La última causa de George Clooney: defensor del periodismo en Filipinas
El actor ha prometido su apoyo a Maria Ressa, la combativa fundadora del digital Rappler presionada por el gobierno de Duterte
El actor estadounidense George Clooney, hijo de periodista al fin y al cabo, se ha revelado como un entusiasta defensor de la libertad de prensa en Filipinas. En medio de los problemas que afronta la periodista filipina Maria Ressa, directora del digital Rappler e investigada por las autoridades de su país, la estrella de Hollywood le ha ofrecido unas cálidas palabras de apoyo.
“Maria cree que arrojar luz sobre el crimen es lo mejor y lo más importante que se puede hacer”, afirmó el pasado 25 de abril durante la presentación en Nueva York de TrialWatch, un proyecto impulsado por su ONG Clooney Foundation for Justice, en unas declaraciones que recoge el propio digital. “Me preocupo por ella y todos los que estamos aquí presentes estamos orgullosos de tu capacidad de arrojar luz. Vamos a hacer todo lo que esté en nuestras manos para que siempre te sea permitido hacerlo”.
El conflicto de Maria Ressa con la administración filipina está teñido de motivaciones políticas y se remonta al año 2012, cuando, después de casi dos décadas al frente de las corresponsalías de CNN en Manila y Yakarta, se puso al frente del digital, que pronto se convirtió en una de las publicaciones más influyentes del archipiélago. Desde sus páginas denunció la “guerra contra las drogas” impulsada por el presidente Rodrigo Duterte, que da carta blanca a los conocidos como “escuadrones de la muerte” para acabar con la vida de cualquier consumidor de sustancias ilícitas. Según datos oficiales, esta campaña ya se ha cobrado más de 5.000 vidas desde su puesta en marcha en 2016, cifra que las organizaciones internacionales de derechos humanos elevan a 12.000.
Rappler se convirtió en uno de los objetivos centrales en la operación para acallar voces críticas y fue calificado por el presidente como una máquina de fake news en repetidas ocasiones. También apuntó a Maria Ressa personalmente: a finales de 2018 el gobierno abrió una investigación contra ella por once acusaciones distintas, desde una supuesta evasión de impuestos hasta la vulneración de la ley de propiedad extranjera de medios de comunicación, cargos que podrían suponer hasta cuarenta años de cárcel y por los que ha sido arrestada dos veces en los últimos meses.
Su pulso con el gobierno ha tenido un gran calado y ha hecho de Ressa uno de los rostros más reconocidos en la lucha por la libertad de información. El año pasado, por ejemplo, recibió el Premio Knight de Periodismo y la revista Time la nombró Persona del Año en 2018 junto a otros periodistas, a los que agrupó bajo el lema “guardianes de la verdad”, entre los que se contaba Jamal Khashoggi, asesinado en octubre del año pasado por el régimen saudí.
Todo ello ha atraído la atención de la organización que Clooney dirige junto a su esposa, la famosa abogada británica Amal Clooney. La ONG de la pareja de celebridades es una entidad creada para defender a las víctimas de violaciones de derechos humanos alrededor del mundo. Además de Ressa, el actor también mencionó en su discurso a otros periodistas encarcelados, como Samuel Ogundipe en Nigeria, Kishorechandra Wangkhem en India, Marina Zolotova en Bielorrusia o Cansu Piskin en Turquía.
El protagonista de Up in the air es conocido por su activismo político: ha orquestado recaudaciones de fondos para crisis humanitarias como los atentados del 11 de septiembre, el tsunami del Sudeste Asiático de 2004 o el terremoto de Haití de 2010. En 2012 fue arrestado por protestar frente a la Embajada de Sudán en Estados Unidos. Su nombre salió a la palestra en las últimas semanas cuando, junto a otras celebridades, abanderó un veto contra los hoteles propiedad del Sultanato de Brunéi, en respuesta a una nueva ley en el país que castigaba la homosexualidad con la lapidación.
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