18 fotosEl impacto de una de las minas de cobre más grandes del mundoAsí viven las comunidades indígenas de los Andes que rodean las Bambas, el mayor proyecto extractivo en la historia del PerúEl País01 abr 2019 - 07:27CESTWhatsappFacebookTwitterLinkedinCopiar enlaceHace 10 años, Challhuahuacho, a 4.000 metros sobre el nivel del mar, era una pequeña aldea remota de casas de adobe con techos de paja en la provincia más pobre de los Andes peruanos. Hoy en día es una ciudad polvorienta de edificios de ladrillo sin terminar y caminos sin pavimentar, hogar del proyecto minero más grande en la historia de Perú.DAWNING/Juanjo FernandezEl presupuesto municipal en 2018 fue de 16 millones de dólares, comparado con apenas 250.000 dólares cinco años antes. Este crecimiento no se plasma en las calles. El alcalde se encuentra en prisión preventiva, acusado de lavado de dinero.DAWNING/Juanjo FernandezLeoncio es el presidente de Paranami, un pueblo de 800 personas en el área de Las Bambas. Leoncio explica que la mina y el municipio buscan activamente tomar el control de las tierras de la comunidad. “Hay corrupción en el gobierno. Las Bambas soborna a todos, incluso al alcalde y otros funcionarios. Estos funcionarios dejaron que Las Bambas nos amenazara. Nos dicen que no darán proyectos a nuestra comunidad a menos que vendamos nuestra tierra ".DAWNING/Nick ParisseMaría, de 47 años, con una chaqueta roja, caminando desde su pueblo hasta Las Bambas. Es la presidenta de Chuicuni Bajo, un pueblo de 200 residentes adyacente a la mina. Hay postes de electricidad que van desde su aldea hasta la mina, pero Chuicuni Bajo no tiene corriente. María ha recibido amenazas de muerte por hablar sobre los derechos ambientales de su comunidad. Dice que han habido varios intentos de incendiar su pueblo. "Nos vendieron. Nuestra agua está contaminada. Nuestros animales se están muriendo. No tenemos trabajo. Sentimos que nuestros días están contados. Hace dos años, 70 agentes de policía se presentaron con equipo antidisturbios para formar una línea alrededor de toda nuestra comunidad. Cavaron hoyos en los postes de la cerca para separarnos permanentemente de nuestra tierra de pastoreo tradicional cerca de la mina. Nuestras mujeres intentaron sin descanso detener la construcción de la cerca. Ahora es una cerca eléctrica con alambre de espino. Si intentamos cruzar, la policía de la mina nos atrapará o nos disparará”.DAWNING/Juanjo FernandezLas Bambas emplea directamente a aproximadamente 2.000 trabajadores en la zona. Cientos de trabajadores adicionales son contratados por subcontratistas mineros.DAWNING/Juanjo FernandezEn pueblos como Chuicuni Bajo, cerca de la mina, el agua escasea. Los vecinos se quejan de que está contaminado, afectando su salud y a sus fincas.DAWNING/Juanjo FernandezLas Bambas tiene un programa de desarrollo social dedicado al empleo, la reforestación y la educación. Los locales perciben que estos programas no satisfacen sus necesidades.DAWNING/Juanjo FernandezSonia, 24 años, puede ver la mina desde su casa. Dice que su hijo, en la foto, está a menudo enfermo con diarrea y tiene erupciones en la espalda y las piernas. “Todos los niños del pueblo se están enfermando. No sabemos qué hacer para ayudarlos. El polvo de la mina lo cubre todo. Nubes naranjas llenan los cielos. Escucho explosiones. Cada noche sentimos como si estuviéramos teniendo un terremoto. Mi hijo se despierta de la sacudida y corre a nuestra cama. Todos queremos dejar el pueblo, pero no tenemos a dónde ir ".DAWNING/Nick ParisseChallhuahuacho se ha transformado en una comunidad de trabajadores masculinos traídos transitoriamente de otras partes del país. La población local rara vez es contratada por la mina o sus contratistas. El pueblo es vigilado de cerca por la policía y los agentes de seguridad. El gobierno central declaró un estado de emergencia en el área que continúa a día de hoy.DAWNING/Juanjo FernandezEl acceso a la educación básica y los servicios