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Los ocho momentos de ‘Juego de tronos’ que te hicieron saltar del sofá

Ahora que llega el final, seleccionamos las escenas más impactantes de una serie con la que nunca puedes bajar la guardia: en cualquier situación pueden ocurrirle cosas horribles a tu personaje favorito

'Juego de tronos': siete temporadas, 67 episodios, muchos momentos de pasión y muerte. Y los que quedan... En este montaje destacamos algunas de las escenas más impactantes.
'Juego de tronos': siete temporadas, 67 episodios, muchos momentos de pasión y muerte. Y los que quedan... En este montaje destacamos algunas de las escenas más impactantes.Montaje: Blanca López-Solorzano

La que muchos califican como la serie más grande jamás rodada llega a su fin. Será desde la madrugada del domingo 14 al lunes 15 cuando se emita el primero de los seis últimos capítulos (a uno por semana). Lo que empezó como un drama de intrigas palaciegas ha terminado con niñas quemadas en una pira, criaturas asesinas saliendo de la vagina de una bruja y perros devorando vivo a un violador. Ver Juego de tronos significa nunca bajar la guardia, porque en cualquier momento pueden abrirle la cabeza (y no es una forma de hablar) a tu personaje favorito.

En estas ocho ocasiones fueron demasiado lejos incluso para ellos, llevándonos a preguntarnos de qué perturbada cabeza pueden salir semejantes barbaridades. Lo que está claro es que ningún espectador será capaz de sacarse estas imágenes de la suya.

- Jamie Lannister empuja a Bran por la ventana y, a partir de ahí, el espectador se deja caer por una pendiente (1x01)

Qué ocurre. El pequeño Stark trepa por una torre acompañado de una banda sonora que sugiere aventurillas medievales. De repente, escucha a una mujer gimiendo y la curiosidad (casi) mata al gato: los hermanos Lannister, Jaime y Cersei, están practicando sexo. “Nos ha visto”, dice ella dos veces. “Ya te he oído la primera vez”, responde él en un sktech que parece un  Escenas de matrimonio de William Shakespeare. Jamie empuja a Bran al vacío. La espalda del niño cae contra la cámara. Títulos de crédito. Fin del primer episodio de Juego de tronos.

Por qué impresiona. No deja ningún margen de reacción al espectador, que en un par de minutos descubre que Jaime hace el amor con su hermana y que (parece que) ha matado a un niño. Hasta ese momento, la serie es un drama de capa y espada sobre una visita familiar de buen rollo. A partir de entonces podría pasar cualquier cosa. Y vaya que si pasará.

Cómo cambió la serie. Muchos señalan la decapitación del supuesto protagonista, Ned Stark, como el punto de inflexión en el que Juego de tronos dejó de tomar rehenes y se convirtió en un relato sobre el declive de una civilización sin moral alguna. Pero ya en este primer episodio la serie dejó claro que el espectador, como Bran, se enfrentaba a una caída al vacío y a algo que no había visto nunca antes. Y todo ello con gravedad literaria: la frase que exclama Jaime antes de empujar al chaval, “las cosas que hago por amor”, condensa todo su arco argumental.

- “Dracarys”: esto no es un personaje, es una actitud de vida (3x04)

Qué ocurre. Daenerys negocia darle al tirano Kraznys uno de sus dragones a cambio de su ejército de esclavos, los Inmaculados. “La zorra ya tiene su ejército”, grita él para sellar el trato. Craso error. La Khaleesi libera a los soldados, animándoles a “matar a todo el que os oprime con un látigo, pero sin hacer daño a los niños” e invitándoles a luchar por ella, sí, pero como hombres libres. Todos la siguen y se unen a su causa. Los espectadores también.

Por qué impresiona. Porque con una sola orden (“dracarys”), Daenerys indica a su dragón que deje frito a Kraznys. Ella ni se inmuta ante el caos, el fuego y la destrucción que acaba de desatar. Porque los tipos duros de verdad (y ahora, las tipas duras) nunca miran las explosiones.

Cómo cambia la serie. Daenerys se convierte en una estrella del rock en este momento e integra la violencia a su programa político. Su viaje es uno de los más épicos de la serie y momentos de la cultura pop —como Cristina Cifuentes en la Asamblea de Madrid con una camiseta que decía “no soy una princesa, soy una khaleesi”— demuestran que Daenerys Targaryen (de la tormenta, la que no arde, madre de dragones, etcétera) es mucho más que un personaje. Es una actitud ante la vida.

