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Rose Hanbury, la mujer que puso en jaque el matrimonio de Guillermo de Inglaterra y Kate Middleton

La marquesa de Cholmondeley es una vieja amiga de los duques de Cambridge a la que se relacionó con el príncipe. Él lo desmintió y el lunes ella acudió a la cena de gala en honor a Trump

Rose Hanbury, a la izquierda, a su llegada al palacio de Buckingham el 3 de junio de 2019.
Rose Hanbury, a la izquierda, a su llegada al palacio de Buckingham el 3 de junio de 2019.Getty Images
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La noche del lunes, Londres acogía una de esas ocasiones cargadas de pompa y boato: un banquete de Estado en honor a Donald Trump, invitado de Isabel II. Con sus mejores galas acudieron al mismo la reina, el príncipe Carlos y Camila y Guillermo de Inglaterra y su esposa, Kate Middleton. Los duques de Cambridge coincidieron allí con una pareja de buenos conocidos, la formada por David Rocksavage y Rose Hanbury, marqueses de Cholmondeley.

En los últimos meses, la pareja es centro de las especulaciones de los tabloides británicos por su relación con los duques. Ricos, aristócratas, atractivos y con hijos de la misma edad que los pequeños Cambridge. Rose, marquesa de Cholmondeley, de 35 años, se ha convertido más en un personaje de la prensa amarilla que de las revistas de la alta alcurnia porque ciertos medios han asegurado que mantenía una relación con el príncipe Guillermo, su vecino y al que conoce desde hace décadas.

El motivo de las especulaciones fueron unas imágenes filtradas —de mala calidad, con poca luz y realizadas en lo que parece una fiesta— en las que un hombre que podría (o no) ser el príncipe se acercaba a una mujer que podría ser (o no) la marquesa. Más tarde, según The Daily Beast, los abogados de Guillermo amenazaron con denunciar a los medios que las publicaran. Los duques nada han comentado al respecto, y Rose Hanbury, con muchas menos posibilidades de tener voz en el asunto, ha querido hacer un alarde de naturalidad para desmentirlo. Por ello ha acudido junto a su marido a la cena de gala en honor de los Trump.

En el banquete en Buckingham se pudo ver a la aristócrata y exmodelo llegando a la gala, muy elegante y en línea con Isabel II, Camila de Cornualles, Kate Middleton y Melania Trump, que vistieron de blanco. En su caso llevó un vestido en tono crema, en seda ligera, de escote en uve y tirantes anchos, sin apenas joyas. No es por falta de ellas: en el banquete celebrado en el palacio en honor de los Reyes de España en 2017, al que también acudió y donde se sentó al lado del príncipe Enrique, llevó una impresionante tiara floral de diamantes que llamó poderosamente la atención de los medios y los asistentes.

David Cholmondeley, junto a la duquesa de Gloucester. Detrás, Ivanka Trump, a la entrada del banquete en honor el presidente estadounidense, el 3 de junio de 2019.
David Cholmondeley, junto a la duquesa de Gloucester. Detrás, Ivanka Trump, a la entrada del banquete en honor el presidente estadounidense, el 3 de junio de 2019.VICTORIA JONES (AFP)

Con la marquesa —que no junto a ella; el protocolo dicta que las parejas lleguen y se sienten por separado— estuvo su marido, lord Cholmondeley. La pareja se casó hace 10 años, cuando ella tenía 25 años y David, que ha estudiado en la prestigiosa Eton y trata de hacerse un hueco en el cine, 48. Cuatro meses después del enlace tuvieron a sus dos primeros hijos, los gemelos Alexander (futuro heredero del título) y Oliver, compañeros de juegos del príncipe Jorge de Cambridge. Su tercera hija,  Iris, nació en 2016. 

Los Cholmondeley tienen conexiones con los Windsor desde hace décadas. De hecho, la abuela de Rose Hanbury fue dama de honor en la boda de Isabel II con Felipe de Edimburgo, en noviembre de 1947. Además, la familia tiene dos importantes residencias. La mitad del tiempo viven en el gran castillo de Cheshire, cerca de Liverpool, que lleva el nombre familiar y que se construyó en el siglo XIX —sus jardines están abiertos a visitas— para el primer marqués de Cholmondeley sobre unos terrenos familiares del siglo XII. La otra mitad del año residen en Houghton Hall, una inmensa mansión del siglo XVIII con cuatro kilómetros de terreno y vecina a Anmer Hall, la casa de los duques en Sandringham, en Norfolk. Solo un par de muestras de la alcurnia de la familia, cuyo patrimonio se estima en más de 125 millones de euros.

De ahí que ambas parejas hayan compartido días de ocio y fiestas benéficas; de hecho, en 2016 hicieron un evento benéfico en su residencia en honor de los Cambridge. Además del abolengo, les unen la vecindad y los juegos de sus hijos. Y ninguna de las dos partes va a permitir que unas fotos borrosas trunquen 200 años de reales relaciones.

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