Meghan Markle, de heroína a centro de todas las críticas
La esposa de Enrique de Inglaterra tiene un nuevo proyecto con 'Vogue', según los medios británicos, y tampoco gusta a sus detractores
Cuando Meghan Markle y el príncipe Enrique se dejaron ver juntos por primera vez de forma oficiosa en los Juegos Invictus celebrados en Toronto, Canadá, a finales de septiembre de 2017, el mundo se volvió loco por la actriz de la serie Suits que parecía llamada a convertirse en el nuevo miembro de la realeza británica. Sus gestos, sus estilismos, su naturalidad, su origen afroamericano, sus amistades..., todo parecía perfecto y llamado a proporcionar una bocanada de aire fresco a la tradicional corte británica. En Gran Bretaña, quienes pudieron tener dudas sobre la oportunidad de esta relación no alzaron la voz en exceso, y en palacio todo fueron sonrisas cuando el compromiso de la pareja se oficializó el 27 de noviembre del mismo año.
El hijo pequeño de Diana de Gales, la 'princesa del pueblo', había encontrado el amor y nadie olvidaba su rostro serio y compungido recorriendo las calles de Londres tras el féretro de su madre. Se merecía ser feliz y si su elegida era una actriz de éxito cuyo currículo no escondía escándalos notorios, pocos parecían dispuestos a ponerle pegas por estar divorciada o por irse a convertir en el único miembro de la historia de la realeza británica con una madre negra. El idilio social y mediático continuó durante las primeras apariciones como pareja en actos públicos ya en Gran Bretaña. Se convirtió en pasión cuando se celebró la boda en el castillo de Windsor el 18 de mayo de 2018. Llegó a las antípodas con el viaje de la pareja a Australia y tuvo incluso un broche meloso con el anuncio del embarazo de Markle y la llegada de Archie Harrison, el primer hijo de la pareja el 6 de mayo de 2019.
Pero entre la boda y el bautizo algo ha trastocado la imagen de Meghan Markle y las críticas hacia ella llevan arreciando meses. Nada de lo que hace o propone parece que termine por gustar a los habitantes del país al que se trasladó por amor. La última crítica ha surgido por un proyecto que ni siquiera es seguro pero que ya ha sido anunciado por el periódico Daily Mail: tener una columna regular en las ediciones británica y estadounidense de la revista Vogue, donde la duquesa de Sussex centraría la atención en sus proyectos altruistas. Una idea, que según el diario británico, habría cobrado fuerza animada por su amiga, la abogada y activista Amal Clooney.
Según este medio, la duquesa de Sussex y la editora Anna Wintour estarían hablando de este proyecto como una prolongación de la sesión de fotos y el artículo que se publicará en la revista en el número de septiembre en Reino Unido y que también aparecerá en la edición estadounidense de Vogue. Un proyecto en el que Markle ha rechazado aparecer en la portada porque quiere que la historia se centre en el empoderamiento de las mujeres y no en ella. Las críticas han vuelto a arreciar por un supuesto trato preferente a la prensa estadounidense. Kate Middleton ocupó la portada de la revista en junio de 2016, la princesa Diana lo hizo en tres ocasiones, las mismas en las que la princesa Ana, que apareció en esta portada entre 1971 y 1973. Sin embargo nadie de la realeza británica ha aparecido en la portada de Vogue USA, ya que cuando lo hizo la princesa Diana ocurrió después de su divorcio del príncipe Carlos y cuando su estatus de alteza real había desaparecido.
Para Meghan Markle no sería la primera experiencia como autora en los medios de comunicación. Antes de conocer al príncipe Enrique realizó algunas colaboraciones con revistas y tenía un blog de estilo de vida, en el que escribía artículos sobre viajes, sostenibilidad, gastronomía, moda y belleza. Una actividad, que como su cuenta de Instagram, desapareció después de comprometerse con el príncipe Enrique.
Se lleve o no a cabo el proyecto finalmente, la duquesa de Sussex parece inmersa en el agujero de un imparable huracán empeñado en llevarse por delante su fama de los primeros meses junto al hijo menor de Carlos de Inglaterra, el heredero del trono británico. Los excesivos gastos en ropa o en las reformas de su nueva vivienda en Frogmore House; los abandonos de miembros de su personal que algunos medios atribuyen a su fama de tiránica y el modo más discreto y, sobre todo diferente, con el que la pareja quiere llevar su vida personal, no termina de encajar en una sociedad británica acostumbrada a mantener las tradiciones.
Meghan Markle ha mantenido un perfil bajo desde que dio a luz a su hijo el 6 de mayo y su aparición en Vogue podría ser una buena manera de volver a la vida pública que la espera en el futuro. Septiembre es la fecha señalada para su regreso tras su baja maternal y ya se ha anunciado que visitará Sudáfrica junto a su marido el próximo otoño. Entonces será cuando se pueda calibrar realmente si el tirón que la duquesa de Sussex tuvo al principio de su vida en Reino Unido y la popularidad que se granjeó en muchos otros países continúa teniendo fuelle o las críticas han conseguido domar las nuevas ideas y la renovada imagen de la monarquía británica que parecía asociada a su llegada a la famiia.
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