- La boda roja: el 'no-spoiler' más respetuoso de la historia (3x09)

Qué ocurre. Mejor dicho: qué no ocurre. Robb Stark rompe su promesa de casarse con Roslin Frey, así que su padre, el psicópata de Walder (hasta entonces conocido como el conserje gruñón de Hogwarts en la saga de Harry Potter), se pasa por el forro el acuerdo de paz con el pan y la sal y masacra a los Stark y a sus miles de vasallos.

Por qué impresiona. Desde el principio esa boda tiene una atmósfera siniestra y el espectador sabe que la felicidad de Robb, líder natural por su mandíbula, no puede durar mucho en esa serie que va a cerrar las puertas, privando cruelmente a Arya de su reencuentro familiar, para abrir en canal a los Stark con toda la calma. La canción de los Lannister, Las lluvias de Castamere, avisa a Catelyn (el último vestigio de dignidad en esa serie) de que su estirpe se extinguía ahí. Moraleja: decidir cuánto dinero metes en el sobre de los novios no es lo peor que te puede pasar en una boda.

Cómo cambió la serie. Fue la primera ocasión en que el público denunció que Juego de tronos había ido demasiado lejos (la otra fue la violación de Ramsay a Sansa), pero la gente no se sintió ultrajada por el ensañamiento de apuñalar la barriga embarazada de Talisa sino porque mataran a los pobres lobos. “La boda roja” es hoy un concepto popular para definir situaciones de crisis. Este capítulo supuso un fenómeno atípico de comunión silenciosa: los que habían leído el libro mantuvieron el secreto para regalarles a los espectadores inocentes la experiencia que ellos disfrutaron en su día. El no-spoiler más respetuoso de la historia y los títulos de crédito, sin acompañamiento de música, más solemnes de toda la serie.

- La Montaña le abre la cabeza a Oberyn Martell y todos apartamos la mirada de la pantalla (4x08)

Qué ocurre. Oberyn se ofrece para representar a Tyrion Lannister en su juicio por combate para así vengarse de La Montaña, que violó y asesinó a su hermana. Pero como además de vengarse Oberyn quiere lucirse, juguetea con su lanza y brinca como un saltimbanqui. Cersei está aburridísima. ¡Que alguien le ponga un vinito! Oberyn le exige a su rival que reconozca su crimen (“la violaste, la mataste y mataste a sus hijos”) cual Íñigo Montoya de La princesa prometida; por momentos, tras rajarle el talón (¿cómo puede doler tanto ver eso?) parece haberle derrotado. Él lo celebra dando más piruetas. Spoiler: sale mal.

Por qué impresiona. Porque un plano de Tyrion con el ceño fruncido ya avisa de que el combate no ha terminado. La Montaña se incorpora, le da una paliza a Oberyn y le agarra la cabeza con los pulgares presionándole los ojos. ¿Pero cuánto tiempo va a aguantar el plano fijo? Demasiado. Incluso los espectadores que apartaron la mirada ante el insoportable espectáculo tuvieron que escuchar el cráneo de Oberyn estallar y eso casi es peor, porque la imaginación genera imágenes aún más salvajes que los efectos especiales.

Cómo cambió la serie. Esta escena convirtió La Boda Roja en Love Actually. El mundo creyó que Pedro Pascal era una estrella (alerta: ningún actor de Juego de tronos mola tanto en el mundo real como en la serie, excepto Lena Headey), “te voy a reventar la cabeza” dejó de ser una amenaza cliché en las broncas de discoteca para convertirse en un hito televisivo y Tyrion tuvo que salir por patas hasta cruzarse con Daenerys. Lo único bueno que salió de ese combate.

- El paseo de expiación de Cersei: humillante, sucio... glorioso (5x10)

Qué ocurre. Seis minutos y 14 segundos de calvario para la reina, obligada a caminar desnuda acusada de "falsedad y fornicio", mientras sus súbditos la insultan, le tiran mugre y le escupen como si ellos no se dedicaran a falsear y fornicar todos los días. Vamos, lo mismo que sientes al entrar en Twitter cada mañana.

Por qué impresiona. Cersei es despreciable pero su carisma, su condición de madre coraje y su obstinación por sobrevivir en un mundo de hombres hacen que el público llegue a comprender sus atrocidades y hasta la elija a ella como el personaje de la serie con el que se iría a tomar un vermú. Por eso verla denigrada no provoca satisfacción. Tampoco pena, porque esa cama se la ha hecho ella sola, pero sí cierta empatía. ¿Quién no ha regresado a casa al amanecer escuchando una campana en su cabeza que gritaba: “Vergüenza, vergüenza”?

