Los reyes del ‘photocall’ odian los vestidos de noche
José Juan Rodríguez y Paco Casado son los responsables de que algunas actrices españolas cada vez se vistan mejor
Un codazo a mediados de los años ochenta, una noche de fin de año, fue la casualidad que juntó a José Juan Rodríguez y Paco Casado. El primero, alicantino y formado en Magisterio, trasladó su residencia a Madrid a mediados de los años ochenta, en plena Movida madrileña. A la entrada de una discoteca, él y Casado, por entonces diseñador de moda, se chocaron. Y hasta hoy. Llevan juntos 35 años. Comparten vida, casa y trabajo, con un currículum que incluye marcas, revistas de moda, festivales y cadenas de televisión. Están entre los mejores estilistas de España y son los responsables de haber subido el nivel en los photocalls de estrenos y eventos.
Ambos detestan el concepto de princesa, los rostros perfectos, los cabellos excesivamente pulidos y el poliéster. Pero sin lugar a dudas con lo que ya no comulgan es con una sola cosa: “No soportamos los vestidos de noche. En la alfombra roja hay vida más allá de un vestido largo con escote. Van todas como clones”, confiesan entre risas.
Los estilistas reciben a este periódico en su sede madrileña: un fabuloso apartamento ubicado en la Colonia Retiro que hace las funciones de casa, oficina y cuartel general de operaciones. En ella, hay constantes referencias a su profesión. Dos docenas de vestidos colgados en burros y protegidos por plásticos, revistas de moda y fotografías. Destaca una grande en blanco y negro en la que se puede ver a una modelo luciendo un icónico new look de dos piezas, de tonalidad clara, de Christian Dior. También hay visibles pinceladas de sus preferencias vitales entre las que están un par de budas tibetanos, en posición de loto, o la figura de una geisha con un cardado perfecto.
No fue hasta la primera década de los dosmiles cuando empezaron a tomarse en serio eso de asesorar a actrices. Lo cuenta Casado: “Maribel Verdú nos dijo: ‘Esto que estáis haciendo, realmente, es un trabajo. ¿Por qué no os planteáis vestir actrices a eventos?’. Después de Maribel, vino Aitana Sánchez-Gijón”. Corría el año 2005 y por entonces el diseñador, que seguía ejerciendo como tal, abandonó su profesión por estar “harto de los tiempos de producción de la moda”. Comenzaba así una dedicación plena al oficio de estilista con Rodríguez como compañero y cómplice.
Referirse a ellos por el apellido es raro. A los grandes, cuando lo son por algún motivo, se les llama solo por el nombre de pila. Toda la industria de la moda española y el star system patrio se refiere a ellos como José Juan y Paco. Lo mismo que hacen sus clientas, entre las que están Úrsula Corberó, Bárbara Lennie, Marisa Paredes o Ingrid García-Jonsson, galardonada recientemente en el Festival de Málaga con el premio Talento Andaluz).
Casado cuenta cómo conocieron a esta actriz sevillana. “Vimos a una rubia alta con pinta de no ser española y dijimos: ¡Esa rubia quién es! Al mes y medio su representante nos llamó para decirnos que necesitaba los servicios de un estilista”.
Rodríguez remarca en qué consiste este oficio: “Intentamos que la ropa no sea la protagonista y que suceda al contrario. Tanto Ingrid [García-Jonsson] como Bárbara [Lennie] confían mucho en nosotros y no están pendientes de la marca. Les buscamos lo que creemos que a ellas le va bien, no lo que a nosotros nos gusta”.
Sobre su preferencia a la hora de utilizar más marcas internacionales antes que nacionales, no titubean. Casado lo explica: “En los últimos dos o tres años el diseño español ha ido avanzando. Somos reacios a utilizarlas porque lo de fuera está mejor cosido que lo de aquí. Subir la cremallera y que prácticamente no haya que ajustar nada más que el largo pasa muy pocas veces con el diseño español”.
A propósito de los deslices estilísticos cometidos en su carrera y su evolución, hacen memoria, con ese buen humor que les caracteriza. Casado lo cuenta: “Ha habido veces que hemos metido la gamba, pero lo hemos intentado corregir”. Y Rodríguez, apurando el cigarrillo que sostiene y con una sonrisa de medio lado, abrocha la reflexión: “Le damos más vueltas a la alfombra roja. Nos hemos depurado”.
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