La jauría
Cuando ladra la jauría del amanecer, en púlpitos radiofónicos y columnas de diarios aún calientes, porque alguien les está usurpando un poder que creían y creen en propiedad, es que hay algo que no marcha del todo mal; que la democracia funciona; que las leyes no escritas y sin embargo tan necesarias de la alternancia sientan en el rincón de pensar a quienes pasan legislaturas completas sin poner a trabajar ni una neurona. Y entonces, cada amanecer, los lobos se lanzan a dentelladas a por los desvalidos corderos que, sin embargo, no precisan que nadie les muerda porque ellos solitos se hacen el harakiri.
Pedro Antonio Cano
Totana (Murcia)
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