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Hospitales, bañeras y payasos: ¿son estas las 12 escenas más terroríficas de la historia del cine?

Contra el calor, escalofríos: recopilamos una decena de extractos de películas de terror que espantan y arrasan en visitas en YouTube

Jake Gyllenhaal interpreta a un profesor de universidad en el 'thriller' psicológico 'Enemy' (2013).
Jake Gyllenhaal interpreta a un profesor de universidad en el 'thriller' psicológico 'Enemy' (2013).

Si el susto es la unidad mínima de expresión de una cinta de terror, estas escenas expresan muchísimo. Algunas pertenecen a películas desconocidas, otras son legendarias y otras son solo celebradas entre seguidores del género. Pero todas tienen la capacidad de contar una historia truculenta por sí mismas, incluso desligadas de la película original y visionadas de forma independiente en YouTube, donde algunas arrasan. ¿Listo? No apague las luces.

'El exorcista III' (1990), de William Peter Blatty

¿De qué va la película? Para la tercera parte del clásico de terror, lo de las niñas poseídas por el demonio ya parecía un recurso agotado. Lo era. Pero el miedo siempre encuentra nuevas formas de aterrorizar y esta escena estremecería hasta al diablo.

¿Qué vemos en la pantalla? Una situación muy cotidiana (y en el cine de terror eso siempre significa malas noticias): un guarda de seguridad, el pasillo de un hospital, una enfermera entrando y saliendo de las habitaciones y uno de los sustos mejor rodados que se han visto. El encuadre amplio consigue engañar al ojo humano para que se sienta a salvo y a la vez garantiza que algo va a ocurrir, ¿pero cuándo?

¿Por qué es tan escalofriante? Todavía no... todavía no... todavía no... BAM. El plano fijo ha sido tan agónicamente largo que la repentina aparición de una criatura detrás de la enfermera, justo antes de que salga del plano para no volver jamás, lleva al espectador a explotar en una tensión que ni siquiera era consciente de estar acumulando. El plano siguiente de una estatua decapitada permite deducir todo lo que el plano no nos está mostrando. Porque no hay nada más terrorífico que nuestra imaginación.

'El resplandor' (1980), de Stanley Kubrick

¿De qué va la película? Un escritor pasa un invierno en un hotel abandonado junto a su mujer y su hijo. Se supone que están solos. Lo que ocurrirá después de sorprenderá. Una, y otra, y otra vez.

¿Qué vemos en la pantalla? Jack Nicholson curiosea por las habitaciones hasta encontrarse, en la supuestamente maldita 237, a una señorita desnuda dándose un baño de espuma tranquilamente. ¿Tanto revuelo con la habitación 237 para esto? Pero desde el momento en el que sale completamente desnuda y camina sugerentemente hacia él, el espectador ya sabe que no va a acabar bien. Spoiler: no acaba bien.

¿Por qué es tan escalofriante? Porque para cuando Jack se dispone a besarla, convencido de que vigilar ese hotel es el mejor trabajo de su vida, la chica se ha convertido en una anciana que comienza a descomponerse. Y no hay nada que aterre más a un hombre en Hollywood que compartir escena con una mujer más mayor que él. La actitud de la anciana solo hace que resulte más perturbadora, repulsiva e inexplicable combinando la primaria relación entre el sexo y la muerte. Eso es terror puro, y nadie lo ha rodado como Kubrick.

'Enemy' (2013), de Denis Villeneuve

¿De qué va la película? Un profesor de universidad (Jake Gyllenhaal) descubre que un tipo con su misma cara (Jake Gyllenhaal) está viviendo una vida más emocionante y peligrosa que la suya. Enemy es un thriller psicológico. Hasta que deja de serlo.

¿Qué vemos en la pantalla? La mujer del protagonista le cuenta que está embarazada y, aunque él recibe la noticia con alegría, algo anda descolocado en esa cabeza. Cuando va a buscarla al dormitorio, se encuentra con una tarántula gigante (pero gigante de no caber en la habitación) que reacciona con agresividad. Fundido a negro.

¿Por qué es tan escalofriante? Porque el ritmo lánguido de Enemy no nos ha preparado para un susto a esas alturas de la película. Porque las arañas, y mucho más las peludas, son uno de los miedos más universales. Y porque cada aparición arácnida en la película representa una metáfora de la aprensión del hombre a ser castrado por una mujer. De ese susto hablamos otro día.

'It' (2017), de Andy Muschietti

¿De qué va la película? Esta novela de Stephen King sobre unos chavales atormentados por el payaso Pennywise ya fue adaptada para la televisión en 1990 generando una paradoja del horror: ¿nos dan mal rollo los payasos por culpa de It o It resulta horripilante porque subconscientemente siempre nos han dado mal rollo los payasos?

