Emily Blunt o Julie Andrews, ¿quién es la mejor Mary Poppins?
No todos los actores se atreven a encarnar personajes míticos en los 'remakes' por el miedo a no estar a la altura de sus predecesores
¿Por qué Julie Andrews dijo que no a aparecer en El regreso de Mary Poppins y sí a ponerle voz a un monstruo en Aquaman? A un monstruo xenófobo, por si fuera poco. Los azares de los calendarios de estrenos han querido que la secuela de la película que convirtió en estrella de cine a la actriz y su último filme lleguen al mismo tiempo a la pantalla y la respuesta había que buscarla mucho más atrás.
Durante años, Disney intentó hacer una secuela de Mary Poppins y, en los planes de esa segunda parte, Julie Andrews siempre iba a retomar el papel que le dio un Oscar; sin embargo, la creadora de la niñera mágica se negó toda su vida a volver a ceder los derechos. Y cuando tras su muerte, por fin, los lograron habían pasado ya más de cuatro décadas: necesitaban una nueva Mary Poppins. Para el director Rob Marshall solo había una candidata, Emily Blunt, y antes incluso de ofrecérselo oficialmente lo consultó con su “vieja amiga” Julie Andrews. ¿Su reacción? “Levantó los brazos y dijo sí”. Seguidamente le ofrecieron un cameo, a lo que respondió: “Este es el show de Emily y quiero que lo sea porque estará brillante”.
Las mismas palabras de ánimo y cariño le trasladó Andrews a la propia Emily Blunt, quien ha agradecido su “generosidad y amabilidad” y se ha esforzado por ofrecer otra versión de un personaje tan icónico basándose más en los libros que en el filme original que no volvió a ver para evitar imitarla. Una opción por la que apuestan muchos actores y actrices cuando les cae el peso de encarnar personajes popularizados por otros intérpretes antes que ellos.
Claire Foy quien, recientemente, se convirtió en la tercera actriz en dar vida a la heroína Lisbeth Salander no volvió a ver las anteriores películas de Millennium protagonizadas por Noomi Rapace y Rooney Mara, ni tampoco habló con ellas. Y lo mismo le pasó cuando se puso la corona de Isabel II en la serie The Crown. El guion fue su única fuente de trabajo y no contactó con Helen Mirren antes o durante el rodaje. De hecho, fue Mirren quien después de ver la serie, le escribió un email felicitándola. Mientras algunos preferirían no haber aceptado nunca el reto de revisitar un personaje ante el fracaso de su trabajo —Chloë Grace Moretz en Carrie, algún Superman o Catwoman—, otros, como Mirren y Foy, quedan unidas en la historia del cine por un personaje que marcará sus carreras incluso a su pesar.
Otro factor que se repite entre todos los que han compartido personajes. Mel Gibson y Tom Hardy, por ejemplo, alcanzaron la fama interpretando Mad Max. En este caso, y al contrario de lo que suele ocurrir, Hardy quiso hablar con Gibson. “Comimos en Los Ángeles cuatro o cinco meses antes del rodaje, como para que me pasara el relevo. Me parecía lo correcto: Mel es Max. Luego él le dijo a mis agentes que se alegraba de que yo fuera a interpretar a Max y que, probablemente, habían encontrado a alguien más loco que él. Lo tomaré como un cumplido”, contó el inglés en la promoción.
Ben Affleck y Gal Gadot también le pidieron consejo a sus antecesores cuando les tocó vestirse de Batman y Wonder Woman respectivamente. Christian Bale le dijo a Affleck que se asegurara de que el traje de Hombre Muciélago llevara cremallera. “George Clooney me dijo algo que no se puede repetir”, confesó. Y, sin embargo, los dos actores han admitido que aún no han visto el Batman de Affleck por falta de interés o tiempo, o porque el personaje murió para ellos tras interpretarlo.
Lynda Carter, la mítica Wonder Woman de televisión, en cambio, sí vio la millonaria versión de Gal Gadot e incluso acudió a la premier a apoyarla, un gesto que pocos hacen. Por envidia o por falta de interés.
Nunca se ven, por ejemplo, a otros James Bond en las alfombras de los agentes 007 actuales, aunque todos se dedican palabras amables. Sean Connery mantuvo una “inusualmente larga relación en los estándares de Hollywood” con su sucesor Roger Moore, como escribió él mismo cuando Moore murió. Y habla de Daniel Craig como su heredero más fiel.
Más les costó a Jack Nicholson o a Edward Norton alabar a quienes les relevaron en sus papeles. Cuando Heath Ledger hizo del Joker, Nicholson reconoció estar “furioso” ante la idea de que no se lo hubieran ofrecido a él. Y Mark Ruffalo heredó el Hulk de Norton ante las diferencias creativas del actor con el estudio, así que nunca han hablado mucho del personaje.
Y, en realidad, eso es lo habitual. ¿Cuántas actrices habrán interpretado Anna Karenina? ¿O Julieta? ¿Cuántos actores han hecho del rey Arturo? Entre textos clásicos y el mundo de los superhéroes es habitual este paso de personajes y pocas veces surgen amistades o relaciones personales. Benedict Cumberbatch y Robert Downey Jr. solo intercambiaron una bromita sobre Sherlock Holmes alguna noche en unos premios. Barbra Streisand simplemente apareció un día por el rodaje de Ha nacido una estrella y les sonrió a Lady Gaga y Bradley Cooper.
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