_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Alarma

No todos los facinerosos que violan nuestra seguridad entran por la puerta de la calle con una pistola o un cuchillo

Manuel Vicent
La basura digital, cargada de odio y estupideces, atraviesa cada día las paredes de nuestro hogar.
La basura digital, cargada de odio y estupideces, atraviesa cada día las paredes de nuestro hogar.Getty Images

A través de la radio, la publicidad de una empresa de seguridad nos hace saber de forma obsesiva que el mundo está lleno de maleantes que pueden violar nuestra casa a cualquier hora del día y de la noche. El anuncio nos propone una solución perentoria. Hay que instalar cuanto antes un sistema de alarma para evitar que nos desvalijen los ladrones. En efecto, eso les sucedió hace poco a unos amigos míos, una pareja con tres hijas. De madrugada, mientras la familia dormía, penetraron unos ladrones en su apartamento y se abrieron paso sigilosamente en la oscuridad con una linterna por todas las habitaciones. Solo se despertó la hija pequeña de 12 años y desde la cama vio con terror cómo una sombra entraba en su alcoba, abría los cajones del armario y se llevaba unas alhajas. Permaneció callada. Se hizo la dormida. Cuando el ladrón, que se había dado cuenta, terminó su trabajo, se acercó a la niña y en voz baja para no despertar a sus hermanas le dijo al oído: “Te has portado muy bien”. La sombra desapareció. A cada rato se repite esta publicidad paranoica. Ponga usted, como lo han hecho ya sus vecinos, una alarma en casa. El anuncio viene directamente avalado con las noticias verídicas de crímenes, robos y atracos que se producen a diario. Pero no todos los facinerosos que violan nuestra seguridad entran por la puerta de la calle con una pistola o un cuchillo. En esa tableta que usa Caperucita para sus juegos se puede colar un lobo a través de las redes dispuesto a devorarla; también atraviesa cada día las paredes de nuestro hogar toda la basura digital, cargada de odio y estupideces, ante la que estamos desprotegidos y nos vemos obligados a tragar. Estos maleantes invisibles nos llenan de mierda el cerebro durante el día y se meten de noche en nuestra cama, pero contra ese grave peligro nadie ha inventado todavía una alarma. 

Cuando un tema da mucho que hablar, lee todo lo que haya que decir.
Suscríbete aquí

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Manuel Vicent
Escritor y periodista. Ganador, entre otros, de los premios de novela Alfaguara y Nadal. Como periodista empezó en el diario 'Madrid' y las revistas 'Hermano Lobo' y 'Triunfo'. Se incorporó a EL PAÍS como cronista parlamentario. Desde entonces ha publicado artículos, crónicas de viajes, reportajes y daguerrotipos de diferentes personalidades.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_