¿Qué vemos en la pantalla? Un niño curioso se mete en una alcantarilla y el payaso le arranca un brazo con los dientes. Y tiene muchos dientes.

¿Por qué es tan escalofriante? Por un lado, resulta una imagen sorprendentemente aberrante tratándose de una película comercial (está producida por Warner) concebida para que el público, a pesar de todo, se lo pase bien. Por otro, la actitud ansiosa, emocionada e impaciente del payaso casi relamiéndose en los instantes previos a su ataque le asemeja más con un depredador de niños que con una criatura salida de alguna pesadilla. Lo que da más miedo de esta escena es su verosimilitud.

'Pesadilla diabólica' (1976), de Dan Curtis

¿De qué va la película? Una casa encantada. Nada (o todo, según se mire) fuera de lo común en una película de serie B que merecería más atención por parte de los fans del cine de terror y no solo por esta escena en cuestión. Es una pequeña joya.

¿Qué vemos en la pantalla? Un sueño del protagonista que representa esa mezcla de anarquía narrativa y coherencia traumática que tienen las pesadillas: unidas por la música (violines crispados, por supuesto), se funden memorias de la infancia (un funeral), sensaciones perturbadoras e imágenes inexplicables como un grupo de ancianos mirando al abismo. Y el chófer.

¿Por qué es tan escalofriante? Por el chófer. Como en las peores pesadillas, resulta imposible describir lo aterrador que resulta ese señor. Porque Pesadilla diabólica funciona así, permitiéndote que te confíes ante la enésima serie B de casa con fantasmas pero llegando hasta rincones del subconsciente. Esta película se quedará contigo y ni siquiera te vas a dar cuenta. Como tampoco te esperas la segunda aparición del chófer. Es mejor no saber cuándo ocurre.

'Rec' (2007), de Jaume Balagueró y Paco Plaza

¿De qué va la película? Como si ser periodista no fuese ya algo terrorífico, la reportera Ángela (Manuela Velasco) tiene que cubrir unos disturbios en un edificio de Barcelona. Lo que en principio parece una discusión entre vecinos se revela como un contagio zombi.

¿Qué vemos en la pantalla? El motivo por el que todo el mundo está ahí: la niña, paciente cero del brote, y la cámara en modo visión nocturna del reportaje. “Pablo, grábalo todo por tu puta madre” dice Ángela. Cuidado con lo que deseas.

¿Por qué es tan escalofriante? Por la economía de la información que muestran los directores. Una mezcla entre “no se ve nada” y “se ve más de lo que nos gustaría” que consigue que no podamos dejar de mirar. Y lo que es peor, queremos ver más: lo más escalofriante del clímax de Rec es que nos enfrenta con nuestro propio deseo de ver violencia.

'Al interior' (2007), de Alexandre Bustillo y Julien Maury

¿De qué va la película? Una joven viuda embarazada está tan hundida por la reciente muerte de su pareja que decide pasar la Navidad sola. Por desgracia, no lo está.

¿Qué vemos en la pantalla? Una intrusa se ha colado en la casa acompañada de unas tijeras, muy mala leche y una misión: sacarle al bebé no nato de las entrañas.

¿Por qué es escalofriante? Porque se lo saca. La ola de cine de terror francés de principios de siglo dejó traumas de lo más macabro entre el público, pero si hay una embarazada de por medio todo se vuelve más difícil de mirar.

Pincha aquí para ver la escena donde la intrusa lleva a cabo su misión.

'Hereditary' (2018), de Ari Aster

¿De qué va la película? Una familia disfuncional con graves problemas de comunicación. Una premisa que podría dar para una comedia de enredo, un melodrama generacional o un culebrón. En este caso, la quinta escena de la película la convierte en terror en la que literalmente podría suceder cualquier cosa.

¿Qué vemos en la pantalla? Charlie es una niña con comportamiento, hábitos y cara inquietantes. El público rellena los huecos y asume que Charlie es la enésima niña malrollera del género. Error. Charlie es solamente una niña con alergia a los frutos secos que, durante un brote, saca la cabeza por la ventanilla del coche para intentar respirar mientras su hermano conduce a toda velocidad y no vuelve a meterla: un golpe contra un poste la decapita.