Cómo cambió la serie. Dejó claro que la sociedad de Desembarco del Rey está tan podrida como su gobierno: en vez de intentar solucionar la corrupción, prefiere humillar a su lideresa en la plaza del pueblo. Vamos, como Twitter.

- La muerte de Hodor, el único hombre honesto (6x05)

Qué ocurre. Asediados por los caminantes blancos, Bran y Hodor huyen mientras los Hijos del Bosque lanzan bolas explosivas convirtiendo por momentos a Juego de tronos en La jungla de cristal. Bran está en trance y observa a su padre, Ned, de niño mientras el hoy conocido como Hodor paseaba por allí. En el presente, Hodor sujeta el portón para contener a los espectros y conecta con su yo infantil, que sufre un ataque al experimentar su muerte y se queda atrapado en ese momento (“Hodor” es un acortamiento de “hold the door”, sujeta el portón) durante el resto de su vida.

Por qué impresiona. Después de seis años de muertes cruentas (la única que consiguió morir en sus propios términos fue Olenna Martell), Juego de tronos logró emocionarnos y recordarnos que no estamos insensibilizados del todo a la tragedia. La serie está plagada de monstruos egoístas, pero Hodor demostró que hay lugar en ella para los héroes. Aunque no lleguen al final.

Cómo cambió la serie. El abrupto fundido a negro dejó a los espectadores huérfanos. La figura del gigante de buen corazón es un arquetipo funcional en la ficción anglosajona, pero Juego de tronos le dio sentido, corazón y la muerte más digna de todo el relato. Un momento cruel, sí, pero también profundamente humano en una serie que parece disfrutar aniquilando cualquier brote de bondad. Con Hodor no pudieron.

- La furia ante el cameo de Ed Sheeran que provocó que el cantante cerrase sus redes sociales (7x01)

Qué ocurrió. Arya se encuentra con unos soldados del ejército Lannister canturreando una canción y uno de ellos resulta ser Ed Sheeran, el cantante pop favorito de la actriz que interpreta a Arya (Maisie Williams), con quien los productores quisieron darle una sorpresa. Pero la sorpresa se la llevaron los espectadores y, en última instancia, el propio Sheeran.

Por qué impresiona. Aunque su pelo anaranjado le integra en el universo de Juego de tronos, la aparición de Sheeran es una extravagancia inquietante. La serie se esfuerza en retratar un mundo paralelo al nuestro, pero con una estética (exuberante), unos valores (putrefactos) y una mitología (sobrenatural) muy diferentes. El público siente fascinación y alivio porque no es el mundo real, de modo que soltar a una estrella del pop es un guiño-codazo posmoderno al espectador que no aporta nada y solo distrae. Y, por lo visto, también cabrea.

Cómo cambió la serie. Muchos se indignaron tanto que acosaron a Sheeran por redes sociales (gente que, de vivir en Desembarco del Rey, habrían sido los primeros en tirarle mierda a Cersei) con semejante virulencia que el cantante dejó Twitter al día siguiente de la emisión del episodio. No ha vuelto desde entonces.

- Jon Snow y Daenerys se acuestan y algo raro pasa (7x07)

Qué ocurre. Un flashback revela (a nosotros y a Bran) que Jon Snow no es ningún bastardo, sino el fruto del amor entre Rhaegar Targaryen y Lyanna Stark que desató la guerra que lleva una década provocándonos las emociones más fuertes que hemos vivido en el sofá. Paralelamente, Jon Snow está en la cama retozando con Daenerys.

Por qué impresiona. Porque para una vez que alguien echa un polvo tranquilamente en esa serie, sin violencia ni juegos de poder de por medio, resulta que son tía y sobrino. Esa escena culminó la temporada más criticada: por lo rápido y caprichoso que resultó todo.

Cómo cambió la serie. Daenerys sufrió el primer desnudo de este relato, amenazada por su hermano (“dejaría que toda la tribu de dothrakis, con sus 40.000 hombres y sus caballos, te follara si eso me acerca al trono”) y aprendiendo a controlar a Khal Drogo con su destreza sexual. Pero ahora es Jon Snow quien aparece desnudo y cosificado como el objeto de deseo de la cámara. Una inversión de roles que demuestra la evolución de la serie y que propone, de cara a la batalla final, que Jon Snow es el heredero legítimo al trono de hierro. ¿Pero acaso significa eso algo a estas alturas?

Solo hay una forma de averiguarlo: plantarse en el sofá durante los próximos seis lunes. Nadie se lo va a querer perder.

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