España-Holanda
En 1987, siendo yo embajador de España en Holanda, la Universidad de Groninga me pidió que fuera a hablar, cómo no, de la leyenda negra y del duque de Alba. Encaramado a un púlpito del rectorado, propuse a mi audiencia la constitución de un comité de historiadores holandeses y españoles que llegara a la formulación imparcial de nuestra historia común. Lo habían hecho italianos y austriacos para una nueva visión de la historia del Alto Adige, no veía por qué nosotros no. Tantos años después, me encanta que todo florezca en la exposición del Rijksmuseum de Ámsterdam y que yo fuera partícipe en minúscula medida de una de las iniciativas que han llevado a ello.
Fernando Schwartz
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