¿Por qué es tan escalofriante? Porque las muertes infantiles siguen siendo el último tabú incluso en el cine de terror y porque nadie se espera esta en concreto ni la forma en que ocurre (ningún espectador tiene la mente tan retorcida). Sin embargo, son los minutos siguientes los que provocan náuseas en el espectador: su hermano, inmóvil, sin girarse para mirar; después, conduciendo hasta casa y metiéndose en la cama como si nada hubiera pasado; y por último, tumbado a la mañana siguiente mientras su madre descubre el cuerpo sin cabeza de su hija en el asiento trasero del coche. Uno solo de esos tres momentos ya sería la escena más escalofriante de cualquier película, aquí van juntos.

'Candyman, el dominio de la mente' (1992), de Bernard Rose

¿De qué va la película? Una mujer (Virginia Madsen) se siente fascinada por la leyenda de Candyman, el espíritu asesino con abejas en el pecho de un esclavo linchado en el siglo XIX por la violación de una mujer blanca que no cometió. Para invocarle, bastará con repetir su nombre cinco veces delante de un espejo. Y lo hace. Vaya que si lo hace (porque es muy curiosa y porque sino no habría película).

¿Qué vemos en la pantalla? La protagonista abre el armario de las medicinas y la cámara la enfoca desde atrás. Qué bochorno, otra vez el viejo truco de que el asesino aparecerá detrás de ella cuando cierra la puerta del armario, ¿no? No.

¿Por qué es escalofriante? Porque la escena descuartiza las expectativas del espectador cuando Candyman aparece desde dentro del propio armario de las medicinas antes de que la víctima pueda cerrarlo, que puede parecer inverosímil pero está basado en una serie de asesinatos reales perpetrados en Chicago durante los años 80. Candyman tiene sustos de muerte, metáforas raciales y del abuso de medicamentos y una consecuencia automática en todo el que la ve: se pasará meses acordándose de ella cada vez que se mire a un espejo. Atreverse a repetir su nombre cinco veces ya es asunto de cada uno.

'Martyrs' (Mártires) (2008), de Pascal Laugier

¿De qué va la película? Dos chicas irrumpen en una casa y asesinan a toda la familia. Por si eso no fuese ya lo más aterrador de esta selección de escenas, aún queda la segunda parte en la que se explica que esta masacre es en realidad una venganza...

¿Qué vemos en la pantalla? Resulta que una de las asesinas fue secuestrada de pequeña junto a una amiga por esa familia sectaria, pero tras la masacre llegan refuerzos de la secta y encierran, apalean y despellejan viva a una de las chicas. Una tortura que vemos con todo detalle durante 30 minutos. Treinta. Minutos.

¿Por qué es tan escalofriante? Por si todas y cada una de las palabras de los dos puntos anteriores no lo fueran ya, la tortura culmina con una de las miembras de la secta pegándose un tiro en la boca porque ha alcanzado un nivel de sublimación espiritual con el proceso y ha descubierto que existe el más allá. Así que para allí que se va, obsesionada con llevarse ese secreto al infierno con ella. Los verdaderos mártires del título, en esta película, son los espectadores.

'Tiburón' (1975), de Steven Spielberg

¿De qué va la película? Hay un tiburón en una playa llena de turistas. Steven Spielberg no necesitó más para crear el formato cinematográfico (el taquillazo basado en superproducciones estrenadas en verano con el objetivo de excitar a las masas) que más alegrías y desgracias nos ha provocado en las últimas cuatro décadas.

¿Qué vemos en la pantalla? El capitán Matt Hooper (Richard Dreyfuss) se sumerge en el mar por la noche en busca del tiburón en cuestión. En su lugar, encuentra los restos de un naufragio. Y de repente sale de ellos una cabeza humana decapitada flotando.

¿Por qué es tan escalofriante? Porque se supone que Tiburón es una película para todos los públicos y, como mucho, uno espera (y de hecho asume) que lo que aparecerá de repente sea el tiburón. Toparse con un momento tan gore en el cine comercial es algo para lo que ningún espectador está preparado, tanto que no ha vuelto a ocurrir desde entonces.

'A Serbian Film' (2010), de Srdjan Spasojevic

¿De qué va la película? Un actor porno retirado acepta, por necesidades económicas, aparecer en una película experimental.

¿Qué vemos en pantalla? Violencia explícita y sucesivas violaciones a niños y niñas menores de edad, incluido un bebé recién nacido.

¿Por qué es escalofriante? No hay nada en esta película que no lo sea, de hecho. Hasta lo tediosa que se acaba volviendo una vez superado el escándalo, aunque hay quienes nunca se recuperaron de él y denunciaron al director del festival de cine de Sitges, Ángel Sala, por proyectarla. La causa fue archivada bajo el derecho a la libertad de expresión, la misma que disfrutó Spasojevic para rodar esta monstruosidad.

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