Un nuevo sarcasmo de la historia
El hecho de que el Tribunal Supremo, en virtud de la separación de poderes de un Estado democrático, contraríe la voluntad del Gobierno y lo haga aludiendo a la condición de jefe de Estado de un dictador cuya autoridad reconoce nacida en un acto fundacional —concretamente el decreto de la Junta de Defensa Nacional del 30 de septiembre de 1936, que suprime expresamente la separación de poderes del nuevo Estado insurreccional— no deja de ser un nuevo sarcasmo de la historia.
Luis Garbayo Erviti, Zizur Mayor (Navarra).
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.