Cómo traducir el Madrid más cosmopolita en una firma de ropa

“Lo nuestro es el color”, afirma Manuel García a propósito de la colección más reciente de García Madrid, la firma de moda que fundó en 2006 y que, desde entonces, ha experimentado una trayectoria totalmente inusual en el sector: un crecimiento sostenido, sólido y sensato. “En estos 13 años hemos aprendido, sobre todo, a tener paciencia”, bromea. “A veces, crecer muy rápido implica tener los pies de barro”.

En García Madrid no hay barro, sino la fidelidad de un grupo de clientes que ha crecido de manera paralela y que sabe que, si acude a la tienda de la firma en Malasaña (Madrid), tiene serias posibilidades de encontrarse al director creativo atendiendo al público. Su fórmula estuvo clara desde el principio y se plasmó en el eslogan que anunciaba que diseñaba ropa “For gents with a twist”, es decir, "para caballeros con un giro moderno". En un momento en que muchas firmas coqueteaban con lo masculino sin llegar a conclusiones sólidas, García Madrid renovaba el vestuario clásico masculino mediante trajes, camisas, chaquetas, pantalones, prendas de abrigo y de punto que proponían una visión de autor sin perder de vista las necesidades reales de los hombres reales.

De ese modo, a lo largo de los años sus cortes han experimentado con patrones entallados, pero sin llegar a la caricatura. Sus tejidos han acogido estampados, colores y texturas divergentes, pero sin separar los pies del suelo ni alejarse de Italia, España y Portugal, donde se encuentran la mayoría de sus proveedores. Firma española y con un precio medio sensato, García Madrid empezó a desfilar de manera prudente cuando su parroquia de clientes estaba más que consolidada.

Estas imágenes que ilustran este artículo, tomadas en el backstage del desfile de su colección para esta primavera, sintetizan la esencia de la fórmula magistral de la casa: “Una sastrería contemporánea con guiños a la moda urbana y una perspectiva relajada, flexible, que es lo que el hombre necesita en su día a día”.

Fíjese en sus americanas de colores inesperados, en sus tejidos ligeros y en sus concesiones a la moda deportiva que abrazan lo millennial sin excluir a nadie. Ni siquiera a los clientes que no puedan acudir hasta alguna de sus dos tiendas madrileñas (Conde de Aranda, 6 y Corredera Baja de San Pablo, 26), porque acaba de inaugurar su tienda online.