![](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/2ENRLPOV2FOY3C5AWV2BZ6CEKM.jpg?auth=26d1e67298c1e50240235e7cb8b565702da2bde97fdd1c2bd0c2e0382fb79b36&width=414)
Premios Luis Valtueña 2018: los claroscuros de la vida
Médicos del Mundo presenta la XXII edición de su galardón de fotografía humanitaria en CaixaForum de Madrid. La muestra de las imágenes ganadoras, que denuncian violaciones de derechos humanos, abre hasta el 3 de marzo
![Médicos del Mundo presenta en CaixaForum Madrid la exposición del XXII edición del Premio Internacional de Fotografía Humanitaria Luis Valtueña, que podrá visitarse hasta el 3 de marzo. Una muestra que denuncia las violaciones de derechos humanos a través de las instantáneas de Juan Medina, ganador del premio con su serie 'Vida y muerte en el Mediterráneo', y de las obras realizadas por los finalistas César Dezfuli, Carmen Sayago e Ignacio Marín. Esta foto pertenece a Juan Medina.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/KTC3MWHOA5KA5CR32B7EFXTKHI.jpg?auth=b5d89211ba69ce473752300770e6302dc7462aa975e6cc63d34286168872b7ce&width=414)
![De Libia a Algeciras es la ruta que siguieron los migrantes retratados en 'Vida y Muerte en el Mediterráneo'. “Ver a 40 personas en un barco endeble de cinco metros es dramático. Sus rostros de miedo e interrogación es la primera imagen que ves, la mirada de quién no sabe qué va a pasar”, recuerda el argentino Juan Medina al hablar de las fotografías que tomó en agosto del año pasado durante un operativo de rescate de la ONG española Proactiva Open Arms.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/D7ZUGXFALRNFXPHNAAAPAMATVI.jpg?auth=3776889136571670c49c0cb8473a59556377dde98de7eb46a89d775a7d6d5b79&width=414)
![El terror y la incertidumbre se reflejan en los ojos del hombre de la foto, destacada por el jurado. A bordo del barco, en mitad de la noche, hace cola para comer algo después de una dura travesía. Para el fotógrafo argentino su trabajo es “una obligación” moral. “Aportar las pruebas de una realidad, quién sabe si para hacer reflexionar a alguien. Al menos sirve como documentación, para que no olvidemos”, asegura.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/OMBJDJJCGFKVFCMQGIZAL6K4BU.jpg?auth=3489c2c0822efbee827df5e01e10f90549203a37e977ac8189d9a5d9e8939a0d&width=414)
![Los afectados por el síndrome de la sensibilidad química múltiple (SQM) necesitan recluirse para sobrevivir, deben obedecer un estricto protocolo que evite el contacto con sustancias químicas o con las personas que hayan estado expuestas a ellas. “Me sorprendió el desconocimiento que tenemos como sociedad sobre este problema que afecta a 300.000 personas en España”, confiesa Carmen Sayago. “Siempre he trabajado en color, pero a medida que iba visitando a las afectadas, me di cuenta de que su entorno era en realidad eso, un mundo de luces y sombras. Viven una realidad claustrofóbica, de aislamiento, discriminación e incomprensión”, apunta Sayago. Esta imagen es un retrato de Rosa, madre de dos hijos que padece SQM desde 2009, una enfermedad que aún no ha sido reconocida por la OMS.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/J5CQVBWDXFOBTDTJAG33TQRWYA.jpg?auth=89f96506d81f01046176bc14443e2098cc69410a913c9af6a7e0576b658db09c&width=414)
![Malick posa para un retrato dentro del centro de acogida de Italia en el que espera desde hace casi tres años a unos papeles de asilo que ni siquiera entiende. Sostiene un retrato suyo tomado por César Dezfuli el 2 de agosto de 2016, después de que el barco de rescate Iuventa lo rescatara del Mediterráneo, tras siete horas de viaje. “La historia de Malick es la historia de muchos migrantes en Italia”, cuenta Dezfuli.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/UYZ6OCYFVBOI7M255PL2U2MIKI.jpg?auth=4e16630fe2b221eadc86066e58eb6689765c1ec572e1e4fa4d20f54f465eff20&width=414)
![“Con este proyecto me he dado cuenta de cómo se ha roto el ciclo natural de la migración. Los centros en los que son acogidos en Italia son lugares aislados a los que un migrante no iría, sin ninguna oportunidad de trabajo a los que no va ni la gente local”, asegura Dezfuli. “El fallido sistema de Italia está transformando las ganas de construir un futuro que traían en desesperanza. Eso hace que sus posibilidades de integración sean peores, lleva a la creación de guetos y desconfianza”, concluye el fotoperiodista.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/ICT6HUJZNFICPLAU5G2M5GZ34I.jpg?auth=fc08f8dba8adbb0d0e9f2fd138f6511e02649fb1d116497cf12f1cf3bb8abce2&width=414)
![En Venezuela, cinco años de crisis económica han provocado que el dinero valga menos que el papel en el que está impreso. Mayra Castro, de 37 años, la mujer de la fotografía prepara comida en su improvisada casa en Petare, Caracas. Su hija murió de hambre cuando tenía solo un año. “Este proyecto me ha dejado un sabor amargo”, afirma Ignacio Marín.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/VMOAX73DVBPETON57PUFRNBUDM.jpg?auth=2d1dc25b4945ea84130c608681e10156754dd652cb4125923d126f6cfc0cd379&width=414)
![“Parecía imposible que Venezuela fuera a peor, pero ha ocurrido”, cuenta por teléfono Marín desde Caracas. El fotógrafo y politólogo ha regresado a la capital venezolana hace unos días, un año después de realizar su serie fotográfica. Entonces, Marín recordaba a gente haciendo colas para conseguir comida en las tiendas, ahora asegura que no hay colas, porque “ya ni siquiera hay alimentos”.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/6AE2HYR2OFLQVJ7IPJLFS777JI.jpg?auth=9eb0badb86befc2aed5516f6b86b136db3b993492c7ade8c36e8b1b789e778d7&width=414)