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Todo lo que debes saber sobre los dientes de leche

La eclosión de las primeras piezas dentarias del niño no tiene que implicar dolor, pero sí ciertas molestias debido a la inflamación de la encía

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La salida de los dientes en los niños suele generar desasosiego en los padres. Y es que, los rumores vuelan: noches sin dormir, diarreas, falta de apetito. Sin embargo, los pediatras aseguran que “la salida de los dientes no tiene por qué doler. Muchos padres interpretan como dolor el hecho de que los niños se lleven las manos a la boca, pero eso es un factor de confusión, porque entre los 4 y los 6 meses los niños están descubriendo su boca y por eso lo hacen. Lo que sí se ha asociado con la salida de los dientes es una cierta irritabilidad en el niño, ya que se puede sentir algo intranquilo o molesto, también puede haber un ligero aumento de la temperatura corporal, más producción de saliva y heces ligeramente más blandas y ácidas, debido al incremento de la salivación. Las molestias de los primeros dientes ceden de forma espontánea cuando la pieza ha eclosionado definitivamente, y reaparecen cuando sale otro diente”, explica Iván Carabaño, pediatra del Hospital 12 de octubre de Madrid.

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Los primeros dientes en aparecer son los incisivos centrales inferiores y lo hacen a alrededor de los 6 meses de edad. No obstante, cada niño tiene su propio ritmo, pero “cuando la primera pieza dental sale más tarde de los 15 meses, se considera un retraso en la salida de los dientes. La edad a la que salen los primeros dientes está también determinada por la genética. De forma que si los padres han sido tardíos para la salida de sus primeros dientes, los hijos suelen seguir el mismo camino. También puede ocurrir que al niño no le salgan nunca algunas de las piezas dentales, pero se trata de casos extraordinarios, que van asociados con trastornos en el crecimiento del pelo. Se conoce como síndrome tricodental”, comenta el pediatra.

La caída de los dientes

Alrededor de la caída de los dientes, han pululado cuestiones sobre cómo arrancarlos con la ayuda de un hilo y ha aparecido el entrañable del Ratoncito Pérez, que tantas ilusiones infantiles despierta. Pero, ¿conviene arrancar los dientes antes de que caigan de forma espontánea? “Puede resultar traumático para el niño porque le puede provocar miedo en las siguientes caídas dentarias, aunque no hay inconveniente en facilitar el proceso al final, cuando la pieza, casi desprendida, no genera molestias”, según el pediatra Iván Carabaño. La caída de los dientes de leche comienza alrededor de los 6 años y suele abarcar hasta los 12 con la caída de las muelas.

Aliviar las molestias de los primeros dientes

La higiene oral es la mejor aliada para garantizar que el proceso de salida de los dientes discurra sin infecciones. El frío también ayuda a reducir la inflamación de las encías, por lo que los mordedores que se conservan en la nevera, pueden ayudar a reducir las molestias dentarias de los niños. Aunque, conviene “mantener una rigurosa higiene en caso de usar mordedores de goma. Está totalmente contraindicado el uso de espray o gel sobre la encía que contenga analgésicos locales”, recomienda Lara Magdaleno, odontopediatra.

La higiene oral es aconsejable desde que el niño nace. “Se recomienda limpiar la cavidad bucal desde el nacimiento; las encías y la lengua con una gasa humedecida. Cuando los dientes salen se puede usar dedales de silicona o pequeños cepillos específicos para mantener la boca del niño aseada. Se aconseja la primera visitar al odontopediatra al inicio de la salida de los dientes, antes del primer cumpleaños, para establecer unas pautas adecuadas de prevención de higiene bucodental a edad temprana”, recomienda Lara Magdaleno.

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