Arantxa pide públicamente perdón a su familia y ataca a su exmarido
"Lucho un partido a cinco sets ante un rival muy duro, pero si algo tengo es resistencia. Nunca podré perdonar todo lo que está haciendo para dañarme", dice sobre Josep Santacana
Arantxa Sánchez Vicario no viajó hace diez días a España para asistir en Esplugues de Llobregat a la vista sobre su divorcio. Sí lo hizo su marido Josep Santacana, que no solo se detuvo ante los periodistas para dar su versión, sino que además ofreció la imagen de un matrimonio que disfruta de una convivencia civilizada tras la separación por el bien de sus hijos. La tenista, sin embargo, ofrece una versión muy diferente de la situación. Primero lo hizo a través de sus abogados a EL PAÍS y ahora con una exclusiva en la revista ¡Hola!. La tenista tiene problemas de dinero y este reportaje es otra buena prueba. "Acusé y fui injusta con mi padre. Me hubiera gustado pedirle disculpas, despedirme diciéndole lo mucho que le quería, pero cuando fui a la clínica estaba tan malito que siempre tendré esa duda. Miro atrás y todo es como un mal sueño". Cuando Emilio Sánchez murió la familia estaba rota y padre e hija no se hablaban. Incluso la tenista fue expulsada del tanatorio por su hermano Javier. Sobre él también habla: "Lo que le hice a mi hermano Javier, influenciada por mi entorno, no tiene nombre y es normal que no quisiese saber nada de mí. Desde aquí aprovecho para pedirle disculpas".
La tenista, en cambio, ha logrado recuperar la relación con su madre: "Me apoya y está conmigo. Aun habiéndole dado mil patadas, ahí sigue. Me ha demostrado lo que es el amor por los hijos y su apoyo incondicional".
Las palabras más duras las dirige a Santacana. "Lo doy todo por él, me peleo por él, le doy mi vida, me traiciona, me engaña, me quita todo y, encima, ahora quiere hacer como si nada. No sé lo que pretende, además de hacer daño". Pese a que él asegura que tienen una relación buena entre ellos, la tenista lo desmiente con rotundidad: "No tenemos relación. No hablamos, solo cuando llama le paso el teléfono a mis hijos y nada más. Su traición es tan profunda que la cicatriz no se curará nunca. Estuvo mucho tiempo sin ver a sus hijos pero desde que el juzgado reguló el régimen de separación, los ve cuando le toca. La mediadora del juzgado nos pidió que estuviéramos los dos en el cumpleaños de la niña, pero lo que no me podía imaginar es que él iba a enviar fotos a la prensa para tratar de enseñar que estamos bien. Es surrealista."
Y añade: "Lucho un partido a cinco sets ante un rival muy duro, pero si algo tengo es resistencia. Nunca podré perdonar todo lo que está haciendo para dañarme. La persona que he descubierto no es de la que me enamoré".
La tenista y su exesposo se pelean en los juzgados por el lugar en que debe decidirse su divorcio. Arantxa quiere que se decida en Estados Unidos, donde viven ambos, mientras que el empresario pretende que sea en Cataluña. Santacana impulsó inicialmente el proceso de divorcio en Miami y pidió la custodia de los hijos con el argumento de que Sánchez Vicario padece problemas psicológicos y no puede hacerse cargo de ellos. Pero posteriormente inició acciones legales en Barcelona. En el trasfondo de la separación y de la disputa económica entre Sánchez Vicario y Santacana está la querella impulsada por el Banco de Luxemburgo y que investiga un juzgado de Barcelona. La entidad se querelló contra la tenista y contra el empresario por una deuda pendiente de pagar de 7,5 millones de euros y llegó a pedir su ingreso en prisión, que fue rechazado.
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