Nieves Herrero desvela que sufrió abusos sexuales siendo niña
"Recuerdo sus manos y sus cosquillas", dice la periodista, víctima de un amigo de su familia cuando tenía entre 3 y 5 años
La periodista Nieves Herreroha confesado que sufrió abusos sexuales cuando tan solo era una niña. “Dicen que no se tiene memoria y conciencia de las cosas hasta los cinco años, pero yo recuerdo todo aquello perfectamente. El cerebro no te engaña y te lo recuerda. Hasta prefieres olvidarlo para evitar el daño”. Lo ha contado en una entrevista al periódico Público. "Hay partes oscuras de la infancia que una guarda en un cajón porque hacen daño. Demasiado daño". Y añade: "No recuerdo la edad que tenía exactamente. Cuando tenía entre tres y cinco años sufrí abusos de un amigo de mis padres".
Herrero, de 61 años, asegura que nunca ha superado aquello. "De ese amigo, que por supuesto dejó de serlo en cuanto mis padres se enteraron, recuerdo sus manos y sus cosquillas. Recuerdo sus manos y sus cosquillas. Sus cosquillas que no tenían que existir porque llegaban donde no tenían que llegar. Eran manos de plomo, manos que pesan. Desde entonces siento que hay manos de plomo que pesan en el alma". Cada vez que el amigo de sus padres llegaba a casa, Herrero intentaba ocultarse: "Yo no comprendía nada. No comprendía lo que pasaba. Por eso me escondía cada vez que venía a casa. No quería estar con él. Él me decía que no lo contara a nadie. Que era nuestro secreto".
Herrero añade: "No hay derecho a que lo más bello del mundo que es ser niña te lo estropeen de esa forma. Yo no comprendía nada. No comprendía lo que pasaba. Por eso me escondía cada vez que venía a casa”.
La periodista reunió finalmente valor para contárselo a sus padres. “Por supuesto sacaron a ese hombre de mi vida, de nuestras vidas de inmediato. Aun así me decían que cómo me acordaba con lo pequeñita que era”. Ahora desvela que ese suceso condicionó su vida y que cada vez que se acercaba un hombre se ponía “una coraza”.
La periodista y escritora también cuenta en la entrevista que se atreve a contarlo en este momento porque ya no hace daño a sus padres. "Compartir es quitar peso a la conciencia, es denunciar y visibilizar un enorme problema que tenemos que cortar de lleno. Yo tuve suerte pero hay casos horribles. Hay niños que no tienen una familia que les ayude y les cuide para poder seguir viviendo sin quedarse rotos para siempre".
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