La enigmática vida de John Deacon, bajista de Queen, que lleva 20 años sin querer saber nada del grupo
Mientras 'Bohemian rhapsody' arrasa en taquilla, el mejor amigo de Mercury en el grupo vive otra forma de éxito
Hace unos días alguien lo vio. Vestía un jersey azul de lana con trenzados y unos pantalones de pana. Calvo, con pelo canoso a los lados y con barriguita. Apuraba un cigarro hasta el final. Un hombre de 67 años, taciturno, discreto, paseando cerca de su casa, en el tranquilo parque de Greenwich, en el suroeste de Londres. A pocos metros de allí la gente acudía en masa a ver la película más taquillera del momento, Bohemian Rhapsody. Él es uno de los protagonistas, pero lleva alejado de los focos demasiado tiempo, más de 20 años. No quiere saber nada. Se llama John Deacon, fue el bajista de Queen y el compositor de piezas claves del grupo como Another one bites the dust y I want to break free.
Dicen los vecinos de la exestrella del rock que a veces lo han visto en el supermercado del barrio. Pocas. El asunto es que es difícil reconocer a este casi setentón en aquel que actuaba ante estadios repletos. Vive con su esposa, Veronica Tetzlaff, con la que tuvo seis hijos que ha criado en el mismo barrio del sur de Londres donde reside todavía hoy. Se estima que la fortuna de Deacon asciende a 120 millones de euros. Y aumenta cada año en derechos de autor. Sin embargo, vive absolutamente al margen de los lujos que se podría permitir.
Deacon fue el más afectado por la muerte de Mercury. John y Freddie tenían una relación particularmente estrecha, con el solista ejerciendo a veces de su protector. El dolor de su pérdida y la falta de sentido a seguir con el grupo llevaron a Deacon a sufrir una depresión
Para conocer la personalidad de Deacon, es interesante ver un vídeo que alguien le grabó y lo subió a YouTube. El músico es abordado en la calle por un grupo de seguidores de Queen. El bajista, sorprendido, comienza a decir: "Oh, lo siento, lo siento". En un momento dado se tapa la cara con las manos, no para impedir que le filmen sino por pura vergüenza. Está pasando un mal trago. A final, alguien del grupo de seguidores dice: "Dejadle solo, por favor". Deacon al final sonríe, apenas abre la boca y firma, sorprendido, autógrafos.
John Deacon (Leicester, Inglaterra, 1951) fue el último en llegar al grupo en 1971, cuando era un estudiante de electrónica en el Chelsea College de Londres. Amigos comunes le presentaron a los tres jóvenes, exmiembros del grupo Smile, que acababan de formar Queen y estaban buscando un bajista. Le ofrecieron una prueba, y aquel día cambió su vida. Taciturno, tranquilo e introvertido, los clichés que suelen asociarse a los bajistas se hacían realidad. Estas cualidades de su personalidad fueron muy apreciadas por el resto del grupo, que juzgaron que con ese carácter —“siempre tuvo los pies en el suelo”, diría años después Brian May, el guitarrista— se complementaría bien con los temperamentos, digamos más expansivos de sus compañeros.
Los siguientes años fueron el relato de un ascenso hacia el éxito jalonado por puntos cumbre como el exitazo de temas como Bohemian Rhapsody, giras que cambiaron para siempre la concepción del rock-llena-estadios y álbumes multiplatino. Además de los citados Another one bites the dust y I want to break free, Deacon compuso los temas You're my best friend y Friends will be friends junto a Mercury, y su colaboración en otros, como Under pressure (ese adherente sonido de bajo inicial), es imprescindible. Su afición por la electrónica le llevó a construir el deacy amp, un amplificador de la guitarra eléctrica que dotaría al grupo de un sonido único y reconocible. Entremedias, Deacon lanzó un álbum como solista en 1986 y creó un grupo paralelo, The Immortals, con el que sacó un único single.
El nivel estratosférico de fama que alcanzó Queen a partir de 1975 fue, en palabras del propio Deacon, “difícil de gestionar”. Según Phil Sutcliffe, autor de una completa biografía sobre el grupo, “Queen era una asociación muy volátil entre tres personalidades explosivas; y luego tenías a John, que era el tranquilo. Había formado su familia muy pronto, en 1975, y era sobre todo un hombre de familia”. Junto a su esposa Veronica, tuvo seis hijos que crió en el mismo barrio londinense donde reside todavía hoy. De hecho, se rumorea que uno de los motivos de ruptura con Trident, su primera discográfica, fue que ésta no le prestase el dinero para comprar su casa junto a su esposa.
El ser “un hombre de familia” no le impidió al bajista vivir intensamente la experiencia completa de una estrella de rock. Según recoge Daily Mail, Deacon tuvo, como otros miembros del grupo, problemas con la bebida. Durante una fiesta en julio de 1986 “a altas horas de la noche John se deslizó en silencio de su silla y terminó debajo de la mesa. Después de un rato regresó. Era muy típico de John, le gustaba la bebida”, afirma el diario.
Todo cambió el 24 de noviembre del 1991, cuando Freddie Mercury murió como consecuencia de haber contraído el VIH. Tal vez fue John Deacon el más afectado del grupo. John y Mercury tenían una relación particularmente estrecha, en la que solista ejercía a veces de su protector. El dolor de su pérdida y la falta de sentido a seguir con el grupo sin Freddie Mercury le llevaron a sufrir una depresión. El siempre introvertido bajista actuó con sus compañeros May y Taylor en el concierto homenaje a Mercury de 1992, terminó junto a ellos el último álbum de la banda, Made in heaven, y formó parte también de No-One But You, el único single del grupo sin Mercury, lanzado en 1997. Desde entonces, el silencio.
Mientras el guitarrista Brian May (Londres, 1947) y el batería Roger Taylor (Norfolk, Inglaterra, 1949) siguen actuando de forma periódica y se mantienen como cabezas visibles del legado del grupo, ya sea como invitados en el estreno de la película Bohemian Rhapsody o apadrinando el musical We will rock you, Deacon no hace comparecencias públicas, no da entrevistas y ni siquiera mantiene contacto con sus antiguos compañeros de correrías. Brian May reconoce que solo tienen relación por motivos económicos (y con intermediarios) y de gestión del legado de Queen. Taylor dice: “No estamos en contacto porque John es realmente un sociópata. Ha dado su bendición a lo que Brian y yo podemos hacer con la marca Queen. Y desde luego lo hemos aprovechado muy bien”. Y May añade: "Es su elección. No se pone en contacto con nosotros. John era bastante delicado desde el principio".
Esta última aseveración no puede negarse. Queen sigue siendo uno de los iconos más rentables de la música pop, sea en forma de merchandasing, con los conciertos, el musical, los derechos de autor de canciones que siguen sonando en radio y televisión o con el reciente estreno de la película Bohemian Rhapsody, cuyo éxito demuestra que el interés del público por los músicos británicos está lejos de agotarse. En 2014 las ganancias generadas por Queen eran de 55,5 millones de euros.
Gracias a sus años en el grupo y a esa gestión de sus excompañeros digna de un magnate de los negocios, John Deacon, el anónimo jubilado padre de familia numerosa de pelo cano y camisas de cuadros, posee hoy una fortuna. “Mis aficiones son beber té y tener hijos”, diría en una entrevista de hace años. El golf es otra de sus aficiones. Todo alejado del estilo de vida excesivo que llevó en el pasado.
El anonimato y la tranquilidad pueden considerarse hoy su mayor éxito.
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