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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Peligro de guerra

Es urgente que Teherán y Washington rebajen la tensión militar en el Golfo Pérsico

Manifestación pacifista ante la Casa Blanca.
Manifestación pacifista ante la Casa Blanca.Jacquelyn Martin (AP)

La cancelación en el último momento de un ataque militar estadounidense contra Irán va mucho más allá de un nuevo incidente en la creciente tensión entre ambos países y debe ser considerado como un peligrosísimo precedente que por el bien de todos es mejor que no vuelva a repetirse.

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Aunque las versiones difieren en los detalles, todas coinciden en que aviones de combate estadounidenses estaban ya en el aire con la misión de bombardear objetivos en Irán y que el régimen de Teherán había sido puesto sobre aviso de la acción militar mediante un mensaje del propio Donad Trump enviado a través de Omán, un país que mantiene buenas relaciones con ambos países. Según ha relatado el mismo presidente, el ataque se canceló por una orden directa suya apenas diez minutos antes de ejecutarse. El bombardeo tenía como objetivo responder al derribo de un dron estadounidense por parte de Irán, penúltimo hecho en un rosario de incidentes violentos en aguas del golfo Pérsico en las últimas semanas. Ayer, la Guardia Revolucionaria iraní advirtió de que había tenido en un punto de mira un avión de transporte militar estadounidense pero que había optado por no derribarlo para evitar decenas de muertes.

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A la vista de esta cadena de acciones se puede afirmar, sin caer lo más mínimo en el alarmismo, que el mundo puede encontrarse a las puertas de una confrontación bélica directa entre Estados Unidos e Irán de proporciones y consecuencias impredecibles. Una guerra que de producirse puede arrastrar a otros países de Oriente Próximo y tener negativas repercusiones globales tanto económicas —que serían casi inmediatas dado el papel crucial que desempeña el estrecho de Ormuz en el transporte de petróleo a escala mundial— como de conformación del orden internacional.

Pero no se trata de algo inevitable. Se ha llegado a este punto, en primer lugar, por la ruptura de acuerdos multilaterales —como hizo Trump con el tratado nuclear con Irán— que tenían como principal objetivo mantener la paz y, en segundo término, por la utilización de recursos militares como sustitutos de la acción diplomática. Es urgente que tanto Washington como Teherán cesen de inmediato cualquier actividad militar susceptible de provocar un incidente que lleve a un conflicto armado y que los canales y organismos multilaterales puedan actuar para rebajar la tensión y sean respetados.

En lo que respecta a España, el tiempo ha dado la razón al Gobierno de Pedro Sánchez en su decisión de apartar del grupo de combate del portaviones Abraham Lincoln a la fragata Méndez Núñez, que hoy se hubiera encontrado en un escenario prebélico por decisiones absolutamente ajenas al pueblo español.

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