de los Caníbales, Storytel cuenta con 4.000 audiolibros y 16.000 libros electrónicos en español (de los que aproximadamente un 15% está dedicado al público infantil), dentro de un catálogo que incluye 40.000 audiolibros y 62.000 e-books en inglés, castellano y catalán. La aplicación, disponible en Android e iOS, ofrece un periodo de prueba de 14 días tras los cuales será necesario escoger uno de los tres tipos de suscripción disponibles (9,99 euros al mes por una cuenta, 14,99 por dos y 19,99 por tres), que dan acceso ilimitado al catálogo. Y, desde ahora, una novedad: el Kids Mode, un modo infantil (al que se entra y del que se sale al introducir un pin) para que los usuarios menores de 12 años puedan explorar los títulos disponibles en un entorno seguro que filtra y bloquea cualquier contenido no recomendable para ellos. Pero no es la única: otras plataformas para audiolibros son la Audioteka, que permite la compra puntual de audiolibros que tienen un precio medio de entre 10 y 20 euros; Audible, de Amazon, cuya suscripción mensual (unos 13 euros al mes) incluye la lectura de un audiolibro nuevo cada 30 días; el Instituto Cervantes (aunque su oferta, gratuita, es mucho más limitada) y Librivox, una web sin ánimo de lucro (también gratuita) en la que narradores voluntarios graban libros de dominio público.
Los audiolibros tienen, además, un valor especial para aquellas personas con dificultades en el lenguaje y la lectura: “La estadística dice que un 10% de la población tiene este problema, entre ellos niños con dislexia”, asegura Romera. “Estas dificultades hacen que sea muy complicado que se enamoren de la lectura; de ahí la utilidad de que alguien te lea un libro que tú no puedes leer y, sin embargo, sí puedes disfrutar”. Una actividad que, de hecho, disfruta cada vez más gente: de los más de 800.000 suscriptores que Storytel tiene en 16 mercados de Europa, Asia y América, Gibelalde recuerda que, aunque la utilizan todo tipo de personas, la mayoría de sus usuarios tienen entre 30 y 45 años, y la usan para complementar la lectura cuando no pueden practicarla en papel: conduciendo, haciendo deporte...
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