de salud es un sueño lejano para las 38 comunidades agrícolas quechuas de la zona. Una persona con un problema de salud grave debe viajar ocho horas en automóvil a un hospital en Cusco.DAWNING/Juanjo FernandezUna mujer sentada en uno de los caminos de tierra que rodea Las Bambas.DAWNING/Juanjo FernandezAmílcar Romero, 32 años, presidente de Ankawa International, una organización peruana de derechos humanos, toma una muestra de agua cerca de Las Bambas para un estudio ambiental. “Challhuahuacho es un área donde la informalidad, la ilegalidad y la corrupción se vuelven una. Por ejemplo, la policía local es sobornada por la mina. Lo mismo sucede con otros funcionarios importantes en Lima que son comprados o influenciados por Las Bambas. Tengo información de que los estudios de impacto ambiental presentados por Las Bambas al gobierno central fueron retocados. El gobierno está cerrando los ojos. Cualquiera que haya intentado hacer las cosas correctamente aquí ha perdido inmediatamente su trabajo o ha sido llevado a juicio por razones extrañas. Incluso los académicos que presentan datos para aclarar la situación son intimidados por las autoridades, o incluso detenidos. En otras palabras, criticar la mina se ha convertido en equivalente a criticar al Estado ".DAWNING/Juanjo FernandezLas comunidades locales se reúnen para hablar sobre sus derechos en un intento por fortalecerse y combatir los efectos sociales de la mina, que incluyen el aumento del alcoholismo y los suicidios. La policía local tiene autorización para usar la fuerza contra forasteros y manifestantes. Las protestas contra Las Bambas se intensificaron nuevamente en agosto de 2018. Las protestas contra Las Bambas se intensificaron nuevamente en marzo de 2019.DAWNING/Joey RosaMelanie Stutsel, una ejecutiva radicada en Melbourne (Australia) que trabaja para la compañía MMG, hojea libros en la tienda Kramerbooks en Washington, DC. Stutsel es la Directora General de Seguridad, Medio Ambiente y Desempeño Social de MMG, la empresa china propietaria de Las Bambas. “En mis informes semanales al comité ejecutivo, no puedo recordar la última vez que informé sobre el incumplimiento de un problema ambiental. Sabemos que se necesita hacer más. Tomamos todas las reclamaciones con seriedad, especialmente las que afectan el medio de vida de los locales”. Stutsel explica que los impuestos y regalías han aumentado significativamente el presupuesto del gobierno local desde que Las Bambas comenzó a operar. "El gobierno no tiene la capacidad de lidiar con esta cantidad de dinero. Sin embargo, tenemos cero tolerancia con la corrupción. No hemos encontrado ninguna validez en ninguna acusación de soborno o corrupción contra Las Bambas “.DAWNING/Raul RomanEsto es Nueva Fuerabamba, una pequeña ciudad artificial construida para reubicar a 500 familias indígenas que vendieron sus tierras a Las Bambas. A diferencia de las comunidades tradicionales circundantes, Nueva Fuerabamba tiene electricidad, agua, una escuela y un centro de salud. Incapaces de adaptarse, muchas familias reubicadas han abandonado sus nuevos hogares.DAWNING/Juanjo FernandezEl Ministerio de Salud peruano estima que la mitad de los niños menores de 5 años en el área sufren de desnutrición crónica y anemia.DAWNING/Juanjo FernandezLas Bambas requiere 250 camiones al día para mover los materiales extraídos a través de caminos polvorientos, creando desafíos ambientales y agitación social.DAWNING/Brian WilhemiEsta es la cerca eléctrica que separa a la mina y a los asentamientos indígenas. (Este trabajo ha sido realizado por DAWNING, con un equipo dirigido por Raul Roman y formado por Nick Parisse, Rafe H. Andrews, Amilcar Romero, Rafael Huanca, Joey Rosa, Jake Heyka, Lizzy Skokan and Tushar Thakkar, Amilcar Romero, Juanjo Fernandez, Jackie Plaza, Daniel In, Phil Penta, Brian Wilhemi, Francisco Panchon, Luz Martinez, Yuliya Gossnell, Theresa Polly, Maria Espinoza, Nick Parisse, Joey Rosa)DAWNING/Juanjo Fernandez