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Triciclos para olvidar la quimioterapia

El Hospital Materno-Infantil de Málaga incorpora dos ‘Kiciclos’ que permiten colga la medicación para que los niños enfermos de cáncer puedan divertirse con total autonomía

Triciclos del hospital Materno-Infantil de Málaga
Triciclos del hospital Materno-Infantil de MálagaNacho Sánchez
Nacho Sánchez

A Lara apenas le llegan los pies al suelo cuando se sube al triciclo. Pero a ella le da igual. Sabe que tiene a su amiga Aroa para empujarle y viajar a toda velocidad a bordo de su pequeño vehículo. Con él esquivan al personal de enfermería, huyen graciosamente de quienes les persiguen y se esconden tras los mostradores de atención. Como ellas, los pequeños pacientes de la planta de oncohematología de pediatría del Hospital Materno-Infantil de Málaga han recibido con ilusión dos nuevos juguetes denominados kiciclos. Se parecen mucho a los triciclos, pero tienen una barra vertical con cuatro ganchos donde se cuelgan los recipientes de la medicación, “dando total autonomía a los niños”, según explica Yolanda Rando, la responsable de enfermería. Han sido donados por la Fundación Juegaterapia.

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“Con otros triciclos sin ese soporte veíamos a los padres correr detrás de los niños con cables y maquinaria a cuestas. Ahora ya no es necesario. Cualquier bomba de suero o alimentación se puede incorporar y dar mayor libertad. Ayuda mucho”, subraya Rando, que sonríe cada vez que ve pasar a uno de sus pequeños pacientes por los pasillos a bordo de sus nuevos vehículos de diversión. “Lo mejor de todo es que hacen ejercicio, mueven sus músculos y eso es muy importante”, añade la responsable de enfermería. La planta cuenta con una ludoteca en la que participan personas voluntarias de la asociación AVOI, pero la inmensa mayoría son juegos de mesa, libros para dibujar o incluso una videoconsola “y ahí todo lo hacen sentados o en la cama”.

El kiciclo busca, precisamente, el fomento de la actividad. “En él mueven de forma moderada y controlada las piernas, lo que les ayuda a mantener su tono muscular”, explican desde Juegaterapia. Pero tiene más beneficios. “El ejercicio físico favorece tanto al estatus psicológico del niño como de la familia. Y también ayuda a la recuperación después de las quimioterapias. EL tratamiento se pasa mejor si va acompañado de ejercicio”, añade Ana Benito, jefa de Oncología del Hospital Materno Infantil. Por eso está encantada con los nuevos kiciclos, que funcionarán también a modo de ensaño para ver en qué cuestiones ayuda a los pequeños, más allá de sacarles una sonrisa y hacer que olviden, el mayor tiempo posible, donde se encuentran. “Lo pasan mal con las pruebas, tratamientos, fiebres, vómitos… por eso tenemos que hacer todo lo posible para que lo pasen bien en su estancia aquí”, añade Benito.

La planta de oncohematología de pediatría del centro malagueño acoge a una veintena de niños y niñas de hasta 14 años. Sus estancias varían dependiendo de cada etapa del tratamiento. Son ciclos que pueden durar de dos días a un mes. Pero normalmente se extienden entre 4 y 5 días. “Nosotros estamos aquí porque la peque ha tenido una bajada de defensas”, explica Ana Gómez. Ella es madre de Claudia, una niña de poco más de un año que también disfruta con los juguetes de la ludoteca hospitalaria. “Y no solo con eso: el voluntariado y las enfermeras siempre están inventando cosas especiales para celebrar carnaval, el día del libro o cualquier otra cosa”, asegura. Hace unos días, de hecho, recibieron a la Legión 501 de Star Wars.

La idea es que al parque móvil de juguete se incorporen pronto otros dos vehículos. En este caso, coches teledirigidos a bordo de los cuales los niños harán el ingreso en la zona de aislamiento, en la que deben estar para evitar cualquier nuevo problema de salud. “Muchos le tienen miedo a esa zona. Y queremos que esa entrada sea conduciendo esos juguetes para que se lo tomen de otra forma”, añade Rando. E incluso se plantea la opción de instalar un gimnasio en el futuro para que los pequeños y sus familias puedan ejercitarse. Mientras todo eso llega, el protagonismo lo tienen los dos kiciclos y las divertidas carreras por los pasillos de hospital malagueño.

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