_
_
_
_
_

Ponga un famoso en su causa

Contar con una cara conocida sirve muchas veces para lograr cambios legislativos y acceso al poder, una solución ganadora para las organizaciones, políticos y 'celebrities'

Richard Gere y su pareja Alejandra Silva asisten con Mónica Oltra, vicepresidenta de la Generalitat Valenciana a un pase de la película 'Invisibles' organizado por Rais Fundación, a finales de 2016.
Richard Gere y su pareja Alejandra Silva asisten con Mónica Oltra, vicepresidenta de la Generalitat Valenciana a un pase de la película 'Invisibles' organizado por Rais Fundación, a finales de 2016.EFE
Patricia Peiró

El 3 de agosto el pianista James Rhodes, que fue violado de niño, se reunió con el presidente del Gobierno para debatir sobre una nueva ley de protección de la infancia. El 28 de diciembre el Gobierno aumentó la edad en que prescriben los abusos de los 18 a los 30 años. Una medida que las organizaciones de la infancia exigían desde hacía años. ¿Se habría aprobado este diciembre de no ser por esa mediática ayuda?

Más información
Los delitos sexuales contra menores no prescribirán hasta que la víctima cumpla al menos los 40
James Rhodes se reúne con Pedro Sánchez tras pedir en EL PAÍS reformas legales contra la pederastia
¿Famosos con causa?

“No sabes cuáles son todas las motivaciones que llevan a que una ley llegue a un consejo de ministros u otro, solo sé que la presencia de Rhodes ha sido fundamental para que haya llegado este año”, responde Laura Pérez, directora de Comunicación de Save the Children, la organización con la que el pianista colabora. Su presidente acudió con él al encuentro con Pedro Sánchez en verano. “Es cierto que los políticos buscan la imagen y el rédito electoral, y también que las celebrities son una llave para alcanzar nuestro objetivos. Si llegamos a más gente gracias a su capacidad de alcance, nos parece estupendo”, añade. Contar con una cara conocida sirve muchas veces para lograr cambios legislativos y acceso al poder, una solución ganadora para las organizaciones, políticos y 'celebrities'

James Rhodes, en una rueda de prensa con Save the Children.
James Rhodes, en una rueda de prensa con Save the Children.Víctor Lerena (EFE)

Las organizaciones se felicitan por cumplir sus metas y los políticos consiguen titulares. Más allá del caso de Rhodes, cuya presencia e idoneidad está totalmente justificada ¿Es justo que una cara conocida impulse cambios legislativos por los que la sociedad lleva años luchando? Andrew F. Cooper es profesor de Ciencias Políticas en la Universidad de Waterloo, en Canadá y miembro del Centro para la Innovación en Gobernanza Internacional en el mismo campus. En su libro Celebrity Diplomacy analiza así el fenómeno de las estrellas dedicadas a causas solidarias: "Han surgido oportunidades para un número creciente de actores no estatales para dar forma a la agenda. Para muchos es familiar el trabajo de organizaciones no gubernamentales altamente comprometidas y creativas, pero no el papel de personas públicas que pueden atraer la atención y movilizar recursos para apoyar sus causas de interés".

Un caso extremo de esta política de los famosos es el de Kim Kardashian, que el año pasado consiguió en tiempo récord el indulto para una mujer que llevaba encarcelada dos décadas por un delito de drogas tras un breve encuentro con el presidente Trump. Desde entonces ha mantenido varias reuniones para cambiar la legislación penitenciaria de Estados Unidos en la Casa Blanca sin haber cursado una sola asignatura de Derecho. Todo este proceso se puede ver en la última temporada de su reality televisivo.

En el Congreso

En apenas tres años, el actor Richard Gere se ha codeado como representante de Rais Fundación prácticamente con toda la clase política española. Se ha reunido con la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, con el de San Sebastián, Eneko Goia y con la vicepresidenta del Consell valenciano, Mònica Oltra. Inmediatamente después de este encuentro, el Gobierno de esa comunidad cedió 10 viviendas a personas sin hogar. En octubre mantuvo su correspondiente reunión con el presidente del Gobierno y un día después visitó el Congreso donde le atendió la presidenta de la Cámara, Ana Pastor.

"Nosotros nos reunimos con políticos regularmente, no es que necesitemos a Richard Gere para avanzar en nuestra agenda de trabajo. Bueno, el presidente del Gobierno es otra cosa, eso sí...", explica el director general de Rais, José Manuel Caballol. "Cuando trabajas con alguien así, obviamente los medios te llaman más, hay más interacciones en Twitter y recibes más atención en general, pero no creo que guarde relación directa con generar cambios legislativos. Eso es más complejo", apunta. Tras su reunión, Sánchez se comprometió a incluir la aporofobia (odio a los pobres) en el Código Penal. Caballol cuenta que fue el propio actor el que buscó una organización con la que colaborar en España y contactó con Rais. La mujer de Gere es española y hace unos años empezó a pasar largas temporadas en este país.

Oxfam Intermón contó con Luis Tosar hace unos meses para una campaña contra la venta de armas a Arabia Saudí. "No conseguimos el objetivo político, pero sí que tuvimos un gran alcance. Somos conscientes de que tener como aliados a famosos nos permite un alcance mayor", señala Laura Hurtado, directora de comunicación de la ONG. Hurtado explica que en su equipo hay algunas personas que se dedican a diseñar una agenda y contactar con caras conocidas a las que les hacen propuestas de colaboración. "Nos reunimos con ellos y les explicamos lo que hacemos, pero a veces también son ellos los que quieren hacer cosas, no siempre damos el primer paso", puntualiza. "Para cambiar una ley se da una combinación de factores. Claro que un famoso consigue a veces que haya más gente concienciada, eso crea agenda y el político lo tiene en cuenta. Hay que fijarse en el contexto".

Todo empezó con Brando y Audrey y explotó con Kofi

Cuando Kofi Annan fue nombrado secretario general de las Naciones Unidas el 1 de enero de 1997, tenía claro que quería potenciar el papel de los famosos en la organización para influir en las metas de la entidad. Cuando acabó su mandato en 2007 había más de 400 embajadores de buena voluntad, celebrities que prestan su imagen a una causa. El profesor de la Universidad Metropolitana de Londres Mark Wheeler publicó en 2011 un estudio sobre el fenómeno de la diplomacia de los famosos. "Creía que las caras conocidas podrían influir en la opinión pública internacional para apoyar los objetivos de idealismo y universalismo de la ONU", detalla. En el estudio explica también los primeros pasos del programa de embajadores de Unicef. Audrey Hepburn se convirtió en embajadora de esta agencia en los 80, pero colaboró con ella con anterioridad. "Personificó el uso creíble de la celebrity politizada. Hizo visitas a Etiopía y Somalia, se reunió con líderes africanos y llevó sus causas al Senado de los Estados Unidos", apunta el profesor. Antes que él, Unicef trabajó con Marlon Brando cuando la estrella recaudó fondos para los niños afectados por las hambrunas en la India en 1966. "Para Unicef, la participación de Brando fue un arma de doble filo. Por un lado, había mostrado un compromiso con sus valores y la justicia social. Por otro lado, Brando había usado su celebridad para ganar notoriedad política".

Puedes seguir a PLANETA FUTURO en Twitter y Facebook e Instagram, y suscribirte aquí a nuestra newsletter.

Sobre la firma

Patricia Peiró
Redactora de la sección de Madrid, con el foco en los sucesos y los tribunales. Colabora en La Ventana de la Cadena Ser en una sección sobre crónica negra. Realizó el podcast ‘Igor el ruso: la huida de un asesino’ con Podium Podcast.

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_