José Luis Rodríguez, ‘El Puma’, vuelve a rugir
“Ha sido un milagro seguir vivo”, asegura el cantante venezolano, de 76 años, que anuncia un nuevo disco y una íntima gira tras un trasplante doble de pulmón
Le han dado por muerto en varias ocasiones, pero a José Luis Rodríguez, popularmente conocido como El Puma, no le vence ni una fibrosis pulmonar. Fue por esta enfermedad por lo que se retiró de los escenarios hace ya tres años y por lo que en 2017 fue sometido a un doble trasplante de pulmón, pero su fuerza incansable y su pasión por la música han hecho que vuelva con más ganas que nunca. También por deseo divino, como él mismo subraya. “Ha sido un milagro seguir vivo. Le doy gracias a Dios, a Cristo y a todo el personal sanitario que ha hecho que hoy esté aquí y así de bien”, asegura el artista venezolano vía telefónica a EL PAÍS desde Miami.
Allí reside y allí será donde, el próximo mayo, ofrezca su primer concierto después de este tiempo retirado de manera obligada. “Al principio ni me salía la voz. Era difícil y me costó mucho aceptarlo, pero sabía que era cuestión de tiempo y mucho trabajo”. Y es que para el intérprete de Por si volvieras o Culpable soy yo rendirse no entraba en sus planes. Al menos eso dicen de él quienes lo conocen, que aseguran que “cantar es su vida” y que, gracias a sus “nuevecitos pulmones”, la ha recuperado. Sus nuevos órganos le hacen funcionar al 80%, pero sus constantes y diarios ejercicios para recuperar la capacidad pulmonar van dando sus frutos.
Así lo demostró el pasado 14 de enero, cuando celebró por todo lo alto su 76 cumpleaños en el restaurante de su amigo, el conocido productor musical Emilio Estefan, marido de Gloria Estefan, donde, además de anunciar su regreso, se animó a cantar por primera vez en público después de su dolencia. El Puma, acompañado de mariachis, eligió dos de sus míticos temas, Los amigos y No volveré, con los que deslumbró a todos los asistentes con un significado más especial de lo habitual.
“Estoy llegando al oasis tras un terrible desierto”, aseguró entonces y repite en conversación con este diario. Sus palabras de agradecimiento las reparte entre los sanitarios y su público, que no le ha dejado de apoyar, pero hace especial hincapié en la familia del donante de sus pulmones. Revela que está en proceso de conocerlos porque quiere darles las gracias en persona. “Ha sido un regalo, me han devuelto a la vida. Ya hemos iniciado los trámites para conocernos, porque hay que seguir un protocolo muy estricto, pero necesito hacerlo”.
A su lado, en este desierto, siempre han permanecido su esposa, la modelo cubana Carolina Pérez, con quien se casó hace 26 años, y su hija Génesis, de 31 años. El intérprete asegura que ambas están igual de ilusionadas con su regreso, aunque no desaparece esa pizca de cautela y preocupación por su salud. “Mi esposa no se ha separado de mí, pasó a mi lado los dos meses que estuve ingresado, ha estado conmigo durante todo el proceso... y va a seguir conmigo en esta nueva aventura, igual que mi hija Génesis, que está encantada”, cuenta. No menciona, sin embargo, a sus otras dos hijas, Liliana y Lilibeth, fruto de su primer matrimonio con la artista venezolana Lila Morillo, y de las cuales la segunda le ha mandado un duro mensaje a través de Instagram. “Papá... qué triste tener que usar estas vías para remitirte mi mensaje, alejándome de mis formas de preservar la privacidad familiar. Nos dijiste que tuviste que escoger entre tu nueva familia y nosotras y habíamos perdido! [...] Hoy, por más que intentes pretender que no existo, te hablo y recuerdo... que tengo voz y no soy invisible”, escribió Lilibeth Rodríguez Morillo el pasado jueves. Él, como siempre, se mantiene hermético en este tema.
Tampoco habla de política —o prefiere no hacerlo—, aunque en muchas de sus publicaciones en sus redes sociales muestra que es un claro opositor al venezolano Nicolás Maduro con varios post pidiendo libertad para su país natal. Hace ya unos años que se adentró en la era digital, admite que es él mismo quien las maneja y, aunque entre Twitter e Instagram apenas suma 300.000 seguidores, a sus 76 años el artista que se dio a conocer gracias a las telenovelas se mueve como pez en el agua en las nuevas vías de comunicación.
Con 46 discos y 16 telenovelas en su haber, El Puma tiene mecha para rato y, según sus palabras, quiere seguir los pasos de “dos grandes de la música española como Raphael o Camilo Sesto”, quienes a sus 75 y 72 años, respectivamente, siguen llenando recintos cuando actúan. Su calendario no espera menos, pues ya tiene programadas varias citas “en las ciudades donde me enamoré de la música”. El próximo 11 de mayo estrena su Agradecido Tour en Miami y también tiene cerradas actuaciones en Houston y Los Ángeles. Luego seguirá por Dallas, Nueva York, San Diego, Orlando...y viajará a Colombia, a Barranquilla, la última ciudad donde actuó antes de retirarse en 2016 por su enfermedad pulmonar y donde se le vio con una botella de oxígeno sobre el escenario. Tras varios conciertos en Latinoamérica dará el salto a Europa y actuará en España —Madrid, Barcelona y Tenerife— y otras importantes capitales como Milán, Londres o París. Además de esta extensa y emotiva gira, pronto también publicará un nuevo álbum. “Estoy muy deseoso de volver. Es el anhelo de todo cantante cuando sale de este trance tan difícil”, cuenta.
El que es considerado una de las leyendas musicales de habla hispana de los años 80 insiste en que este nuevo proyecto en el que se embarca a estas alturas no es una despedida, sino su manera de agradecer al mundo que sigue vivo y, espera, que por mucho tiempo sobre los escenarios y con su público. “Ahora es el momento de compartir juntos todo lo que viene”. Aún queda mucho pavoneo para este Pavo Real.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.